XXVIII

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Se encontraban a la altura de Invernalia, se habían desviado al bosque de los lobos, porque aquel que durante años había sido el hogar de los Stark ahora había sido usurpado. 

El aullido de un lobo resonó por todo el bosque seguido de un grito femenino. 

- Ese es Brandr.- dijo Eilidh haciendo que Ezra detuviese el carruaje.- Voy a ver que ha sucedido, quédate aquí cuidando de las cosas. 

- No creerás que te voy a dejar ir solo, ¿verdad?- preguntó incrédulo. 

- Vas a tener que hacerlo.- dijo ya yendo en dirección al aullido.- No te preocupes por mi, se defenderme. 

Eilidh corrió entre los árboles sintiendo la nostalgia de cuando solía hacerlo de cría con sus hermanos. Miro a cada uno de sus lados y vio a dos chicos de no más de diez años correr junto a ella mientras reían, uno era pelirrojo, era quien llevaba la delantera y el otro tenía el cabello castaño oscuro, se mantenía a su altura y la miraba con una gran sonrisa que causaba que se le achinasen los ojos. 

Volvió a la realidad cuando cuando vio ante a ella a su cachorro, aunque eso solo ante sus ojos, lo cierto es que el lobo había crecido desmesuradamente, era casi de su altura aún estando a cuatro patas, y su pelaje negro acompañado de unos ojos rojos brillantes le daban un tétrico aspecto. Brand estaba sobre un hombre gordinflón, al lado de este y en shock había una mujer sosteniendo un pequeño bulto contra su pecho. 

- ¡Brandr, basta!- al escucharla el lobo rápidamente se echó hacía atrás dejando al hombre libre. 

La muchacha se acercó apresuradamente y lo ayudó a levantarse. 

- ¿Quiénes sois?- cuestionó Eilidh, no parecían peligrosos y no entendía por qué Brandr les había atacado. 

- Soy Samwell Tarly.- respondió el hombre.- Soy un guardia de la noche, atravesábamos el bosque cuando este lobo, que supongo que te pertenece, nos ha atacado. 

- Lo siento por eso, Brandr lo suele atacar a nadie si no tiene alguna razón o si yo no se lo ordeno.- se disculpó.- Has dicho que perteneces a la guardia de la noche, ¿no es así?

- Deberías llevar a tu perro atado.- se quejó la mujer tirando del brazo de Sam hacía ella. 

Brandr gruñó ganándose una mala mirada de parte de Eilidh, que lo hizo callar de inmediato. 

- No es un perro.- rio Eilidh.- Es un lobo huargo. 

- Un lobo huargo.- murmuró Sam.- ¿Sois acaso una Stark?

- Me dirijo hacia el muro.- respondió ignorando la pregunta del chico.- Debo reencontrarme con mi hermano, ¿sabes si Jon Nieve se encuentra allí? 

- Cómo no he caído antes.- Sam se golpeó la frente con la palma de la mano.- Sois Eilidh, la hermana de Jon, me ha hablado innumerables veces sobre ti. Ahora que me fijo en vuestro rostro, sois calcada a él, lo único es que pensé que vuestro pelo era del miso color que el suyo. 

- Simplemente a cambiado.- respondió la muchacha.- Entonces, sois amigo de Jon. 

- Su mejor amigo.- respondió orgulloso.- ¿Por qué os dirigís al Castillo Negro?

- Estaba con mi hermano Robb cuando murió, conseguí escapar.- explicó.- Necesito reunirme con Jon para armar algún plan. 

- ¿Qué pretendéis?- preguntó la chica. 

- Acabar lo que mi hermano no pudo.- dijo entre dientes.- Pero no es algo que pueda conseguir sola. 

- Jon no puede ayudarte.- replicó Samwell.- Ahora es un hermano de la guardia de la noche, le esta prohibido entrometerse en situaciones de ese tipo. 

- De todas formas no tengo otro sitio al que ir.- dijo Eilidh.- Iré allí, hablaremos y luego decidiré que hago.

- Bien, en ese caso, os acompañaremos.- dijo Sam.- También nos dirigimos hacia el muro. 

- Genial.- sonrió Eilidh.- Mi acompañante está en el camino, tenemos un carro, estoy segura de que estáis agotada, podrás descansar un poco. 

- Me llamó Elí.- respondió la chica.- Y él es Sam. 

- ¿Es vuestro hijo?- preguntó Eilidh mirando a Sam, el muchacho negó.

No tardaron en llegar junto con Ezra, que ya estaba impaciente. Al principio al moreno no le pareció tan buena idea ir junto a dos desconocidos, pero Eilidh tampoco le dio otra opción. 

Elí iba sentada en el carro ente los baúles con su hijo en brazos. Eilidh le había cedido su lugar a Sam mientras ella iba a lomos de Brandr. 

Los tres la miraban impresionados, jamás habían visto una estampa parecida. El caballo suelto de la muchacha flotaba a causa del aire mientras estaba se aferraba al cuerpo del lobo para no caer. Parecía tan pequeño a lomos del huargo que se perdía entre su pelaje. 

Ninguno la conocía muy a fondo, pero sentían que tenían ante sus ojos la propia imagen de la libertad. A los ojos de Sam, Eilidh era clavada físicamente a su mejor amigo a excepción de que esta tenía la mitad de la cabellera rubia, pero lo poco que había visto de su personalidad no era ni parecida a la de Jon, quizás ambos tenían rasgos iguales, pero en Eilidh se podía palpar una ferocidad que Jon no poseía. 

Se decía que los perros salían a sus dueños, y quizás no era distinto en los lobos. Fantasma era silencioso y aunque con su simple presencia se hacia respetar, no era comparable a Brandr, el gran lobo negro te hacía voltear a verlo, le encantaba que notasen que estaba allí y que le tuviesen miedo, desprendía una ferocidad que acongojaba a todo el que estuviese cerca suya. 

Nieve en verano (GoT)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt