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Devuelta a Invernalia, Eilidh cabalgaba tras su hermano y la reina, a su lado iba Missandei, habían cruzado alguna que otra palabra, pero Eilidh no estaba lo suficiente interesada en hablar con ella.

Cuando llegaron al pueblo, los ciudadanos comenzaron a correr despavoridos al ver a los dos dragones de Daenerys sobre volarles. Eilidh estaba segura de que la Targaryen tenía una sonrisa de satisfacción en el rostro, todos estaban viendo cuan grande era su poder. Desde su caballo, Eilidh trataba de calmarles, pero era en vano.

Vio a Arya entre la multitud, la castaña miraba fijamente a Jon, que ni si quiera se había percatado de su presencia.

Al llegar al patio del castillo, todos los señores estaban esperándoles. Tal y como ellos una vez lo hicieron con el rey Robert.

El primero en descabalgar fue Jon, que fue directo a encontrarse con Bran. Eilidh lo siguió acompañada de Daenerys. Besó la frente de Bran y luego la mejilla de Sansa.

- La reina Daenerys de la casa Targaryen.- ante la presentación de Jon, Eilidh se hizo a un lado para dar paso a la platinada.- Mi hermana, Sansa Stark, señora de Invernalia.

Eilidh desvió la mirada a los señores del Norte, en concreto al ceño fruncido de Lyanna Mormonrt, no querían a la reina dragón, tal y como había pensado.

- Gracias por invitarnos a vuestro hogar, lady Stark.- dijo sonriente.- El Norte es tan bello como afirmaba vuestro hermano, igual que vos.

- Invernalia es vuestra, majestad.- dijo Sansa con algo de pesar.

- NO hay tiempo para esto.- interrumpió Bran.- El rey de la Noche tiene vuestro dragón, el muro a caído, los caminantes blancos marchan hacia el sur.


- Dispondréis de los que podamos prescindir, corred a Último Hogar y traed a vuestro pueblo aquí.- le dijo Sansa a lord Amber, un niño que apenas superaría los diez años.

- Debemos enviar cuervos a la Guardia de la Noche.- dijo Jon.- De nada sirve empeñarnos allí más, nos defenderemos aquí.

- De inmediato, majestad.

- ¿Majestad?- lady Lyanna se puso en pie.- Pero no lo sois, dejasteis Invernalia como rey y volvéis como... ni si quiera se lo que sois ahora, un lord, nada en absoluto.

- Eso no importa.

- ¿No importa?- preguntó incrédula.- Os coronamos rey en el Norte.

Jon desvió la mirada hacia Eilidh, estaba pasando justo lo que ella le había advertido. No había gustado su decisión.

- Así es, señora, el mayor honor de mi vida y siempre os agradeceré vuestra fe.- se levantó.- Pero al dejar Invernalia os dije que necesitábamos aliados o moriríamos. Y he traído aliados a casa, para luchar a nuestro lado, tuve que elegir, conservar mi corona o proteger el norte. Y elegí el Norte.

En un arrebato de enfado, Eilidh se levantó del lado de Bran y salió del salón. Jon le había jurado lealtad a Daenerys porque le amaba, él decía que era algo que había estado meditándolo mucho tiempo, pero ella no lo creía así. Daenerys decía ser la legítima heredera de los siete reinos, y por ende su protectora, pero era curiosos como Jon había tenido que arrodillarse ante ella para que fuese a defender el Norte. Le interesaban los siete y reinos y el poder, no sus ciudadanos.

Salió al patio del castillo, había demasiada gente en él, todos yendo ajetreados de un lugar a otro. Fue hacia las perreras, Brandr estaba allí. El lobo lloriqueo al verla, llevaban demasiado separados, y la rubia en seguida se sintió mal de no haber ido a verle de inmediato.

Cuidadosa abrió la jaula y el animal salió de allí con rapidez.

- Jon me obliga a manteneros aquí, mientras los dragones de esa mujer pueden campar a sus anchas.- murmuró acariciándole la cabeza.- Sígueme, chico.

La mirada de todo el que pasaba a su lado se fijaba en ella, en el Norte estaban acostumbrados a ver a los lobos. Pero los huargo que trajeron los hijos de Ned Stark hace años no eran lobos normales, muchos estaban acostumbrados a verlos. Pero para aquellos que seguían a la reina desde sus inicios era algo nuevo. Sus dragones eran aterradores y sorprendentes, pero un lobo que superaba la altura de un humano también.

- Ha crecido desde la última vez que lo vi.- dijo Tyrion a sus espaldas.

- Cuando lo encontré de cachorro, era el más pequeño de la camada.- dijo Eilidh girándose para estar cara al Lannister.- Fue el que creció más rápido y el que se hizo más fuerte.

- Como vos.- respondió el hombre.- Puedo ver la fiereza en vuestra mirada, no es comparable a la de vuestros hermanos. Se que no os gusta la reina, y entiendo vuestra posición.

- ¿Pero?- dijo Eilidh.- Respalde las decisiones de mi hermano Robb, incluso si no me parecían las mejores. Haré lo mismo con las de Jon, pero eso no significa que debe estar feliz de que ella este aquí. Respondedme sinceramente lord Tyrion, ¿qué tanto la conocéis para saber que ella será una buena reina?

- No puedo saberlo.- respondió sincero.- Puede que lo sea o puede que no, de momento solo se que es la otra opción a Cersei, y que todo lo que ha hecho junto a mi ha sido bueno para el pueblo, todos los que la siguen han sido liberados por ella, así hizo su ejército.

- ¿Es tan mala Cersei?- preguntó la rubia.- Es malvada y cruel, pero de momento no es algo que le haya afectado al pueblo.- dijo Eilidh.- ¿Pero sabes que ha hecho Daenrys en lo que lleva aquí?- el enano la miró curioso.- Quemó vivos a dos hombres que se negaron a postrarse ante ella, a dos prisioneros de guerra y padre y hermano del mejor amigo de Jon.

- ¿Cómo sabes eso?- preguntó Tyrion sorprendido.

- No importa.- negó.- Pero quien nos dice que no hará lo mismo con cada persona que se niegue a postrarse ante ella. Una reina debe aceptar que habrá quienes no la quieran y no prender fuego a todo aquel que la contradiga. Piénsalo lord Tyrion, ¿estáis ayudando a la persona correcta a llegar al trono?

Eilidh montó a lomos de Brandr y se alejó del castillo sumergiéndose en el espeso bosque. El irse a las islas del hierro a vivir ahora no le parecía tan mal plan, no le importaba el mal clima de allí o su gente, quizás fuese lo mejor.

Nieve en verano (GoT)Where stories live. Discover now