23. Ancla a la miseria

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Christine

28 de Febrero, 4:30 AM

La llamada insistente en mi computadora me mantiene despierta desde hace 20 minutos, cualquiera iría y colgaría, ya yo lo hice, pero no paran de llamar y justo ahora estoy a punto de lanzar muchas maldiciones al aire.

Me levanto contra mi voluntad y tomo la computadora, solo para ver el nombre de Carlos relucir en la pantalla, dios, si antes lo odiaba, ahora mismo quiero asesinarlo a sangre fría.

-Buenos días bella durmiente- Comenta cuando abro la llamada, mostrando su gran y maldita cara.

-¿Buenos días?, ¿Estás conciente que siquiera el maldito sol ha salido?- Pregunto con exasperación señalando a mi ventana oscura.

-Ay, que mal genio tienes al despertar- Responde burlándose, su maldito sarcasmo no es lo que necesito.

Perdón por maldecir tanto, estoy algo enojada.

-¿Que quieres?- Pregunto consternada, encendiendo la lámpara de mi buró.

-Estaba pensando en nuestra conversación de hace unos días, ya sabes, lo de la historia de nuestros padres...- Comenta, mirando hacia otro lado mientras habla -No quería cortar el tema, es solo que, no quiero meterte ideas en la cabeza- Agrega después del silencio.

-Tranquilo, no eres el único que tiene supersticiones acerca de nuestros padres. Al menos la tuya no es descabellada- Respondo con gracia, ahora espabilando un poco más.

-Pensaba que podríamos ir a la cafetería Mr.West y tomar algo para hablar, quiero discutir los términos de nuestra tregua contigo- Propone con una sonrisa burlona, esa tregua nos ha llevado a incluso salir juntos, fue un gran milagro.

-¿Mr. West?, ¿Esa no es un bar?- Pregunto curiosa con una sonrisa, el ríe conmigo antes de aclarar su garganta

-Es un Café bar, mi querida pitufina, así que no estoy tan alejado de la realidad- Responde con un tono sofisticado, o más bien una burla hacia ese tono.

Recuerdo que de pequeños siempre me hacía bromas hablando así, decía que así hablaríamos cuando fuéramos mayores. Pero miranos aquí, hablando como cualquier cosa menos que personas educadas.

-Bueno, nos vemos a las 8, ¿Te parece?- Pregunta y yo asiento animada -Ve a dormir entonces, nos vemos en unas horas- Agrega después, mirándome directamente.

-Esta bien, dulces medios sueños Carlos-

-Dulces medios sueños, Christine...- Responde antes de colgar la llamada. Al cerrar la computadora, quisiera explicar la sensación que tengo en mi estómago, no se si son mariposas, pero es algo muy extraño.

La última vez que lo sentí fue el día en que me fuí a Alemania, el ver a Carlos despidiéndose como si yo a él de verdad le importara, creo que fue una increíble sensación en ese momento, sentía que todo tenía esperanza...

¿Que me sucedió...?

Me levanto de la cama sabiendo que ya no podré conciliar el sueño. Empiezo a reproducir algo de música en Spotify desde mi sistema de sonido en las lámparas, mis playlists no son tan variadas como algunos creerían. Podrás ver a Lana del Rey, quizás algo de Ariana Grande y algo más de Katy Perry, pero en la mayoría se conforman por Taylor Swift. No es como que yo haya indagado en ese gusto, pero a Bruce le gustaba... Gusta, le gusta mucho, me contagió.

Tolerate it es mi canción, o así creo que se dice. No lo sé, solo se que en algún momento de la vida me identifiqué con sus versos. Todos me ven como una bruja sádica que hizo algo mal, pero yo solo soy una niña que espera tras la puerta hasta que en algún momento la noten...

4 de ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora