34. Llegar temprano

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Thena

17 de Marzo, 6:12 AM

Llegar tan temprano nunca había sido pensable para mí, incluso logré hacer un buen desayuno para Karl y hacerle un almuerzo casero en lugar de que coma en el colegio. La mudanza no fue muy pesada, y aún no empiezo a trabajar como administradora ya que no se ha mudado mucha gente al complejo.

Estoy entusiasmada por tener vecinos, siempre he querido tener esa convivencia. En el barrio lo único que tenía era a mi hermana, la cual ya sabemos que no se contaba como una vecina adorable.

La oficina está en silencio absoluto, siquiera las recepcionistas del lobby están en la entrada, solo hay un chico en la entrada y está más que dormido. Al entrar, subo en el ascensor hasta el piso de las oficinas, lo extraño es que cuando llegué al piso, habían varias puertas abiertas. La última en salir de aquí anoche fui yo junto con Carlos, y estaba todo cerrado, así que alguien entró en mitad de la noche o hay alguien en las oficinas.

Camino un poco más hasta mi oficina, encontrando más adelante la puerta semi abierta de la oficina de Carlos y Christine. Dejo mi bolso y mi carpeta personal en el suelo, caminando lentamente hacia la puerta, poco a poco empiezo a distinguir al menos dos voces desde ahí dentro, ninguna es de los dos jefes que deberían estar aquí.

-...es más riesgoso- Empiezo a escuchar palabras más claras cuando me coloco a un costado de la puerta, esa voz es de Eduardo.

-Pero es una de las opciones más viables- Refuta la voz de Dominic, se supone que ninguno de los dos debería estar aquí, si Carlos y Christine lo supieran podrían acabar con la boda.

-Podríamos hablar con ellos, quizás sean mas receptivos que los anteriores- Acota Eduardo, está bastante preocupado por lo que su voz dice.

-Son malditos mafiosos, si cambian de jefe o gente no es porque sean más receptivos, es porque son peores que los anteriores- Contesta Dominic bastante enojado, ¿Mafiosos?, ¿En qué están metidos ahora?.

-¿Vender la compañía?, ¿Esa es nuestra única salida?- Pregunta Eduardo luego de un minuto de silencio.

¿Vender la compañía?, ¿Están locos?...

Apenas me estoy abriendo camino en puestos más altos y ya están pensando en vender este maldito lugar, viene siendo cierto que puedo estar pagando un karma que no recuerdo.

-Es solo una vía de escape, Eduardo. Si algo sale mal con los acuerdos de la boda, o con la boda en general, vendemos la compañía en la mayor cantidad posible, les damos Io que les corresponde, nos quedamos la mitad del sobrante cada uno y listo, nos separamos- Explica Dominic, los movimientos en la habitación son escasos, no escucho nada más que pequeños pasos por la oficina.

-¿Que pasará con Christine y Carlos?- Cuestiona curioso, y se escucha muy afligido.

-Estarán casados, y supongo que tienen sus ahorros, podrán valerse por si solos- Responde Dominic, su poca preocupación hacia su hijo es increíble, ya veo porque Carlos aveces está tan desanimado, teniendo un padre así.

Juzgue mal a las familias dueñas de este lugar, el que sean ricos no los obvia de los problemas de familia.

-Creo que debemos irnos, falta poco para que las personas empiecen a llegar- Avisa Eduardo, yo corro a esconderme en la vuelta hacia los baños y veo como pasan directo hasta el ascensor, menos mal no notaron mis cosas en el pasillo.

4 de ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora