52. La ley del hielo

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Carlos

3 de Junio, 4:57 AM

Es oficial, me están aplicando la ley del hielo.

Desde que Thena me dejó en el estacionamiento, solo, frustrado, y con mucha impotencia por no poder decirle cada cosa que quería salir de mi boca ese día, he intentado hablar con ella, pero además de que las llamadas son enviadas al buzón, los mensajes no le llegan, hay al menos cinco o seis en espera de respuesta.

Por si fuera poco, Laura tuvo la grandiosa idea de que Christine y yo no tuviéramos nada de contacto hasta el día de la boda.

Técnicamente estoy siendo instado a un exilio romántico del cual no tendré salida hasta el quince de junio...

La verdad siento que hubiera sido mejor amarrarme a un sótano.

No tuve disfrute de adolescente hormonal, obviamente no sé controlar mis hormonas ahora que soy adulto, asi que estoy batallando por la supuesta exclusividad que le doy a Christine.

Aún así, tenia cosas que tratar en un lugar que pondría a prueba toda mi resistencia tentativa.

-Te ves tenso, Carlos- Comenta Ray cuando me invita a tomar asiento.

-Creeme, es mejor no preguntar- Respondo evitando vacilar con la mirada hacia algún lado que no sea Ray.

-Si vienes a hablarme de lo que pasó en Alemania, tranquilo, los de seguridad en turno obtuvieron su merecido- Informa antes de que pueda mencionar algo más. Mi cuerpo se vuelve aún más tenso con el significado que, asumo, tiene esa frase.

-¿Están muertos?- Cuestiono curioso, e inocente.

-Desean estarlo...- Su única respuestas al tema antes de prender un habano con cuidado, me quedo fijando mirando su acción, siquiera sabía que fumaba.

No es sorpresa descubrir cosas de Ray, a duras penas y sé su nombre.

-No me mires así, lo hago cuando tengo ansiedad- Refuta cuando me nota detallando su acción.

-¿Porque estás tan ansioso?- Inquiero tomando del trago que me ofreció al llegar.

-Tengo gente muy cerca, Carlos, gente a la que nunca podré enfrentar solo- Responde después de darle una larga calada de suspenso a el puro de sus dedos

-Si necesitas dinero...-

-No necesito dinero, necesito alianzas- Responde antes de que pueda terminar -Los que no me apoyan están en mi contra y los que me apoyan no pueden hacer nada, su mierda de estilo político es tan indulgente que me dan ganas de inducirme vómitos- Refuta con coraje, aventando el puro a su cenicero.

-¿Has estado leyendo un glosario?- Cuestiono gracioso, el suelta una risa nasal antes de borrar lentamente la sonrisa.

-No se cuánto tiempo me queda en este puesto, Carlos. El atentado de Alemania fue un mensaje para mí, ya no tengo más escapatoria...- Contesta mirando hacia su ventanal con atención.

-Ray, si necesitas algo...- Intento hablar para darle esperanzas, pero siquiera tengo esperanzas para mí y Christine...

-Solo te pido una cosa- Acota con seguridad, volteandose a mirarme fijamente -No dejes que mi muerte sea en vano- Sentencia, su sonrisa maníaca es un contraste del miedo y el sadismo que recorre su mente con el significado de la frase.

4 de ReinasTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang