𝙱𝚕𝚘𝚘𝚍 𝙽𝚒𝚐𝚑𝚝 » 𝙼.𝚈𝙶

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Caminamos a paso rápido hacia la conserjería, para buscar las llaves del cuartillo de la limpieza. Nos íbamos escondiendo según veíamos a alguna persona.

— Entras tú y yo vigilo, ¿vale? –Le comenté al chico. – Yo podré oler y escuchar si alguien se acerca y tú eres más sigiloso.

— Bien, entraré yo. ¿Cómo es la llave?

— Todas las llaves tienen una etiqueta con el nombre de la clase o departamento. Deben estar en el cajón de secretaría o en el tablón.

El asintió, me dio un corto beso y entró en la sección de secretaría. Esperé ansiosa, mientras revisaba que no viniera nadie por los pasillos.

Me espanté al ver a la profesora de ciencias naturales. Esa mujer es fanática de la naturaleza y todo lo que tenga que ver con ello.

— ¡Profesora Flora! Me alegro de verla, tengo una consulta que hacerle. –agarré su brazo mientras nos alejabamos un poco de la puerta de secretaría.

Lo justo para que ella estuviera de espaldas a esa puerta.

— Oh señorita Wolf, ¿que necesita? Debe ser importante para no estar en su graduación.

— Si, lo es. Es realmente urgente…

— adelante, la escucho.

Ahora que tenía toda su atención, me quedé en blanco. Hasta que por fin recordé algo que a ella podría interesarle y un tema de conversación importante.

— Necesito su ayuda con un tema íntimo… Vera, creo que es consciente de mi situación, y de mi relación con el estudiante Min.

— Si, soy consciente de sus pequeños accidentes y de su relación.

— Vera, no quiero que vuelvan a ocurrir esos "accidentes"–Hice comillas con las manos – y usted sabe mucho de la reproducción de todas las especies… ¿Qué podría hacer para evitarlo?

Era algo que de verdad me importaba y nadie mejor que ella, una profesora especializada en la reproducción de especies y nuestra naturaleza.

— Uf es un tema complicado, al ser diferentes especies, es complicado evitarlo. El es una especie prácticamente inmune a cualquier medicación o anticonceptivo. Y tú al ser lobo… creo que ya sabes lo complicada que es tu especie.

— ¿En serio no hay nada que pueda hacer?

La mujer pensó un buen rato, por si se le ocurría algo. Pero negó con la cabeza.

— Sencillo no es. Están los preservativos… pero no son muy fiables en tu especie. –Hizo un pequeño parón, recordando algo – Pero puedes contactar con alguna pareja que esté en tu misma situación, nadie mejor que alguien que haya pasado en tu situación, podrá aconsejarte.

— Lo tendré en cuenta, gracias profesora Flora. –me despedí rápidamente al ver a Yoongi salir por fin de secretaría.

— Espera, Rubí… –me agarró el brazo, impidiendo que me alejara. — Me gustaría pedirte un favor, puede ser incómodo para ti, pero necesito tu experiencia para ayudar a una alumna con un accidente similar al tuyo.

— ¿Cuánto de similar?

— Es una estudiante del Goya, tiene diecisiete años y hace poco se enteró que estaba embarazada… psicológicamente no está bien, me comentó que no podía contárselo a su padre, creo que te haces una idea del porqué.

— ¿Cree que hablar conmigo le ayudará? ¿Qué debo debo decirle, que aborte o que?

— No Rubí, no debes decirle eso. Piensa en cómo te sentiste tú y en qué te hubiera ayudado, no es cuestión de decirle qué hacer, solo de hacerla saber que no está sola y que haga lo que haga, va a tener a alguien apoyándola.