L

403 42 0
                                    

Eilidh había viajado a Desembarco del Rey desde Invernalia, durante el camino fue acompañada por Brienne de Tarth.

Ahora estaba sentada al lado derecho de Jon, esperando a que Cersei llegase. En la carpa de enfrente estaba Theon, que mantenía la mirada en la rubia, que le sonrió levemente tratando de tranquilizarlo.

Cuando Cersei hizo presencia se pudo notar como la tensión del ambiente iba en aumento. Tras la Lannister iba Euron Greyjoy, que fijó su mirada en la de su sobrino manándole una sonrisa burlona.

El primero en hacer cualquier movimiento fue el Perro, que se acercó hasta su hermano para básicamente amenazarlo de muerte. Después de aquellas palabras, simplemente abandonó el lugar con todas las miradas en su espalda.

- ¿Dónde está?- preguntó Cersei.

- Vendrá pronto.- le contestó Tyrion.

- ¿No ha viajado contigo?

- No.- le respondió su hermano.

A pesar de sus lazos familiares ninguno de los dos había sido capaz de mirar a la cara al contrario. Eilidh no podía imaginarse como dos hermanos podían llegar a odiarse, era sabido por todos que Cersei siempre había detestado a Tyrion por su condición y por el fallecimiento de su madre al darle a luz. Pero ella solo podía pensar en su propia familia, sus hermanos siempre les habían tratado como uno más.

El incómodo silencio se vio interrumpido por el sonido de un batir de alas, conocidos para algunos y desconocido para los residentes en Desembarco del Rey. No tardaron en avistarse los dos dragones que le quedaban a Daenerys.

La platina aterrizó cerca de la reunión y bajó del dragón ante la atenta mirada de todos los presentes, especialmente de los partidarios de Cersei, había quienes no se molestaban en expresar su sorpresa y cierto miedo, y luego estaba la Lannister, con el rostro serio como si de verdad no tuviese un dragón ante ella.

Daenerys caminó hasta tomar su asiento en la carpa frente a la que estaban Eilidh y Jon.

- Llevamos aquí ya un tiempo.- señaló Cersei.

- Mis disculpas.- dijo Daenerys.

- Estamos ante una...- tras recibir la confirmación de Daenerys, Tyrion se levantó para hablar.

- Theon.- Euron interrumpió al enano.- Tengo a tu hermana, si no te entregas ahora mismo... la mato.

El muchacho de cabellos blancos envió una mirada a Tyrion y otra Eilidh, la rubia negó levemente, no iban a matar a Yara, al menos no por el momento.

- Deberíamos empezar por los problemas más graves.- dijo Tyrion.

- ¿De qué habláis?- Euron se levantó.- Sois el problema más pequeño.

- ¿Recordáis que ya hablamos sobre las chanzas de enanos?- le preguntó Tyrion a Theon.

- La suya ni era buena.- dijo Theon con enfado.

- La explicaba al final, nunca la expliques, la destrozas.

- Los enanos no tienen derecho a vivir en las islas del hierro.- dijo Euron.- Los matamos al nacer, por clemencia para sus padres.

- Tal vez deberías sentaron.- dijo Jaime Lannister al ver que el Greyjoy cada vez se acercaba más a su hermano.

- Sentaos o marchaos.- sentenció Cersei. Haciendo que, aunque en contra de su voluntad, volviese a su asiento junto a ella.

- Somos un grupo de personas que no nos caemos muy bien, como este reciente testimonio a demostrado.- dijo Tyrion.- Hemos sufrido, todos, a manos de los otros, hemos perdido seres queridos, a manos de los otros. Si tan solo quisiéramos más de mismo, no habría necesidad de congregarse. Somo totalmente capaces de librar la guerra entre nosotros sin vernos cara a cara.

Nieve en verano (GoT)Where stories live. Discover now