XXXV

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- ¿Por qué no habéis ido con Stannis?- preguntó Elí mientras preparaba la comida.

- Porque no sé si quiero que él reine.- respondió Eilidh dejando el libro que estaba leyendo a un lado.- Me ha dado el apellido Stark y en cierto modo esa ha sido mi forma de jurarle lealtad, pero no estoy segura de que sea el más idóneo para ocupar el trono. 

- Si no es él, ¿quién?

- No lo sé.- suspiró.- Esa es la cuestión, no creo que haya nadie digno de ocupar ese lugar. Lo único que no quiere es que los Lannister sigan en el poder. 

- Aquí siempre se está cociendo algo.- dos guardias las interrumpieron. 

- Un poco de cordero estaría bien. 

- Una belleza de más haya del muro.- comentó uno de ellos mirándola.- ¿A dónde vas, amor, no somos más guapos que el gordo?

- Callad.- ordenó Eilidh.- No sé quien os creéis que sois para hablarla de esa manera. 

- Discúlpenos, lady Stark.- dijo con tono burlesco.- Di la verdad, cuántas veces dejaste que Stannis te cogiera para tener ese título. 

- Ya podría haber compartido.- el otro le siguió la broma.- Cualquier hombre pagaría por poseer lo que hay bajo ese vestido. 

- Haré que os corten la lengua.- dijo roja de ira.- Os recuerdo quién soy y quien es mi hermano. 

- Una pena que nuestro Lord Comandante no se encuentre aquí para protegeros.- en un rápido Eilidh levantó la mano para darle un puñetazo, pero Derek fue más rápido agarrándola de la muñeca. 

- Soltadla.- la voz de Sam sorprendió a los cuatro.- Hermano Derek, hermano Brand, creo que ambos tenéis guardia esta noche. 

- Sam el Mortífero.- Derek se burló de él.- ¿Me vais a matar con esa espada? Mira como le tiembla la mano. 

- Chicas, id a vuestra habitación y cerrad la puerta.- ambas trataron de hacerlo, pero lo único que consiguieron fue un empujón que hizo que Elí cayese al suelo y que Eilidh se golpease la frente con el borde de la mesa que la dejo bastante aturdida. 

Sam trató de enfrentar a Derek, pero el Tarly no era bueno en batalla y no tardó ni un segundo en estar en el suelo. Elí se tiró sobre Derek pero apenas consiguió nada, mientras Brand golpeaba a Sam aún en el suelo. 

Tomó una jarra y escabulléndose de la mirada de Derek se acercó a Brand por la espalda rompiéndole la cerámica en la cabeza. Cuando este cayó a un lado, tomó la espada de Sam y la alzó. 

- Una dama con una espada.- Derek se burló. 

- Estoy segura de que ha vuestro oídos llegaron las victorias del rey en el Norte en el campo de batalla, fui parte de cada una de ellas. Se manejar una espada mucho mejor de lo que vosotros sabréis en vuestra vida.- gruñó.-  Soltad a Elí. 

- Hazle caso, Derek.- dijo Brand adolorido.- Alguna vez escuché que era mejor que sus hermanos.

Un gruñido a espaldas de Eilidh fue lo último que necesitaron los dos guardias para salir de allí corriendo. 

Eilidh dejó caer la espada y junto con Elí ayudó a Sam a levantarse del suelo, aunque este parecía estar a punto de volver a desplomarse en cualquier momento.

- Me retiró a mi habitación.- dijo Eilidh sin preocuparse demasiado del estado de Elí y Sam.- Vámonos, Fantasma.

El  lobo obediente siguió a la chica. A pesar de que no fuese su dueña, Fantasma le tenía devoción, no más que a Jon por supuesto. Cada huargo tenía a su Stark, al que eran completamente leales. Pero también guardaba algo de fidelidad para los otros hermanos. Los huargo se habían criado como una manda, y habían aceptado a todos los hermanos Stark en ella. 

Esa noche soñó con una mujer de cabello rubio platinado peinado en trenzas, sus ojos eran violetas y sobre su cabeza estaba postrada una corona, una simple banda de oro con siete piedras de color. La mujer sobrevoló Desembarco del rey a lomos de un gran dragón, aterrizó el sala del trono de la Fortaleza Roja, que ahora no tenía techo. Bajó del dragón y caminó hacia el trono que le correspondía por derecho. Antes de que pudiese llegar su pecho comenzó a sangrar. Un dragón se posó ante ella y tras bañarla en una ráfaga de fuego, la devoró en seis bocados, dejando únicamente su pierna izquierda debajo de la espinilla. 

Eilidh despertó en mitad de la noche con una horrible sensación en el pecho, no sabía quién era esa mujer, si era real o solo fruto de su imaginación. Pero se había visto mínimamente reflejada en sus ojos y se preguntaba si a caso ella acabaría de una forma tan desagradable como ella, si estaba destinada a una horrible muerte. 

La imagen de Ezra vino a su mente, él insistía en que su señor de luz le había devuelto a la vida para que cumpliese su destino, pero ni si quiera sabia cuál era, ya había fracasado una vez, ¿qué le aseguraba que no volvería a hacerlo?

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora