XXXVII

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En mitad de la noche el Lord Comandante fue apuñalado, lo que le llevó a la muerte, tras la palabras de "por la guardia por sus hermanos. 

Eilidh dormía ajena a todo lo que sucedía en el patio del castillo, despertó del profundo sueño sobresaltada, aunque no recordaba haber estado soñando con algo como en otras ocasiones. Trató de volver a dormir, pero le fue totalmente inútil. 

Con un candelabro en mano y a penas una fina capa sobre sus hombros salió de su habitación, tuvo la necesidad de sentir el frío contra su piel, así que salió al patio trasero. A medida que se acercaba podía escuchar los aullidos de Fantasma, había escuchado al lobo durante años y no sonaba como siempre, le recordaba a Verano cuando Bran estaba inconsciente debido a la caída. 

Apresuró su paso para ver que es lo que es lo que sucedía. Cuando vio la escena, el candelabro se le escapó de las manos cayendo sobre sus pies desnudos, pero no pudo importarle menos. 

Eilidh corrió a toda velocidad hacia su hermano, que estaba tirado en la nieve con un gran charco de sangre a su alrededor. Sus ojos estaban completamente abiertos y a penas desprendía el característico calor de los cuerpos humanos. 

- Jon, Jon.- lo tomó entre sus brazos manchándose de la sangre que aún brotaba.- No, por favor, tú también no.- sollozó mientras trataba inútilmente de detener el sangrado.- ¡Ayuda!- gritó desgarrándose la garganta.- ¡Ayuda, por favor!

El primero en aparecer fue ser Davos, que había llegado hace a penas unas horas junto a la mujer roja que solía acompañar a Stannis, quien había muerto y fracasado en batalla por el trono de hierro, haciendo que Eilidh volviese a ser una Nieve. 

Otros hermanos de la Guardia de la Noche llegaron e izaron el cuerpo de Jon para llevarlo al interior. Eilidh observó la nieve totalmente teñida de roja, al igual que su camisón y manos. Junto al hueco que había dejado su hermano en la nieve había un cartel con la palabra "traidor" escrita en él. 

Ningún hombre se atrevía a separar a la rubia del cuerpo de su hermano. Eilidh apoyaba la cabeza contra su pecho mientras le pedía que se levantase.

- ¿En cuántos hermanos crees que puedes confiar?- le preguntó ser Davos a uno de los guardias. 

- ¿Confiar?- preguntó este.- En los que ves aquí. 

- ¿El lobo te conoce?- preguntó ser Davos.- Necesitamos toda la ayuda posible. 

- Parece que se olvida de mi, ser Davos.- dijo Eilidh levantando la mirada.- Supongo que tres lobos servirán. 

Se escucharon tres golpes en la puerta, que hicieron que todos se pusieran en guardia. 

- Ser Davos.- la voz de Melisandre se escuchó tras esta. La mujer roja entró en la habitación y bajo la atenta mirada de todos se acercó al cuerpo de Jon.- Lo he visto en las llamas, luchando en Invernalia. 

- No puedo hablar por las llamas, pero se ha ido.- dijo ser Davos. 

- Se lo que vuestro señor puede hacer.- murmuró Eilidh llamando la atención de la pelirroja.- Morí junto a Robb Stark en la Boda Roja, me clavé mi propia daga en el corazón. 

- ¿Cómo es posible?- preguntó uno de los hermanos. 

- El señor de luz eligió salvarme, darme una segunda oportunidad.- deslizó levemente su camisón para enseñar la cicatriz que portaba desde aquel día.- Sálvalo, se que puedes hacerlo. Por favor, no puedo perder a otro de mis hermanos. 

- No sé si pueda.- murmuró la mujer.- Debo hablar con el señor de luz.- se alejó de todos.  

Eilidh volvió a acercarse al cuerpo de Jon, acarició su rostro pálido y su cabello castaño oscuro, que antes solían compartir. 

Nieve en verano (GoT)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora