I

2.1K 191 4
                                    

La habitación estaba en absoluto silencio, lo único que se escuchaban eran las correcciones de Septa y el ruido de los chicos practicando en el exterior, lo que atrajo rápidamente la atención de la revoltosa Arya Stark.

La niña miro de reojo a su hermana mayor suplicándole con la mirada que le ayudase a salir de lo que ella consideraba una tortura. Eilidh observo con detalle a cada una de las personas de la habitación y cuando vio que Septa se acercaba a Sansa para alabar su trabajo, tomo la muñeca de Arya y haciendo el menos ruido posible salió de aquella habitación hasta el patio interior de la fortaleza de los Stark.

Entre toda la gente pudieron ver a sus dos hermanos mayores tratando de enseñar a Bran a tirar con arco, Eilidh subió la mirada para ver como su padre observaba la escena. Sin quitar la mirada de su padre, tomó un arco y una flecha, y se lo entregó a Arya.

- Demuéstrales lo que te he enseñado.- la niña cogió el arco feliz y no tardo en apuntar desde la lejanía a la misma diana a la que Bran estaba por disparar.

Cuando la flecha de Arya se clavó en en el centro de la diana todas las miradas se dirigieron hacia ellas, sus tres hermanos incrédulos, su padre con una leve sonrisa y Catelyn Stark con desprecio y desaprobación. Después de que Arya hiciese una reverencia en forma de burla, Bran dejó su arco a un lado para comenzar a perseguirla por todo el lugar.

- Quizás lo que Bran necesita es un buen profesor.- se burló Eilidh mientras recogía el arco que su hermana había tirado al salir corriendo.

- ¿Qué insinúas?- Robb la tomó por los hombros y frotó el puño contra su cabeza despeinándola.- Estábamos haciendo un trabajo espectacular.

- Ya basta.- Jon agarró por el brazo a Eilidh y la separó de Robb, en seguida la chica entendió porque, Catelyn les observaba de mala gana.

Le había costado entenderla pero con los años lo había conseguido, no debe ser agradable ver cada día a los hijos que tu marido engendro con otra mujer aún casado contigo y cuando esperabas su heredero, aún así Jon y ella eran los menos culpables, si debía tener rencor hacia alguien, era hacia Eddard.


Se alejaron de la población para realizar la ejecución del desertor del muro que habían encontrado, por ley, como señor de Invernalia, Lord Stark era el que debía realizar la tarea, por mucho que le disgustase la idea. Eilidh era la única mujer presente, pero llevaba acudiendo a tales actos desde los diez años por petición de su padre. Esa sería la primera ejecución a la que Bran asistiría y su hermana lo conocía demasiado como para saber que no estaba preparado para ver algo así, ella tampoco lo estuvo en su momento y le había causado pesadillas durante meses.

Jon y Eilidh estaban parados a unos pasos de Bran, que se encontraba tras Robb, era inimaginable que unos bastardos estuviesen a la altura de los Stark.

- No apartes la mirada o padre lo notará.- aquel susurro por parte de Jon la hizo fruncir el ceño.

- Mantén la mirada al frente pero enfoca tu vista en otra cosa.- aconsejó Eilidh, sabía que Bran no quería verlo, apenas era un niño, y no estaba preparado, por mucho que su padre pensasé que sí. Puede que a su misma edad, ella, Jon o Robb si que estuvieran preparados, pero Bran era diferente, no era ni un bastardo ni el heredero, por lo que, no debería prisa de crecer. 

Dejaron de hablar cuando vieron a su padre levantar la gran espada y lo siguiente que escucharon y, a excepción de Bran, vieron, fue la cabeza del desertor rodando lejos de su cuello hasta los pies de Theon Greyjoy, el pupilo de Eddard Stark, que simplemente la alejó con una patada mientras reía.

- Vamos.- Bran se aferró a la cintura de Eilidh mientras los hombros de esta eran rodeados por el brazo de Robb.

Al ver a Eddard acercarse, tanto Eilidh como Robb fueron hasta sus caballos para que su padre y hermano pequeño pudieran hablar a solas.

- ¿Crees que mentía sobre los caminantes?- preguntó Eilidh recordando lo que había dicho el desertor antes de ser ejecutado.- ¿Crees que en verdad los vio?

- Ese hombre había perdido sus cabales.- explicó Robb mientras le tendía la mano para ayudarla a subir a su caballo.- Quizás se los imagino o los vio en sueños, los caminantes blancos se fueron hace miles de años.

Partieron regreso a casa hasta que su camino se vio obstaculizado por el cadáver de un gran venado.

- ¿Qué habrá sido, un león de montaña?- preguntó Theon.

- No hay leones de montaña en este bosque.- respondió Ned mientras buscaba pistas con la mirada. Comenzó a descender por la ladera hasta que encontraron al culpable de la muerte del venado.

- Es un monstruo.- afirmó Theon mirando al animal con disgusto.

- Una loba huargo.- corrigió Eilidh observando el cadáver de esta y a sus cachorros amamantándose de él.

- No hay lobos huargo al sur del muro.- dijo Robb.

- Pues ahora hay cinco.- respondió Eilidh tomando a uno de los cachorros entre sus brazos.- ¿Quieres cogerlo?- dejó al cachorro en los brazos de Bran.

- ¿A dónde irán?- preguntó el pequeño acariciando su pelaje.- Su madre ha muerto.

- No son de estas tierras.- dijo Rodrik.

- Es mejor matarlos.- sentenció Lord Stark.- No sobrevivirán sin ella.

- Cierto.- dijo Theon desenvainando su puñal.- Dámelo.

- ¡No!- exclamó Bran cuando Theon le quito el lobo de entre sus manos.- Por favor, padre.- suplicó por la vida de los cachorros.

- Lo siento, Bran.- dijo desviando la mirada.

- Lord Stark.- Eilidh lo llamó.- Hay cinco cachorros, uno para cada hijo Stark. El huargo es emblema de vuestra casa, es el destino.

- Los alimentaréis vosotros, los adiestraréis vosotros y si se mueren, los enterraréis vosotros.- el líder de la casa norteña acabó accediendo.

Eilidh comenzó a pasarle a los cachorros a Jon para que este pudiese dárselos al resto.

- ¿Qué hay de vosotros?- preguntó Bran.

- No somos Stark.- respondió Jon serio.- Venga, vamos.- Jon le tendió la mano a su hermana para ayudarla a subir.

Pequeños y casi inaudibles quejidos comenzaron a escucharse llamando la atención de todos.

- ¿Qué es eso?- preguntó Robb.

Jon soltó la mano de su hermana y fue en busca de el causante, o más bien los causantes, otros dos cachorros.

- Son los vuestros, Nieve.- dijo Theon.

Eilidh corrió hacia su hermano y le arrebató de las manos al más pequeño de los cachorros, de pelaje completamente negro a excepción de una pequeña mancha blanca en el centro de su cabeza, exactamente como su cabello.

- Bienvenido a tu nueva familia, Brandr.- arropó al lobo entre su capa para tratar de darle el calor que debía darle su madre.

- El pequeño de la camada.- Theon se burló de ella.

- Dale unos años y será el más feroz.- contestó dejando atrás a los chicos para caminar junto a su padre.

Al sentir una presencia a su lado, Lord Stark miró de reojo a Eilidh, se la veía feliz con su nuevo cachorro. No pudo evitar sonreír al verla, era claro que la sangre Stark corría por sus venas, podía verse en sus cabellos, en sus facciones, pero en especial en su lealtad y testarudez. La sociedad no la consideraba digna de llevar su apellido, pero si por el hubiese sido, se lo habría dado desde el primer momento que la vio.
Aunque a los ojos de todos era una Nieve, para él era Eilidh Stark, su hija.


Brandr: "fuego" o "hoja de espada" en nórdico antiguo.

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora