XXXVIII

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Después de que Jon volviese de entre los muertos era visto por los salvajes como una especie de dios. Nadie sabía como podía ser possible, pero ahí estaba.
Quizás el señor de luz tenía planes para los dos hermanos.

Jon tenía un buen corazón, más bondadoso que el de Eilidh, por eso le había costado condenar a muerte a aquellos que le habían traicionado.
Una soga les rodeaba el cuello, esperaban a su muerte e incluso en algunos ojos podía verse el arrepentimiento
Podía verse que la traición que más me había dolido a Jon era la de Olí, el niño al que había nombrado su mayordomo.

Se tomó su tiempo, pero acabó cortando la cuerda que separaba a los cuatro hombres de la muerte.
Después de aquello Jon se quitó su capa negra y se la tendió a su hermano, Eddison Tollet, dándole así el puesto de Lord Comandante.

- Mi guarida ha terminado.- sentenció.

Estaban preparando el equipaje para partir, irían al sur, aún sin saber muy bien que hacer.

- ¡Se aproximan jinetes!- la curiosidad de Eilidh hizo de que dejase su tarea de la lado y saliese a ver quien llegaba.- ¡Abrid las puertas!

Entraron tres personas, entre ellas una chica de cabellos naranjas que enseguida reconocieron.
Atónitos ante quien tenían frente a ellos Eilidh y Jon bajaron las escaleras para ir junto a ella.

No hubo palabras, simplemente se sumieron el un abrazo necesitado. Un pequeño peso se fue del corazón de Eilidh al tener a Sansa entre sus brazos. Era un abrazo demasiado necesitado para los tres.

- Por los dioses.- dijo acunando su rostro entre sus manos.- Vamos dentro, debes estar exhausta.

Prepararon algo de comida para lady Stark y un fuego para que pudiese entrar en calor.

- ¿Recordáis la empanada de riñón que hacía la Vieja Tata?- preguntó Sansa.

- Con guisantes y cebolla.- sonrió Jon.- No debimos dejar Invernalia.

- ¿No deseáis volver al día en que nos fuimos?- el rostro de Sansa volvió a estar serio.- Me dan ganas de gritarme, "no te vayas, idiota".

- Cómo podíamos saberlo.- dijo Eilidh acariciándole el cabello.

- He pensado mucho tiempo en lo mal que os trate. Ojalá pudiese cambiarlo todo.

- Éramos niños.- dijo Jon.- No hay nada que perdonar.

- ¿A dónde iréis?- preguntó la pelirroja.

- A dónde iremos.- le corrigió Eilidh.- Solo hay un lugar al que debemos ir, a casa.- los dos la miraron.- Me prometí que vengaría a Robb, si estoy aquí es por eso. Se lo debemos a padre. 

- ¿Les decimos a los Bolton que hagan la mudanza?- se burló Jon.

- Los echaremos de allí.- dijo Sansa apoyando la idea de su hermana.

- No tenemos un ejército.- negó Jon.

- ¿A cuántos salvajes salvaste?- preguntó Sansa.

- No vinieron aquí para servirme.

- Te deben la vida.- insistió la pelirroja.- ¿Crees que aquí estarán a salvo si Roose Bolton es el guardián del Norte?

- Sansa...- murmuró Jon.

- Invernalia es nuestro hogar, es nuestro, y de Arya y de Bran y de Rickon, estén donde estén, pertenece a la familia, debemos luchar por él.- dijo Sansa.

- ¡Estoy cansado de luchar!- exclamó Jon.- No he hecho otra cosa desde que salí de allí, he matado a hermanos de la Guardia de la Noche, a salvajes, incluso a hombres que admiro. Maté a un muchacho más pequeño que Bran. He luchado y he perdido. 

- Todos hemos luchado nuestras batallas.- dijo Eilidh.- He estado en batalla junto a Robb, murió en mis brazos, ¡tuve la oportunidad de escapar, pero no pude irme sin él y corrí su mismo destino!- Jon bajó la mirada.- Se me dio otra oportunidad y vine a buscarte, por el camino pasé por Invernalia, vi a quien en algún punto de mi vida creí que sería mi esposo y luego nos traicionó, murió mi acompañante y luego moriste tú. Durante todo este tiempo, todos hemos estado luchando sin parar, de una forma u otra. 

- Si no recuperamos el Norte, no estaremos a salvo. Tenéis que ayudarme, aunque lo haré yo misma si es preciso. 

- No quiero que peleemos entre nosotros.- dijo Eilidh.- No podría soportarlo.- se acercó a Jon y dejó un beso sobre su mejilla.- Piénsalo, pero cuando lo hagas, piensa en Robb y en padre, en nuestra vida antes de todo esto. No voy a obligarte a nada, Jon, si quieres unirte a nosotras, estas más que bienvenido. 

Eilidh tomó la mano de Sansa y tiró de ella hasta su habitación, por el momento dormirían juntas. Ambas se cambiaron a ropa de noche y se metieron en la cama entre las grandes y abrigadas pieles. 

- No pienso volver  a dejar que nada te suceda.- le acarició el cabello.- Estás a salvo, con tú hermana mayor. 

- Yo no supe ser una buena hermana mayor para Arya.- sollozó la pelirroja.- Llevo sin saber de ella desde que ejecutaron a padre por mi culpa. 

- No fue tú culpa, nadie más que Joffrey tiene la culpa.- Eilidh la consoló.- Tranquila por Arya, conociéndola, debió de haber conseguido la forma de escapar. Estoy segura de que se las ha apañado para sobrevivir. 

Sansa lloró todo lo que tenía que llorar en el hombro de su hermana. Después de tantos años separada de su familia, ni si quiera podía creerse que había conseguido llegar hasta ellos. 

- El hombre que mencionaste antes, ¿era Theon?- preguntó tímida. 

- Si.- respondió la rubia con pesar.- Después de lo que hizo, podría jurar que el único sentimiento que sentía hacia él era odio. Pero cuando le vi en Invernalia, ni si quiera pensé en eso. Solo quería sacarle de allí, como fuese. Pero no pude. 

- Escapó conmigo.- dijo Sansa provocando que Eilidh se incorporase para poder mirarla bien.- Más bien, escapé gracias a él. Lo que le hizo Ramsey fue demasiado, es como si hubiese borrado la persona que alguna vez fue, hasta que recuperó la cordura. 

- ¿Dónde está?- preguntó Eilidh apresuradamente. 

- Volvió a las islas del Hierro.- el corazón de la rubia iba más rápido de lo normal con solo mencionar al kraken. 

Ahora que sabía que había conseguido huir del infierno en el que estaba atrapado sentía como si un peso se le hubiese quitado de encima.

- Solo espero que haya donde vaya consiga ser feliz.

- Él te sigue amando.- confesó Sansa.- Me pidió que te lo dijese, que volvería a para estar a tú lado. 

Le había entusiasmado la idea de volver a verlo en condiciones, pero después de todo lo que ha hecho, de todo lo que cada uno a pasado individualmente, no sabía si sentía lo mismo hacia él que lo que alguna vez sintió. No sabía si quería volver a sentirlo. 

- ¿Tú lo amas?- le preguntó Sansa con aquella cara de curiosidad que solía poner cuando era pequeña. 

- Desearía no hacerlo. 

Recordó como entre sus cosas más importantes, a pesar de todo, siempre había estado en brazalete que el chico le regaló. Tenía la medida perfecta de su muñeca, pero después de verle en tales condiciones, le quedaría más grande que a ella. 

Nieve en verano (GoT)Where stories live. Discover now