XLIII

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Después de pasar horas en la bañera frotando para quitarse toda la sangre seca que tenía pegada a la piel. Eilidh volvió al patio, todavía seguían moviendo cuerpos de un lado para otro y ahora que estaban en casa se preguntaba si de verdad tanta muerte era necesaria.

- ¿Qué piensas hacerle?- cuestionó Jon llegando a su lado.

- Voy a hacerle sufrir.- dijo entre dientes.

Eilidh había dado ordenes claras de que encerrasen a Ramsay y que no le hiciesen nada hasta que ella fuese.

- Quizás no deberías...

- Ha matado a Rickon.- Eilidh lo interrumpió.- Torturó a Sansa y a Theon, no me pidas que tenga compasión por él.

- No lo digo por él.- dijo Jon.- Lo digo por ti, deja que simplemente lo maten.

Eilidh no respondió, simplemente se encaminó hacia las celdas en las que tenían a Ramsay, el mismo lugar en el que se encontró a Theon.

- Eilidh Nieve.- dijo con dificultad al verla.- No mentía cuando dije que eras la mujer más bella que había visto, me alegra que mi última vista vaya a ser tu rostro.

- Supongo que te acuerdas de Theon Greyjoy.- dijo entrando a la celda.

- Claro que me acuerdo de Hediondo.- dijo con algo de burla.

Escuchar ese nombre la enfureció.

- Theon de la casa Greyjoy.- corrigió dándole un puñetazo.- Lo que le hicisteis fue inhumano, nunca pensé que pudiese existir alguien tan repulsivo.

De su vestido sacó la daga que un día su padre se obsequio.

- Pienso hacerte pagar por todo lo que le hiciste, a él y a Sansa.- contorneó su mandíbula con la daga.- Y por la muerte de Ezra y Rickon.

- Estuvo cerca de alcanzarte.- se burló del pequeño Stark.- Pero quizás sus piernas eran demasiado pequeñas y sus pasos demasiados cortos.

Eilidh se contuvo para no rajarle la garganta en ese mismo instante y en vez de eso, le clavo la daga en el hombro.

- Es curioso el blasón de vuestra casa.- dijo Eilidh.- Un hombre desollado. Sabes, muchos decían que mi hermano Robb podía convertirse en un gran lobo huargo, como el blasón de su casa. Quizás sea el momento de que tú te conviertas en el tuyo. O debería darte de comer a tus hambrientos perros.

- Vos sois tan oscura como yo.- dijo con dificultad.- No sois mejor.

- No es algo que me preocupe.- sin previo aviso cortó tres dedos de la mano de Ramsay.- Ahora solo quiero disfrutar.

Entre gritos dolor, Eilidh le cortó cada uno de los dedos tanto de manos como de pies. Ignorando sus suplicas le cortó el miembro viril, no entendía por qué tanto deseo de conservarlo, si no iba a tener como usarlo. Muerto, uno no tiene forma de follar. Metió todo en un cubo y mandó que se lo diesen de comer a sus queridos perros.

- Si te desolló no va a haber forma de reconocerte.- dijo Eilidh con fingida pena.- Quizás debería atravesarte el corazón como tu padre lo hizo con mi hermano.

Ramsay seguía respirando, pero había perdido tanta sangre que era prácticamente incapaz de articular una sola palabra.

- Con tu muerte acaban los Bolton, no quedan más de tu casa y esta derrotará será único que se sepa de vosotros.

- Al menos se sabrá mi nombre.- dijo con dificultad.- Tú no eres más que una bastarda, mi querida esposa y tú hermano bastardo siempre estarán por encima de ti.

- Cuidado con lo que dices.- escupió.- No puedo creerme que malgastes tus últimas palabras en insultarme. Utilizas la palabra bastardo como insulto, pero por mucho que tengas el apellido Bolton, sigues siendo uno. Nunca has dejado de ser un bastardo. Pero eso no tiene ninguna importancia ahora, como Bolton o como Nieve, vas morir de todas formas.

En un rápido movimiento clavó la daga en la frente del hombre, sus ojos se ensangrentaron y su corazón se paró.

Con el vestido azul claro manchado de rojo, al igual que sus manos. Salió de las perreras ganándose la mirada de todos en el patio. Caminó con postura recta y la cabeza en alto hasta sus aposentos, que eran los mismo que había ocupado de niña.

En cuanto cruzó la puerta se dejó caer al suelo, lloró y lloró, no solo por Rickon, sino por todo lo que había pasado y todo lo que le quedaba. Sintió unos brazos rodearla, que lejos de reconfortarla le hicieron recordar todo lo que había perdido. Volver a estar en casa le recordaba todo lo que le habían arrebatado de su vida.

- Ya está.- murmuró Jon sobándole la espalda.- Estamos en casa.

- ¿A caso sigue siendo nuestro hogar?- preguntó ahogada en llanto.- Nada de lo que le hacía un hogar esta ahora.

- Volverá a serlo.- le susurró.


- No podéis esperar que los caballeros salvajes luchen contra intrusos salvajes.- se quejó uno de los señores.

- No somos intrusos.- respondió Tormund.- Fuimos invitados.

- No por mi.

Jon se levantó de su asiento, el que solía ocupar su padre.- El pueblo libre, los norteños y los caballeros del valle luchamos valientemente juntos, y vencimos. Mi padre decía que encontramos a los auténticos amigos en el campo de batalla.

- ¡Los Bolton están derrotados, la guerra a terminado!- exclamó uno de los hombres- Llegó el invierno, si los maestres aciertan será el más frio de los últimos mil años. Deberíamos irnos a casa antes de que lleguen las tormentas.

- La guerra no ha terminado.- Jon alzó la voz.- Y os lo prometo amigos, el auténtico enemigo no se resguardará de la tormenta, traerá la tormenta.

Lady Mormont se puso en pie poniendo fin a los murmullos.- Vuestro hijo fue asesinado en la Boda Roja, lord Manderly, pero no acudisteis a la leva. Jurasteis lealtad a la casa Stark lord Glover, pero cuando más lo necesitaba no acudisteis a la leva. Y vos, lord Kerbing, vuestro padre fue desollado vivo por Ramsay Bolton, y tampoco acudisteis a la leva.- los tres nombrados agacharon la cabeza avergonzados.- Pero la casa Mormont recuerda, el Norte recuerda. No reconocemos más rey que el rey en el Norte, cuyo apellido es Stark. Me da igual que sea un bastardo, la sangre de Ned Stark corre por sus venas, es mi rey, desde este día hasta su último día.

Los murmullos volvieron a hacerse presentes.

- Lady Mormont habla áspera y verazmente. Mi hijo murió por Robb Stark, el joven lobo, no pensé que encontraríamos otro rey en mi vida. No me comprometí con vuestra causa porque no quería que muriesen más Manderly por nada. Pero me equivoqué. Jon Nieve ha vengado la Boda Roja.- Eilidh mantuvo la mirada al frente sin ningún tipo de expresión en el rostro, de nuevo sentía que cada logro que había conseguido había sido en vano.- Es el lobo blanco, el rey en el Norte.

Lord Manderly fue seguido por muchos más señores, que se arrodillaron ante su nuevo rey.

Jon la miró con una pequeña sonrisa, que quiso corresponder, pero no pudo, estaba cansada de arrodillarse ante reyes. Ella fue quien dijo a Sansa que avisase al nido de águilas, ella estuvo planeando la estrategia antes de la batalla, ella fue quien remató a Ramsay y era ella quien llevaba años luchando por el norte. Juro vengar la Boda Roja y ahora todos le daban ese mérito exclusivamente a Jon.

No sabía en que momento había sucedido, pero igual que antes negaba desear el poder, ahora no podía hacerlo.

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora