𝙱𝚕𝚘𝚘𝚍 𝙽𝚒𝚐𝚑𝚝 » 𝙼.𝚈𝙶

61

Salí de casa dirigiéndome a la de Park Jimin. Esta semana supe por parte de Namjoon que sólo Park Jimin y Sam le habían comprado. Y lo peor es que estaba a nombre de Sanghyun. 

Deje el coche de Rubí delante de la casa de los Park. Llame al telefonillo de la puerta con rejas y espere unos minutos hasta que contestaron. Fue una voz femenina, y joven, bastante joven. 

Caminé por el pasillo de piedras de la entrada principal, hasta la puerta de madera oscura. Me abrió una niña de unos siete años. No sabía que Jimin tenía una hermana pequeña, solo soy consciente de su hermano pequeño, que va a la misma clase que Jaehyun e Izan. 

— ¿Quién eres? 

— Yoongi, compañero de clase de Jimin. ¿Está aquí? 

— Está cuidando de Junjun. –La niña entendió mi confusión. 

Agarró mi brazo tirando de mí, escaleras arriba, cruzamos un pasillo con suelo de madera refinada y nos paramos en una puerta de tonos azules pastel. No esperaba ver una imagen así de Jimin. 

El chico acababa a un pequeño bebé, mientras le hacía muecas para que se riera. Cuando levantó la vista se topó conmigo y su sonrisa desapareció. 

— ¿¡Yoongi!? ¿Qué haces aquí? 

— Tengo que hablar contigo, es algo serio y necesito hacerlo ahora. 

— Vienes en un mal momento, estoy cuidando de mis hermanos y mi padre no está. –Siguió atendiendo a bebe, pensando que yo me iría. 

— No me importa, solo quiero hablar. 

Pero no me iba a ir, no sin respuestas. Él resopló con cansancio, por lo que veo no está siendo su mejor día.

— Bien, quieres hablar, pues me ayudaras. Toma, sujetarlo, debo recoger la habitación de Ji-nah y hacer las tareas de casa. –Me pasó al bebé de unos seis meses y salió de la habitación dejándome atrás. 

Mire con desagrado al bebé sin apenas pelo en la cabeza y mejillas de ardilla. Hacía ruidos con la boca, mientras babeaba. 

Salí de la habitación con este en brazos, caminé por el pasillo hasta la puerta violeta y con pegatinas de unicornios. El rubio hacía la cama de su hermana, mientras la susodicha lo miraba de brazos cruzados desde su escritorio. 

No pensé que Jimin hiciera las tareas de su casa. Siempre pensé que debían tener personal de limpieza y niñero para los niños. Al menos eso aparenta en el Goya. 

— Puedes sentirte en el sillón rosa, mientras termino. 

Accedí a ello, porque él bebé pesaba. Me senté en el pequeño sillón rosa, con el bebé sentado en mi regazo. Este no dejaba de mirarme, llega a ser incómodo. 

— ¿Qué es tan importante para que vengas hasta mí casa? Siento que tengas que sujetar a Junjun, pero odia estar solo en su cuna, mi madrastra lo mal acostumbra. 

— No te preocupes. Vengo para hablar de algo serio. 

— ¿Es por Taehyung? ¿El esta bien? –Dejó los  dos peluches de unicornios sobre la cama y se centró en mí. 

— En parte sí, en parte no… Taehyung está bien, se está recuperando y pronto estará de nuevo en clase. Llegará justo para las tres semanas que quedan de curso. 

— ¿Entonces qué quieres decirme? ¿Qué es tan importante para venir hasta mí casa? 

— Creo que deberíamos hablar más en privado… –Dije refiriéndome a su hermana, quien nos miraba atentamente.