Nieve en verano (GoT)

XXIX

Habían acampado en el espesor del bosque de los lobos, una idea descabellado si no tuviesen la compañía del huargo. 

Eilidh se había quedado haciendo guardía, desde donde estaban se podía ver la luz del castillo. Lo observó acongojada, esa había sido su casa durante diecisiete años y ahora era ocupada por otros. 

Sabiendo que no era una buena idea, pero sin poder luchar contra sus impulsos. Después de ordenar a Brandr que vigilase por ella, comenzó a descender en la oscuridad hacia el castillo. A medida que se iba acercando podía comenzar a ver con más claridad. 

Estaba en uno de los laterales, sabía que por allí podía colarse, porque ya lo había hecho antes cuanto vivía allí. Antes de saltar al otro lado del muro se asomó para observar que no había nadie, vio a algún que otro guardia, pero nada preocupante. 

Saltó al patio y ocultándose en su capa negra camino pegada a la pared. Con un paso sumamente sigiloso llegó a la zona en la que solían guardar los perros. Gracias al fuego de una de las antorchas pudo ver a tres perros en una de las jaulas, debían ser los perros con los que decían que el bastardo de Lord Bolton salía a cazar. 

Siguió andando por el lugar hasta que se topó con otra jaula, dentro de esta pudo distinguir lo que parecía un humano, estaba tirado en el suelo, hecho un ovillo. 

- Chs.- lo llamó pero no obtuvo respuesta.- Oye, oye. 

La persona comenzó a moverse, parecía que había conseguido despertarle, cuando levantó la cabeza ambos se quedaron impactados. 

- Theon...- Eilidh pronunció con dificultad, aunque quien tenía en frente tenía los rasgos de aquel muchacho, estaba muy cambiado, estaba en los huesos, podía ver cicatrices por su cuello y tenía el cabello completamente blanco.- Theon, ¿qué te ha sucedido?- preguntó preocupada olvidando todo lo que el Greyjoy les había hecho. 

- No, Theon no.- murmuró dándose golpes en la cabeza.- Hediondo, Hediondo. 

- ¿Qué estás diciendo?- metió la mano por los barrotes posándola sobre su mejilla.- ¿Quién te ha hecho esto?- preguntó observando su estado deplorable con lágrimas en los ojos.- ¿Ha sido el bastardo de Lord Bolton?

Silencio, ni una sola palabra salió de la boca de Theon. 

- Vale, eso no importa ahora.- Eilidh observó a su alrededor asegurándose de que nadie la viera.- Voy a sacarte de aquí. 

- No.- dijo enfadado.- No puedo irme, o el amo se enfadará conmigo. 

- Eso dará igual, porque estarás lejos.- le acarició la mejilla con suavidad.- ¿Cómo es que después de tanto sigo amándote, Theon?

- No merezco que me ayudes.- murmuró el muchacho, que parecía haber vuelto, al menos mínimamente, en sí.-  He hecho tantas cosas mal, y aún así estás aquí, no lo merezco. 

- Ya lo sé.- murmuró mientras observaba la cerradura pensando en como abrirla.- Pero no mereces esto, me duele verte así. 

- Mi hermana vino a por mi con hombres del hierro y no pude irme con ella.- le dijo Theon, o lo que quedaba de él.- ¿Por qué crees que será diferente esta vez?

- Porque soy yo la que esta aquí.- respondió.- Con la que hablabas de planes de boda.

Tomó la mano de Theon entre los barrotes y la pegó a su pecho para que pudiese sentir su corazón latir a toda velocidad. 

- Te ame con tanta intensidad, que después de todo, mi corazón sigue queriéndote.- Theon la miró con lágrimas en los ojos. 

Por primera vez en bastante tiempo, había vuelto a ser Theon Greyjoy y todo gracias a ella, a la chica a la que traicionó por su padre. Jamás se perdonaría haberla defraudado de esa manera. 

- ¿Qué son esos ruidos?- unos pasos y una voz masculina alertaron a ambos. 

Eilidh trató de esconderse entre las sobras. 

Vio al guardia acercarse a las jaulas, comprobó que las perras estaban dormidas y luego fue a la de Theon. 

- ¿A caso estabas hablando solo?- preguntó con burla.- ¿Tan desesperado estás?

Eilidh salió de su escondite con su daga en alto, se la clavó con tanta facilidad en el cuello que parecía que el hombre no tenía huesos. Pero no fue tan sigilosa como pretendía, el ruido despertó a las perras que se pusieron a aullar como locas. 

Sin perder tiempo, Eilidh cacheo al guardia esperando que tuviese las llaves de la celda de Theon. 

- Solo las tiene Ramsey.- le dijo el ahora peliblanco.- Debes irte, no van a tardar en venir, si te ven aquí te esperará lo mismo que a mi o en el mejor de los casos la muerte. Eilidh, no merezco la pena, vete. 

- No puedo irme sin ti, Theon.- se negó.- Encontraré a Ramsey y le quitaré las llaves, sea como sea. 

- Me parece fascinante que después de todo quieras ayudarme.- murmuró Theon.- Pero es imposible, debes irte, te conozco, si estás por esta zona es porque tienes un plan. 

- Voy hacia el castillo negro a por Jon, luego espero poder conseguir apoyo de los norteños para poder terminar lo que Robb empezó. 

- Pues vete, si te quedas aquí no conseguirás nada.- le alentó Theon.- Vete,  y recupera Invernalia, se que lo conseguirás. Yo escaparé por mi mismo y me uniré a ti en algún punto. Pero no puedes seguir aquí. Eilidh, por favor, escúchame, vete. 

Eilidh lo miro atentamente a los ojos, ambos habían comenzado a lagrimear, no esperaba que su encuentro con Theon sería así. Creía que él estaría en las islas del hierro. 

- Te prometo que lucharé.- dijo con voz ahogada. 

- Bran y Rickon escaparon de Invernalia, hasta donde yo sé, siguen con vida.- murmuró Theon.- Te quiero.- Eilidh quiso contestarle pero no le salía, no después de tanto tiempo y de todo lo que había pasado. 

Le costó separar la mano de su rostro demacrado, pero tuvo que hacerlo. Al instante de salir de allí vio a varios hombres entrar, ya habían encontrado el cuerpo del guardia y no tardarían en comenzar a inspeccionar la zona. Corrió hacía donde habían acampado. 

A mitad de camino volvió la mirada hacia el castillo. En ese mismo instante supo que había fallado su palabra, le prometió a su padre que cuidaría de su hogar en su estancia en el sur y no había podido hacerlo, ahora eran otros los que vivían en él, los mismo que habían matado a Robb y a Catelyn. Furiosa se dio la vuelta, no le importaba la sangre que tuviese que derramar, pero conseguiría hacer justicia.