VII

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Eilidh observaba feliz como Bran cabalgaba de un lado a otro, al fin y al cabo la silla del Gnomo había funcionado.
El niño trotaba de un lado a otro eufórico de poder montar después de lo sucedido, quizás esto era lo mejor que le había pasado desde que despertó.

- Más despacio.- le advirtió Robb, pero Bran hizo caso nulo y siguió gritando al aire.

- ¿Cuándo se lo dirás?- cuestionó Theon.

- Aun no.- respondió Robb.

- Sangre por sangre.- rebatió Theon.- Debes hacer que los Lannister paguen.

- Estás hablando de guerra.

- Estoy hablando de justicia.- contradijo.

- Solo mi padre puede llamar a los portaestandartes y reunir un ejército.- se excusó Robb.

- Un Lannister hirió a tu padre con su lanza, el Matarreyes va hacia Roca Casterly donde nadie puede tocarlo.- le explicó Theon.

- ¿Quieres que marche hacia Roca Casterly?- preguntó Robb incrédulo.

- Ya no eres un muchacho.- Theon le echó en cara.- Han atacado a tu padre, han declarado la guerra. Tú deber es representar a tu casa cuando tu padre no puede.

- Y no es tu deber, porque no es tu casa.- Robb acabó la conversación dejando a Theon congelado ante esas palabras.
Hace unos días el mayor le había jurado seguirle a la guerra, luchar por él y por el norte, y ahora se lo pagaba de esa manera.

- Chicos.- Eilidh llamó la atención de ambos.- No veo a Bran.

Robb la miró preocupado, se incorporó y buscó a su alrededor sin éxito.

- ¿Dónde se ha metido?- preguntó Robb preocupado.

- No lo sé, no es mi casa.- respondió Theon antes de irse con el resto.

- Lo que le has dicho ha sido rastrero.- le recriminó Eilidh.- Es tú mejor amigo, Robb, sois prácticamente como hermanos. Theon es consciente de que no es un Stark y de que no pertenece a Invernalia. Sabe que está aquí, lejos de su casa y familia, como consecuencia a la rebelión de su padre, no hace falta que se lo estés recordando.

Los dos comenzaron a andar uno a lado del otro mientras iban alerta por si veían a Bran.

- Pero es que no deja de presionarme para que ataque Roca Casterly, eso es algo imprudente y parece no entenderlo.- se quejo el castaño cobrizo.- Ni si quiera se si tengo autoridad para hacer algo así.

- A mi también me parece una mala idea.- la chica le apoyó.- Pero no es excusa para decirle lo que le has dicho.

Eilidh dejó de hablar al ver como su hermano le hacia un gesto para que dejase de hablar, entendió por qué lo hizo cuando vio a cuatro aparentes salvajes asaltando a Bran. Robb le señaló un árbol para que se escondiese allí mientras el se encargaba.

Eilidh se escondió tras el árbol tal y como Robb le había dicho, pero no tenía planeado quedarse ahí esperando a que Robb se las apañase solo. Si los salvajes no sabían que estaba ahí le sería más fácil sorprenderles en caso de que fuera necesario.

- Suelta el cuchillo.- habló Robb mientras desenvainaba su espada.- Soltadlo y viviréis.

El que parecía el líder del grupo de salvajes se abalanzó hacia Robb armado con un hacha, los dos comenzaron un forcejeo, que fácilmente fue ganado por Robb, cuando le cortó la garganta a su oponente. Aprovechando el momento de distracción y siendo lo más sigilosa posible, Eilidh se acercó hasta Bran, fue a ayudarle desabrochar las correas de su nueva silla cuando sintió un fuerte golpe en su nuca. Algo desorientada se giró, clavando en la frente de su oponente la daga que su padre le había regalado antes de partir a Desembarco del Rey.

Con la cara manchada de sangre de salvaje, se dio la vuelta para seguir tratando de ayudar a Bran cuando sintió un golpe en la parte trasera de las rodillas, causando que cayese al suelo y segundos después un tirón en el pelo. Uno de los salvajes tenía un cuchillo sobre su cuello causando que no se pudiese mover y que en cualquier momento pudiese acabar con su vida.

Enfrente suya Robb tenía en la misma situación que ella a una salvaje.

- Bran, vete.- consiguió murmurar Eilidh.

- Cállate.- el salvaje le golpeó en la espalda con la rodilla.- Suelta la espada.- le ordenó a Robb.- Hazlo.

Sin más salidas, Robb dejó la espada en el suelo, pero para sorpresa del salvaje que sostenía a Eilidh una flecha le atravesó el pecho. Su cuerpo cayó inerte y la castaña por fin pudo liberarse de su agarre. Aterrizó de rodillas en el suelo, pero enseguida se levantó para comprobar que su hermano pequeño se encontraba bien.

En su campo visual entro Theon, con el arco en mano, la chica no se sorprendió al verle. Sabía que aunque hubiese dicho que no le importaba, se había preocupado cuando avisó de que no encontraba a Bran. Además, pocos hombres podrían acertar ese tiró a la primera.

- ¿Has perdido la cabeza?- le cuestionó Robb mientras iba comprobar que sus hermanos se encontraban bien.- ¿Qué hubiera pasado su fallas?

- Os habría matado y hubiera degollado a Eilidh.- dijo aún apuntando a la salvaje que quedaba.

- No tienes derecho a...

- ¿A qué?- cuestionó el procedente de las Islas del Hierro.- ¿A salvar a tu hermana?- preguntó enfadado.- Era lo único que podía hacer y lo he hecho.

- Déjalo, Robb. Estoy bien, eso es lo que cuenta.- Eilidh trató de tranquilizarlo.

- ¿Qué hay de ella?- preguntó Robb señalando a la única salvaje que quedaba con vida.

Theon preparó la flecha a la vez que en su rostro se dibujaba una sonrisa, quería matarla y sabía que esta vez Robb no se quejaría, aunque tampoco le importaba mucho si lo hacia.

- Dejadme vivir, mi señor.- suplicó la salvaje.- Y soy vuestra.

- Dejaremos que viva.- concluyó Robb.

- Volvamos con el resto.- Eilidh fue la primera en emprender camino hacia los caballos.

Ella encabezaba el camino, Bran y Robb iban los últimos, y Theon iba a tan solo un paso por detrás suya junto con la prisionera.

- ¿Estás herida?- escuchó que Theon le preguntaba a sus espaldas.

- No, no de gravedad.- dijo mientras seguía por el camino.- Quiero que sepas que sigues viva solo porque así lo ha decidido mi hermano, si fuera por mi, te hubiera cortado el cuello sin ningún tipo de remordimiento.

Escuchó la risa de Theon y después sus pasos acercarse a ella. Por el rabillo del ojo le vio colocarse a su lado aún sosteniendo del cuello a la salvaje.

- Me pone mucho cuando te pones así de seria.- le murmuró. Alzó la mano y con el pulgar le quitó algunas gotas de sangre que manchaban su rostro.- Nos vemos esta noche en tu habitación.

Muchos, por no decir todo el mundo, odiaban la actitud altiva con la que Theon solía mirar a todo el que se cruzase, siempre y cuando no tuviese el apellido Stark. Y lo cierto es que a pocos les caía en gracia el Greyjoy, y Eilidh no era la excepción, odiaba ver a Theon comportarse de esa manera, pero a sus ojos, eso era solo una pequeña, y corregible, parte del carácter del chico. Tampoco podía ser del todo objetiva, porque estaba enamorada, y como le decía Jon, siempre buscaba la forma de excusar su estúpido comportamiento o simplemente lo ignoraba, porque con ella no era de esa forma, al menos desde hace un tiempo.

Nadie sabia sobre su amor adolescente que comenzó hace un año, a excepción de Jon. Eilidh se lo había tratado de ocultar, pero es imposible que se traten de esconder secretos entre ellos, nunca funcionaba. La chica siempre decía que al haber estado juntos en el vientre de su madre estaban conectados y siempre lo estarían, incluso cuando estuviesen separados sentirían si le sucedía algo al otro, para Jon todo eso sonaba demasiado fantasioso, pero nunca le había rebatido a su hermana, en el fondo también le gustaba creerlo.

Nieve en verano (GoT)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora