XVI

669 60 0
                                    

Aquel día había comenzado con la noticia de la traición de Lady Stark, a cambio de la supuesta recuperación de sus hijas, había liberado al prisionero más custiodado de los norteños, el Matarreyes.

Aquella acción había causado un gran revuelo dentro del campamento, todos hablaban sobre la venganza que se les había arrebatado de las manos y miraban con desprecio a la mujer.

Robb fue quien la acuso por traición por sus acciones y la mandó custodiar día y noche.

Eilidh sabía que había sido un mal movimiento que les haría perder ventaja, también sabía que Jaime se había burlado de una madre desesperada en su cara, su vuelta a Desembarco del Rey no haría que las chicas volviesen. Pero trató de entender a la mujer, ninguno de los hombres lo hacia porque nunca serían madres, y aunque ella aún no lo era tenía ese instinto que solo poseían las mujeres.

- ¿Aún no se sabe nada?- preguntó Robb impaciente.

- Hemos enviado una docena de cuervos, ninguno ha vuelto.- explicó Lord Bolton.- Mi bastardo está a tan solo unos días de Invernalia, em cuanto capture el castillo...

- Theon tiene a mis hermanos, si asaltamos el castillo...- replicó Robb.

- No osaría a hacer nada a los chicos.- respondió Lord Bolton.- Son su esperanza de escapara al norte con su cabeza.

- Avisad a vuestro hijo, a todos los hombres del hierro que se rindan se les permitirá volver a salvo a su casa.- ordenó Rob.

- Un toque de misericordia es una virtud, majestad, demasiado...

- Todos los hombres del hierro excepto Theon Greyjoy.- interrumpió Robb.- Traicionó nuestra causa, me traicionó a mi, y lo atraparemos vaya a donde vaya.

- Espero que sus isleños le den la espalda cuando oigan la oferta.

- No creo que eso suceda.- negó Eilidh.- Los hijos del hierro lucharan hasta el final, no son de guardar lealtad a nadie, pero entre ellos es distinto. Preferirán morir en batalla que volver a Pyke habiendo abandonado a su heredero.

En la tienda interrumpió una muchacha, Talisa Maegyr, provenía de Volantis y se encargaba de ejercer como enfermera, tanto de sus aliados como de sus enemigos. Eilidh había visto a Robb hablar con ella en varias ocasiones, y por la forma en la que la miraba, sabía que estaba enamorado, pero se había prometido a una de las hijas de Lord Frey.

- Perdonad, mi señor, majestad.

- Mi señora.- Lord Bolton se levantó y salió de la tienda.

- No es momento de pensar con el corazón, Robb.- Eilidh le advirtió antes de seguir el mismo camino que Lord Bolton.

Al salir de la tienda sintió el frío meterse por su piel hasta sus huesos. Suspiró causando que vaho saliese por su boca. Instantáneamente imágenes de ella junto a sus padre y hermanos en Invernalia vinieron a su mente, junto al fuego, el calor de su hogar. No pudo evitar que Theon también inhundara sus pensamientos, cuando se escapaban al bosque para poder estar solos, o cuando se topaban en las cocinas. Le encantaba verlo entrenar, siempre perdía contra Robb o Jon con la espada, pero con el arco era el mejor, de eso no había duda. Sus últimos recuerdos juntos le golpearon como un fierro de metal, los dos jurándose amor, él prometiéndole que volvería que estaría junto a ellos en esta lucha. Y todo para nada, porque había decidido tirar todo eso por tierra.

Eilidh se sentía estúpida por haberse visto involucrada con él de cualquiera de las formas. Se sentía estúpida por haber creído cada una de sus promesas y ahora quería verlo caer, le dolía el corazón al pensar en el final que le esperaba, pero se lo merecía, había traicionado su confianza, y en estos momento no hay cabida para los traidores.

Quería entenderlo, sabía que él era un rehén en Invernalia, muchas veces con pesar se lo había hecho saber él mismo. Pero su padre siempre lo había tratado como a sus propios hijos, Robb lo veía como un hermano mayor, eran mejores amigos. Y a pesar de todo, había decidido apuñalarles por la espalda.

Si se lo proponía podía recordar el tacto del chico sobre su piel como si estuviese allí mismo, se imaginaba a los dos desnudos, enredados ente ellos, con las gordas mantas sobre ellos para protegerse del frio. Recordaba como sus dedos ásperos recorrían cada centímetro de su piel, y como ella disfrutaba de él.

Eran muchas las veces que se habían escapado al bosque, algunas de las ocasiones paseaban, otras se tumbaban en el césped a observar la naturaleza. Pero muchas otras iban a practicar tiro con arco, más bien Theon ayudaba a la chica a mejorar su técnica. Solía colocarse tras ella, lo más pegado que podía, con su aliento pegando al cuello de Eilidh, a la que le temblaban las manos de los nervios, luego colocaba las manos sobre las suyas y tensaba el arco.

Todos esos recuerdos le dolían, había tratado de olvidarlos de todas las maneras posibles, pero parecía que su cabeza se negaba a ello. Así que había decidido que viviría con ellos, los recordaría con cariño y los extrañaría, porque el Theon que conocía actualmente no era aquel muchacho del que estaba perdidamente enamorada.

Nieve en verano (GoT)Where stories live. Discover now