Rubí Wolf, estudiante de veintidos años. Es hija de uno de los alfas más poderosos de Seúl.
Pero su vida da todo un vuelco cuando un chico de tez pálida como la nieve y ojos negros como la noche, aparece en su vida.
Todo lo que ella creía de su mu...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El pánico se apoderó de mi cuerpo. Aún no puedo procesar lo que está pasando. El siguiente mensaje que nos mandó, era una despedida sencilla además de un "Largo de esta casa ahora" y acompañado de un "Pronto los haré volver".
Mi instinto hizo que abrazara el brazo de Yoongi. Ahora mismo era el único en el que confiaba y aún así, él también me había mentido.
Salimos de la casa y subimos a mi coche de nuevo. ¿Taehyung también saldría? No sabía dónde estaba y eso me preocupaba. Pero me relaje al ver un mensaje de él, era una foto de Yeontan.
En el mensaje decía que podíamos irnos, que él ya estaba camino a su casa. No le di más importancia y Yoongi arrancó el coche. Si, de nuevo conducía el, mi coche.
— ¿Cómo se fue Taehyung? –preguntó Jungkook desde la parte trasera de mi coche.
— Me debió de robar la moto, llegué a la casa en mi moto y no estaba, se la llevaría el.
La conversación no fue a más, los siguientes veinticinco minutos no se habló. Yo estaba enfadada, tanto con Jungkook, como con Yoongi. Pero sobre todo con Jungkook. ¿Cómo puedo darle a entender que no quiero nada romántico con él? Ya me quedó claro que con palabras no lo entiende. Necesitará actos que se lo dejen claro.
Vi mi oportunidad cuando paramos en un semáforo de esos horribles que duran demasiado en rojo y que joden. Pero en esta ocasión, lo agradecí. Me quite el cinturón y de forma atrevida me lance sobre los labios del chico pálido.
Esto también serviría de castigo para él. Se quedará un buen rato con el calentón y el otro entenderá las indirectas muy directas de que paso totalmente de él, en prácticamente todo.
Yoongi tardó unos segundos en actuar aumentando la intensidad del beso. No me importaba en este momento, solo quería que le quedara claro a Jeon. Puede ser cruel, pero él lo fue más conmigo y él mismo se lo busco.
Las manos de Yoongi intensificaban el beso agarrando mis mejillas, por el contrario, una de mis manos estaba apoyada en el reposabrazos de en medio de ambos asientos delanteros y la otra mano, la pose sobre su entrepierna. De esta se va a joder bastante.
No veía a Jungkook, pero juraría que su cara no mostraba ningún tipo de felicidad. Apuesto a qué ni siquiera mira… Continué aumentando el beso, hasta que sentí que ya era el momento de parar. Su erección me lo dejaba claro y también la pitada que dio el coche de atrás. Me acomode, de nuevo en el asiento y me puse el cinturón.
— ¿Vas a quedarte todo el día en el semáforo, Yoonie?
Arregle mi pelo, mientras él por fin aceleraba el coche, dejando atrás las pitadas de los coches. La siguiente parada fue la casa de Jungkook y hasta llegar a esta, me pasé toqueteando a Yoongi todo el camino.
