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❛⿻۬˖̥ ͭ; Buenas, Noemys ♡⃕ ᨳˎˊ˗

El chico estuvo algo raro después de que tomara la iniciativa de agradecerle dándole un beso en la mejilla. Sinceramente no pretendía incomodarle. 

Ya en su casa, me tumbé en su cama, mientras él rebuscaba algo en su chaqueta. Sacó su teléfono y se tumbó a mi lado, pero boca abajo. El ambiente estaba un poco raro, esperaba que poco a poco se arreglará. 

Dame tu teléfono, miraremos el mensaje de H. 

No dije nada, solo le señalé la mesita de noche, donde estaba mi teléfono. Él lo agarró y lo desbloqueo con mi cara. 

Me quedé mirando al techo, mientras él andaba a su antojo con mi teléfono. Me daba igual que cotilleara, no tengo nada inapropiado… Bueno alguna que otra foto subida de tono, pero a estas alturas no creo que se asustara. Ya me vio desnuda y aún más denigrante, todos me habían visto arrodillada y suplicando ser follada por el tipo que pensaba que era mi amigo. Mi vida es una auténtica mierda, yo soy una mierda. 

El mensaje fue borrado, lo borraste. 

¿Lo borre? ¿Por qué haría eso? 

No llegaba a entender porque lo borraría. ¿Qué me mandó? ¿Qué pasó esa noche? ¿Tengo algo que ver con la muerte de Georgina

No lo sé, es extraño. El chat está vacío entero, menos el mensaje que dice que lo borraste. 

No entiendo… ahg ¡esto es tan frustrante! – me levanté de su cama y empecé a caminar en círculos por la habitación, me estaba empezando a estresar. – ¿¿Y si la maté yo?? ¡Joder, la odiaba!  Georgina era una grandísima hija de puta, y hablo de forma literal… que quede claro que respeto el trabajo de su madre. Pero ella era una arpía horrorosa. 

Relájate, por favor. – Se levantó de la cama y agarró con fuerza mis manos para frenar me. – Guarda los colmillos, Rubí. 

Es que no puedo, no puedo dejar de darle vueltas, me está fallando la respiración y siento que me ahogo, yo no… joder soy una asesina. ¡Soy una– Me vi interrumpida cuando el chico sin previo aviso clavó sus colmillos en mi muñeca. 

De nuevo volvía a sentir sus colmillos en mi piel, me encantaba sentirlo. Con una de sus manos sujetaba mi muñeca para hacer presión y con la otra que le quedaba libre, rodeaba mi cintura para evitar que me alejara. De un impulso me acomodó en la cama, nunca me acostumbrare a su velocidad vampírica. 

Se tomó la libertad de acomodarse sobre mi y entre mis piernas, no me incomodaba, ni me molestaba la cercanía con el. Me gustaba. 

Cuando noto que ya estaba más relajada, sacó sus colmillos de mi piel. Trague en seco, al ver su sonrisa entre seductora y maquiavélica. 

Me obligaste a esto, Rubí… ¿Estás mejor? 

Si, lo estaba. Gracias a él, me sentí mucho más relajada al tener menos energía. 

No, aún me siento bastante ahogada. – mentí de forma traviesa. Quería más. 

El chico me volvió a mostrar sus blancos y afilados colmillos, deseaba tenerlos en mi piel. Agarró de nuevo mi muñeca, pero me negué. 

Ahí no… En el cuello, por favor. 

¿Qué narices estaba haciendo? Sentía una inmensa necesidad de sentirle de tantas formas diferentes. Él me miró, intentando descifrar mis pensamientos. 

Aparte mi pelo y le deje plena vista de mi cuello, se que los vampiros adoran alimentarse concretamente del cuello o de otras partes sensibles. Lo investigue. Cerré mis ojos cuando estaba a centímetros de mi cuello, esperaba sentir el pinchazo, pero en lugar de eso, dejó un beso en mi cuello y se acercó a mí oído para susurrar. 

𝙱𝚕𝚘𝚘𝚍 𝙽𝚒𝚐𝚑𝚝 » 𝙼.𝚈𝙶 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora