16. La ciudad del pecado

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Carlos

10 de febrero, 8:23 AM

-¿Y esta idea de un viaje?- Pregunto con curiosidad hacia el residente del asiento a mi lado

-Crei que no querías celebrar San Valentín con Christine, así que la mejor opción es que vinieramos aquí- Responde con el antifaz en sus ojos, mientras veo por la ventana anonadado.

-¿Hay papitas?- Pregunta Michael en el asiento de atrás, creo que lleva 4 copas de champaña en lo que va de viaje, y solo han sido dos horas.

-Damas y caballeros, en 40 minutos aproximadamente debemos estar aterrizando en Las Vegas, Nevada- Anuncia el piloto, dejando que pueda ver por la ventana los brillantes carteles y edificios que aunque sea de día mantienen su identidad: Casinos, bares, clubes y discotecas.

La ciudad del pecado, la que nunca duerme, o donde lo que pasa ahí se queda. También conocida como mi lugar de nacimiento, donde se albergan mis más bellos recuerdos. Antes de los acuerdos, antes del divorcio, antes de todo.

Antes de dejar de ser solo Carlos, para luego convertirme en Carlos Garvaty, hijo de Dominic Garvaty, heredero de Garvaty & Midcom Enterprises.

Luego de unos minutos al fin aterrizamos en la pista del aeropuerto, déjame saborear el aire que contiene arena del desierto. Al entrar en busca de las maletas, veo a mi madre con mis hermanos en la zona de espera, con sonrisas, mientras que mi hermana sostiene un lindo cartel de bienvenida.

No me apresuro en saludarlos, espero pacientemente mis maletas en la cinta transportadora, hasta que cuando por fin salen, bajo mis lentes de sol saliendo de la zona de embarque. Los flashes de las cámaras empiezan a hacerse notar, dejandome anonadado por un segundo. Al recuperar la cordura, sigo caminando sin detenerme a responder las cientas de preguntas que se esmeran en formular

¿Ya tienen una fecha para la boda?

¿Dónde está Christine?

¿Piensas portarte mal en Las Vegas?

Y eso que son solo ejemplos, hay algunas que me sacan de onda una que otra vez. La imaginación del ser humano, o más precisamente, del periodista es aún más impresionante de lo que creía. Me acerco a mi madre, quien sostiene mi cara con una de sus manos antes de abrazarme con fuerza, mi mamá es de las únicas que jamás voy a permitir que le hagan daño, ha sido muy buena con las personas, y aunque la vida sigue siendo una mierda para ella aveces, me gusta que siga siendo una buena persona.

Un gran ejemplo de que no te cambian las circunstancias, te cambias tu mismo.

-Alicia, Lindsay, Darrel- Saluda mi papá, con un asentimiento

-Dominic- Responden los tres que mencionó al mismo tiempo.

No es como que se llevaran mal, pero luego de que fui yo el que se fue con el, prefirieron culpabilizarlo de mi nueva actitud. Una más engreída, gorrosa, insoportable y orgullosa

-¿Te veo en el hotel?- Pregunta mi papá colocando su mano en mi hombro

-Vayan ustedes, yo me quedo con mi madre, si ella quiere claro- Cuestiono mirándola, ella sonríe graciosa asintiendo. Dominic muestra su inconformidad con mi respuesta, pero aún así asiente y se va sin decir nada más. Michael lo sigue, sin tener donde más quedarse.

Michael al dejar todo por irse conmigo solo dejó una madre drogadicta y un papá que no se preocupó por el jamás. El pedía un papá a gritos, y Dominic intento ser lo más parecido posible, por eso lo quiere tanto, y admite tantas cosas cuando es con el.

Lindsay no me suelta del abrazo que me da, tanto que tengo que caminar con ella sostenida a mi cuerpo. Darrel es quien tiene un poco más de distancia, el nunca fue de expresar sentimientos. Tiene dos años menos que yo, y Lindsay tiene cinco menos, es mi pequeña hermanita, la cual cuido de todos los malditos hormonales, ella no lo sabe, pero esos hombres con gafas no la cuidan porque sea mi familia, la cuidan de los adolescentes con malas intenciones.

También por atentados contra mi o Dominic, pero más que todo por los adolescentes.

El camino en el auto de Darrel es lento, pero no hay perdida cuando tomas la 95 y tomas la salida hacia Centennial Hills. Mi madre no fue para nada tonta en el divorcio, le pidió tal cantidad de dinero que pudo comprar una casa amoblada en la zona más adinerada de Las Vegas, un auto para Darrel, quien es el que se encarga de hacer los mandados y las compra; y también de iniciar un proceso de inversiones que hasta el día de hoy le sigue manteniendo ingresos. Estudió finanzas, no le fue tan difícil manejar el dinero.

Cuando juegas con el diablo tienes dos opciones, mueres o ganas, y mi mamá salió ganadora.

El matrimonio de ella y Dominic no fue tan malo en un principio, aún recuerdo cuando era un pequeño niño que soñaba con que su padre se retirara para poder jugar con el béisbol todo el día. Claro que mi papá aún estando casado era bastante incontrolable, tantas noches que pensaba iba a comprar cosas para mamá, pero terminaba en algún Strip Club de el Strip, esa zona llena de casinos y clubes, así es como se llama.

De hecho, mi padre y Michael se están quedando en el Bellagio, y no es coincidencia que sea ahí donde llevó la primera noche de engaño a Krystal. En medio del despecho mi mamá se enredó con otro hombre, uno peligroso en lo que tengo entendido, quien es el padre de Darrel, y finalmente, adoptó a Lindsay de la familia de una amiga que murió.

Siempre haciendo el bien mayor por los demás, sin esperar nada a cambio.

Darrel, a diferencia de mi, se gana la vida día a día trabajando como Valet parking en un hotel que está al otro lado de la ciudad. El viaje cuesta, pero al menos le pagan lo suficiente. Ha sido difícil para el, apenas y si logró graduarse de la secundaria, pero su padre lo alejó de su mamá biológica, dejándolo en manos de quién es mi mamá.

Y por último está Lindsay, quien está en la universidad siguiendo los pasos de mi madre, y aunque es preocupante, su mayor sueño es casarse con algún millonario, divorciarse y quitarle una suma de dinero incontable para poder ser rica con las inversiones de ese dinero.

No sé si llamarla ídola, o ingenua.

Cuando llegamos a casa, me quedo parado en la fachada, admirando lo poco que ha cambiado este lugar, uno que otro árbol nuevo, sin contar las casi inexistentes decoraciones de San Valentín. Agradezco que papá me haya hecho saltarme este San Valentín con Christine, seguramente Laura debe estar revolcándose en su odio.

Pero claro, como ya es costumbre, me da exactamente igual lo que Laura quiera.

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Hay mucho embrollo en esta familia de millonarios al parecer JAJAJAJAJA.

Tranquilos, hice un árbol genealógico y lo dejaré en mi Instagram 💙

Afemex fuera, viboritas...🖤

¡FELIZ NAVIDAD✨!

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4 de ReinasWhere stories live. Discover now