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Los TIMOs se encontraban realmente cerca, teniendo a todos los alumnos de quinto años bastante ocupados y con mucho trabajo. Neferet no se quedaba atrás, pues tenias horarios de estudio que había hecho con Daphne y Hermione, le habían hecho uno a Harry y a Ron teniendo quejas de parte de ambos Gryffindors. Las rubias también solían estudiar en la sala común de Slytherin con Draco, y eso era lo que se encontraban haciendo en ese momento.
Con libros esparcidos por toda la mesa y algunos pergaminos en el suelo, los tres Slytherin estudiban para el TIMO de diferentes materias y no eran los únicos, pues habían otros Slytherins de su curso ahí mismo en la sala común.
Nefe se encontraba leyendo un pergamino cuando lo dejó en la mesa y se giro a ver a Draco que se encontraba leyendo al igual que Daphne. Pensó por un minuto con la mirada en el platinado llamando la atención de este al sentir la penetrante mirada de la chica.
—¿Tengo algo en la cara?
—¿Que harías si Harry fuera mi novio? —preguntó la chica ignorando su pregunta.
Draco frunció el seño mirando a la rubia. Daphne dejó sus cosas para verlos.
—¿Eso que tiene que ver con los TIMOs? —preguntó Draco.
—Solo responde —dijo la rubia.
Draco lo pensé durante un momento mientras observaba sus pergaminos, luego miro a Daphne quien solo alzó sus hombros para finalmente girarse hacia Nefe nuevamente.
—Sabes que odio Potter....
—Odiar es una palabra fuerte —interrumpió Nefe.
—...y fácilmente te puedo decir que él no te conviene —Nefe hizo una mueca— Pero a fin de cuentas es tu vida y no te puedo decir con quien o no salir —dijo tomando su pergamino nuevamente.
—¡Qué bien que lo digas! Porque te tengo que decir algo, Harry es mi novio —Draco soltó el pergamino y se giro a Nefe.
—¿Que? Creí que era una pregunta retórica —dijo el platinado.
—¡Dijiste que no te enojarías! —le dijo Nefe.
—¡No estoy enojado!
—Eso suena a que estas enojado —hablo Daphne que observaba la situación divertida.
—No estoy enojado —volvió a repetir— y como ya había dicho antes, Nefe puede salir con quien quiera.
Después de eso el platinado volvió a sus apuntes mientras que Nefe compartía miradas con Daphne. Draco no volvió a decir ni una palabra el resto de la tarde y si de algo se dio cuenta Daphne es que efectivamente no estaba enojado, estaba celoso.
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