LIII

357 33 1
                                    

- Los niños irán a la cripta, pero todos mis hermanos serán soldados.- Eilidh escuchó lo que una pequeña niña le decía a ser Davos, quien estaba repartiendo comida a los soldados.- Quiero luchar también.

- Me alegra oír eso.- Eilidh bajó hasta su altura.- Estoy segura de que todos se sentirán mucho más seguros si estuvieses allí para protegerlos. Yo misma iba a ocuparme de proteger la cripta, pero estoy segura de que tú lo harás mucho mejor.

- Muy bien, defenderé la cripta entonces.- la niña se fue con su plato de comida.

Aunque a Eilidh le costase verlo, ella era alguien respetado en Invernalia, muchos eran conscientes de su gran labor por la seguridad y honor del Norte. Además, había muchas chicas de todas las edades que la idolatraban, tanto por su belleza y buen porte, como por su habilidad y destreza en combate.

Esa niña no hubiese aceptado tan feliz el cargo de defender la cripta si se lo hubiese ofrecido otra persona, pero que hubiese sido Eilidh lo cambiaba todo.

- Si se lo permiten, de mayor será una buena guerrera.- dijo Eilidh con una pequeña sonrisa.

- Como vos.- asintió ser Davos.- No os dais cuenta, pero muchos os admiran.

- ¿De qué me sirve eso?- preguntó la rubia.


- Ya vienen, tenemos vidiagrón y acero valyrio. Pero son muchísimos, son demasiados. Nuestro enemigo no se cansa, no para, no siente. No podemos vencerlo en el cuerpo a cuerpo.- dijo Jon.

- ¿Y qué podemos hacer?

- El rey de la Noche les creo, siguen sus órdenes. Si el cae todos lo hacen, acabar con él es nuestra mejor baza.

- Si es así jamás se expondrá en combate.- dijo Jaime Lannister.

- Si, lo hará.- dijo Bran.- Vendrá a por mi, ya lo intentó muchas veces con otros cuervos de tres ojos.

- ¿Por qué?- preguntó Sam.- ¿Qué quiere?

- Una noche sin fin, quiere eliminar este mundo. Soy su memoria.

- Esa es la muerte, ¿verdad?- preguntó Sam.- Olvidar, ser olvidado. Si olvidamos donde hemos estado y qué hemos hecho, ya no somos hombres, solo animales. Tus recuerdos no vienen de los libros, tus historias no son solo historias, si quisiera borrar el mundo empezaría por ti.

- ¿Cómo dará con vos?- preguntó Tyrion.

- Llevo su marca.- Bran enseñó su brazo.- Siempre sabe donde estoy.

- Te meteremos en la cripta, es lo más seguro.- dijo Eilidh.

- No.- negó Bran.- Debo atraerlo a campo abierto antes de que su ejército nos destruya, iré al bosque de dioses.

- ¿Quieres que te usemos como cebo?- preguntó Eilidh negándose a hacer tal cosa.

- No te dejaremos solos.

- No ira solo.-intervino Theon.- Iré con él y con los hijos del hierro. Te arrebaté este castillo, déjame defenderlo ahora.- Bran asintió.

- Theon...- Eilidh lo miró preocupada.- No puedes, deja que otro se ocupe, serás más útil...

- Déjame hacerlo.- le interrumpió.- Quiero ser yo quien este allí.- Eilidh bajó la cabeza resignada, si iba a estar custodiando a Bran iba a enfrentarse al rey de la Noche seguro.

- Ser Davos y yo os avisaremos desde la muralla para que prendáis la trinchera.- avisó Tyrion.

- Ser Davos es perfectamente capaz de agitar una antorcha solo, estaréis en la cripta.- se negó Daenerys.

- Majestad, ya he combatido, puedo volver a hacerlo junto a los hombres y mujeres que arriesgaran...

- Hay miles de ellos.- Daenerys lo interrumpió.- Y vos sois único, no podéis luchar tan bien como ellos, pero podéis pensar mejor que cualquiera. Estáis aquí por vuestra mente, de sobrevivir la necesitaríamos.- Tyrion acabó accediendo.

- Los dragones podrían darnos ventaja en el campo.

- Si están en el campo no podrán defender a Bran.- negó Eilidh.- Hay que estar cerca de él, no mucho o si no, no vendrá.

- ¿El fuego de dragón lo detendrá?- preguntó Arya.

- No lo sé, nadie lo ha intentado.- respondió Bran.

- Todos vamos a morir.- dijo Tormund.- Pero al menos moriremos juntos.- sonrió.

- Se que la noche antes de la guerra habría que descansar, pero también se que ninguno vamos a poder conciliar el sueño.- habló Eilidh.- Me gustaría que mientras aguardamos a la muerte, me acompañaseis al menos por unas horas, me gustaría que acudieseis a mi boda.

- ¿Cómo que tú boda?- preguntaron Jon y Arya confusos.

- No sé lo que va a pasar mañana, no sé si sobreviviremos o no.- dijo desviando la mirada hacia Theon.- Por eso, me gustaría poder casarme con el amor de mi vida, si mañana muero, me gustaría que eso fuese lo último que haga.

- Genial.- Tormund exclamó emocionado.

Eilidh y Theon habían hablado sobre casarse después de que este llegase para luchar por Invernalia, era algo que siempre habían deseado y ahora que sabían que quizás alguno de los dos o ambos morirían tenían que hacerlo.

Eilidh le pidió a algunas mujeres que le ayudasen a coser un vestido, nada demasiado elaborado, no tenían tiempo suficiente. Era blanco roto, tenía el escote recto y unas largas mangas que se iban ensanchando, tenía una larga cola y el bordado de un lobo y un kraken en esta, que Sansa se había encargado de bordar. Llevaba el cabello suelto, pero con dos trenzas a cada lado de su cabeza.

Sansa y Arya la ayudaron a vestirse, aunque en realidad la menor sólo estuvo observando desde la cama.

- Estás hermosa.- le alagó la pelirroja.

- Gracias.- murmuró Eilidh.

- ¿Por qué Theon?- preguntó Arya mientras jugaba con un pequeño cuchillo.

- No hay más razón que porque le amo.- respondió Eilidh.- Llevó años haciéndolo, y si voy a morir quiero que hayamos podido profesar nuestro amor.

- ¿Y si solo muere él?- Eilidh miró a Arya.- ¿No será más difícil llevar su muerte?

- Casados o no, me destrozaría de todas las maneras.- respondió Eilidh.- Esto es solo una forma se gritarle al mundo que lo amo.

Dos golpes secos se escucharon en la puerta.

- Es Jon, dejadnos a solas.- las dos chicas asintieron y salieron de la habitación dejando pasar a su hermano.

- Wow.- la miró sorprendido.- Estás... preciosa.

- Gracias.- sonrió Eilidh.- ¿Puedes ayudarme?- señaló una fina tiara plateada con un zafiro en el centro.

- Claro.- con manos temblorosas, Jon tomó la tiara entre sus manos y se la colocó con cuidado de no estropearle el peinado.- Prométeme que mañana no morirás.

- No es algo que pueda hacer, me gustaría pero no puedo hacerlo.- la rubia acarició su mejilla.- Mi mayor deseo es que todos sobrevivíamos, y ojalá se cumpla. Pero en caso de que no sea así, nos daremos un tiempo para llorarnos y seguiremos adelante.

- No creo poder seguir sin ti, se que parece que este tiempo no te he prestado la suficiente atención, pero cada cosa que dices es importante para mi y la tomó en cuenta.

- Lo sé, Jon, lo sé.- sonrió.- Sansa, Arya y Bran son nuestros hermanos. Pero al fin y al cabo, siempre hemos sido tú y yo, y eso nada ni nadie va a poder cambiarlo.

Con delicadeza Jon besó la frente de su hermana.

- ¿Me entregarías a mi marido?

- Por supuesto.- sonrió.- Y si en un futuro te daña de alguna manera, ten por seguro que le haré pagar.

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora