37. Cobarde

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Lily

22 de Marzo, 9:12 AM

Hay solo tres cosas que pueden molestarme a tal nivel que no respondería por mis actos:

1: Que lleguen sin avisar
2: Que me mientan
3: Que me juzgen sin saber lo que he hecho para lograr lo que tengo

Y al parecer, solo hay dos personas que pueden romper las tres sin salir heridas en el proceso: Mi madre y su novio...

Vinieron de visita hoy a las ocho de la mañana, no esperaba siquiera que hayan viajado, ninguno de los dos es fan de los putos aviones, pero claro, cuando se trata de joder mi existencia cualquier miedo se desvanece.

-Asi que aquí has estado viviendo...- Comenta mi padrastro, David.

-Si, desde que me fuí con Margarita- Respondo viendo como ambos miran los alrededores, mi madre está callada, seguramente va a decir algo en forma de critica hacia la casa.

-¿Y vives sola?- Pregunta de nuevo David, ha estado muy intenso con las preguntas, no me gusta.

-Si, de vez en cuando se quedan las personas que me follo, pero últimamente estoy más sola- Refuto ya cansada de sus preguntas, si no le pongo un límite notable seguirá hasta hacerme perder la paciencia.

-¿Has hablado con tu hermana?- Pregunta mi mamá apoyándose de la isla.

-No, desde que se fue no he tenido contacto- Respondo algo desanimada.

Mentir diciendo que no extraño a mi hermana sería en vano, se nota cuando hablo de ella que la extraño, aunque no he podido hablar de ella con nadie aún.

Nadie que no sean las dos personas que están en la habitación.

-Yo si, hablé con ella hace un mes...- Declara con desdén, se gana mi atención con esa declaración -Se va a casar con un mafioso nigeriano, al parecer ya tiene un hijo de ese hombre...- Refuta al ver mi atención.

Esa hija de perra tiene un hijo y siquiera fue capaz de decirme...

Quizá por eso este mes no recibí su transferencia, mejor, así no tendré algo que explicar cada que voy al puto banco. Perdonen las palabrotas, mi familia me pone de mal humor cuando hacen acciones moralmente dudosas.

-¿Y que?, ¿Mantienes este lugar con aire?, ¿De que trabajas?- Pregunta mi madre yendo a la cocina.

-Estoy trabajando de nutrióloga en un consultorio privado, está a más o menos 5 minutos en auto- Contesto mirándola, odio cuando insinúa que no hago nada, lo hace desde que soy pequeña y me hace enfadar.

-Ja, quien diría que los favores de tu padre te sirvieron para algo...- Refuta pasando su dedo por la encimera, la mención de mi padre aún es conflictiva para mí, eso lo hago notar cuando me acerco rápidamente a su presencia.

-No vuelvas a hacer ese tipo de comentarios con papá, no mereces siquiera poder decir su nombre- Sentencio con fuerza, los dientes unidos y la ira corriendo mis venas.

Será mi madre, pero el respeto que le tenía lo perdió el mismo día que me hizo perder a mi padre.

-Tu padre era tan cobarde como tú, Lilian...-

4 de ReinasOù les histoires vivent. Découvrez maintenant