43. Escena para adultos

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Christine

22 de abril, 6:25 PM

Que gran día para independizarse.

-Dejen eso en aquel rincón, yo lo acomodare después- Ordeno mientras los de la mueblería dejan las cosas que compre en la sala.

-Buenos días, Pitufina- Saluda mi querido prometido entrando por la puerta.

-Buenos días- Canturreo en respuesta. Su saludo se dirigía a mi boca, pero preferí dar la mejilla, su cara de inconformidad me confirmó sus verdaderas intenciones -Aun no estoy acostumbrada a esto, dame tiempo- Pido sonriente, el me mira fijamente antes de asentir con una sonrisa comprensiva.

-Asi que... por fin dejaste el nido- Comenta con su voz sorprendida viendo el departamento.

Mis padres por fin decidieron dejarme ir, así que compré un departamento en Shadow Wood, no era mi primera opción, pero luego de ver las opiniones de otras personas de los otros lugares, me decidí por venir aquí.

-Si, no está mal, está cerca de la empresa, tengo cerca varios Costco y Home Depot...- Respondo moviendo una de las cajas a la cocina, son el juego de ollas y sartenes que compré.

-Y el consultorio de Lily...- Agrega haciendo que palidezca, demonios, no había considerado esa pequeña información.

-Si, el consultorio de Lily...- Respondo disimulando la importancia que tiene ese hecho para mí, aunque creo que no lo logré, ya que tan rápido como terminé mi frase, sentí sus manos en mis antebrazos con cariño.

-¿Debo preocuparme porque mi futura esposa viva cerca de mi amiga?- Pregunta muy cerca de mi oído, demonios, cada día me afecta un poco más su cercanía, y no en el mal sentido.

Hago un sonido con la boca restándole importancia a eso, volteandome lentamente asegurándome de rozar mis nalgas contra su entrepierna, me gusta tener el poder de jugar con sus ganas.

Los hombres hacen lo que sea por dos cosas: Sexo y dinero. Aquí a ninguno nos hace falta el dinero, así que tengo que jugar con el sexo.

Por algo Dominic y Laura me confiaron el control de este animal.

-No lo creo, ahora solo debería preocuparte lo que pasará una vez que estemos solos en este departamento...- Respondo acercando sus labios a los míos, jugando con el roce de estos.

Me alejo lentamente, soltando levemente su agarre de mis brazos hasta que desaparece. Los chicos de las cosas que compré terminan de subir las cajas luego de al menos una hora, y es ahí cuando por fin me lanzo en el sofá aún cubierto con plástico que compré.

-¡Dios!, ¡Ya no más régimen alimenticio ni estrictas horas de levantarse!- Exclamo con gracia, escucho la risa de Carlos desde la cocina antes de un estallido de una botella, ahí me levanto lentamente a mirarlo, mientras trae una botella de champaña con dos copas.

-Hay que celebrar que ya tenemos nuevo lugar para abandonar los regímenes- Responde sirviendo las copas hasta la mitad.

-¿Tenemos?- Pregunto irónica, riendo por su sentido de propiedad

-Lo que es tuyo es mío y lo mío es mío, Pitufina- Responde con gracia, dejando la botella en el suelo. Su risa es muy armoniosa y ronca, una combinación que me encanta -Creo que pondré eso en los votos matrimoniales...- Comenta haciendo su copa hacia la mía, dejándola más cerca.

4 de ReinasNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ