XII

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Eilidh se escabulló por la noche para ir a ver al prisionero estrella del campamento.
Brandr iba a su lado, había crecido bastante en este último tiempo, era más grande que Viento Gris, y estaba segura que del resto de lobos de sus hermanos, a pesar de que cuando lo cogió de nieve de cachorro era el mas pequeño y delgado.

Vio al rubio tras las rejas, aún no se había percatado de su presencia, miraba al suelo sin poder mover ni un músculo a causa de la cadenas que lo mantenían prisionero.

- No sabes lo mucho que estoy disfrutando de verte en estas condiciones.- dijo llamando la atención del Lannister.

- La bastarda de Eddard Stark.- mencionó mirándola.- Desde luego que eres su hija, sois iguales.

- Tus hijos también han heredado tus rasgos.- se burló mientras abría la puerta.- ¿Qué pensaría la gente si supiese que ninguno de los tres hijos de la reina es un Baratheon?

- Poco me importa eso ahora mismo.- respondió despreocupado.- Mi padre conseguirá sacarme de aquí.

- Que triste que a tu edad aún dependas de tu padre.- murmuró.- ¿Cómo están Arya y Sansa?

- Bien, una a punto de convertirse en reina y en una Baratheon, porque eso es lo que es el rey, tu rey Joffrey.

- Mi único rey es el rey en el Norte, Robb Stark.- escupió molesta. Se agachó a la altura de Jaime y lo tomó con fuerza del rostro.- Quiero que sepas que hasta la última de las personas implicadas en la ejecución de mi padre conocerá lo que es el sufrimiento y la muerte. Tú querido sobrino mayor es quién más arriba está en mi lista, si por mi fuera haría que Brandr le devorase.

Eilidh empujó su rostro con despreció y se levantó, Brandr se acercó gruñendo al hombre. A escasos centímetros de su rostro el mostró los dientes y antes de hacer nada se fue siguiendo a su dueña.

- Pasa una buena noche, Nieve.- Jaime se burló del apellido de la chica.

- Seré una Nieve, pero tengo más honor que todos los Lannister juntos.- cerró la celda con llave.- No subestimes a los bastardos, después de todo, está reinando uno.

Robb le había pedido a Eilidh que se reuniese con él en su tienda, el joven rey ya había hablado con su madre sobre sus próximos pasos, pero aún así necesitaba consultarlo con su hermana, sentía que ella era su mejor apoyo. Él era la cara visible ante todo el mundo, pero ella era una parte importante en cada una de sus decisiones.

- Se que Lord Balon no es un buen aliado, pero necesitamos sus hombres.- dijo Robb mientras servía una copa de vino para cada uno.- Mi madre me lo ha advertido, pero según el acuerdo que he hablado con Theon, si le prometo una corona tras nuestra victoria nos respaldará.

- Tampoco creo que Lord Baelon sea alguien de quien fiarse.- Eilidh concordó con Lady Catelyn.- Es cierto que necesitamos sus hombres, y sobre todo, sus barcos. Padre contribuyó en la sofocación de su rebelión hace años, debe estar rencoroso contigo por eso.- le dio un sorbo a su copa.- No confío en Lord Balon, pero si en Theon. Se que él tratará de conseguirte el apoyo de su padre y si no lo consigue volverá a tu lado.

- Bien, entonces enviaré a Theon a las islas del Hierro.- accedió.- ¿Qué crees que deberíamos hacer con el Lannister?

- Me encantaría poder acabar con él.- aceptó Eilidh.- Pero lo mejor es que lo mantengamos como nuestro rehén, es el hijo al que más aprecio le tiene Tywin, es su punto débil. No solo el suyo, también el de la reina.

Robb dejó su copa a un lado y se tumbó en la cama al lado de su hermana, que se tumbo a su lado. En la habitación solo podían escucharse sus respiraciones y el poco ruido de la naturaleza que venía del exterior junto con los murmullos de aquellos que hacían guardia.

- ¿Recuerdas la primera vez que combatimos?- preguntó Robb.

- Eran espadas de madera y me ganaste injustamente.- contestó con una sonrisa.- Tú ya habías entrenado, aunque sea mínimamente, con ser Rodrick. Para mi era la primera vez que me enfrentaba a algo así, recuerdo como corriste con una sonrisa orgullosa a contárselo a padre. Después de eso, padre vino a curarme las heridas de las rodillas y a ofrecerme su ayuda para aprender a combatir.

- Ahora mismo no me enfrentaría a ti, me gustaría seguir conservando mi honor.- dijo entre risas.

- Claro, porque que Eilidh Nieve, una mujer y una bastarda, ganase en un combate al rey en el Norte acabaría con tú reputación.- la chica se unió a las carcajadas de su hermano, teniendo que reincorporarse para poder controlar su respiración.

- Te concederé el apellido Stark.- dijo mirándola fijamente.- Cuando tenga el poder suficiente para hacerlo, claro.

- ¿También a Jon?- preguntó Eilidh.

- También a Jon.- asintió. Eilidh pareció complacida con la respuesta, pero no pudo evitar pensar en si realmente necesitaba un apellido importante.- ¿Sucede algo?- preguntó Robb al ver su ceño fruncido.

- ¿Qué diferencia habrá entre Eilidh Nieve y Eilidh Stark?- preguntó la muchacha.- ¿Seré más respetada por los norteños y entraré en la herencia familiar?- le preguntó, pero realmente eran cosas que se cuestionaba también a sí misma.- No quiero que mi relevancia se base en si soy una Stark o no.

- Tienes tiempo para pensarlo.- le acarició el cabello.- Sea cual sea tu decisión la respetaré. Pero quiero que sepas, que lleves el apellido que lleves, siempre vas a ser mi hermana, todos te apreciamos, incluida Sansa.- a Eilidh se le dibujo una pequeña sonrisa.

Toda su vida en Invernalia, ella y Jon, habían sentido el desprecio que Lady Catelyn les tenía, y esa era una de las razones por las que en ocasiones no sintiesen que Invernalia era su hogar. Las malas cosas del Norte les hacían olvidar que si había quien les apreciaba, sus hermanos y su padre siempre habían demostrado estar ahí para ellos de una forma u otra. Eran unos norteños, su propio apellido lo decía.

Nieve en verano (GoT)Where stories live. Discover now