4 de Reinas

22. Lilian

Lily

26 de Febrero, 7:34 AM

En realidad no me fuí aquel día de la casa de Carlos. Me quedé unos días más para organizar mejor mi vida. No le di la razón a Carlos de frente, pero al menos le hice caso a sus consejos mal dados. Estaba mal aquel día, no podía esperar que recibiera consejos así como así.

El punto es que mi casa hoy más que nunca se siente vacía y fría. Estaba acostumbrada a tener compañía de Michael o Carlos aunque no nos hablamos los últimos días, así de rápido me acostumbro a las personas, quizás por eso me duele tanto cuando alguien se va.

Paso la mano por la fría superficie de mi cocina, viendo los fogones sin usar y mis gabinetes algo empolvados. Mi casa, comprada gracias a un crédito que seguramente nunca terminaré de pagar, es una de las únicas cosas que son mías de verdad. La mayoría de la mueblería son regalos de los amigos ricos que hice al llegar a Seattle. En realidad no soy norteamericana, o al menos no de nacimiento...

Mi biografía inicia con que mi nombre no es Lily, en realidad es Lilian.

Lilian Kraves, hija del difunto decano en la universidad estatal de Georgia. La única razón por la que me gradué de la universidad es porque el aún seguía vivo. Ni con el siendo lo que era, mi familia y yo logramos salir de la pobreza, que aunque teníamos comida y un techo, habían días donde siquiera podía ir a la universidad porque no tenía ropa para ello. Por eso los profesores se consternaban, y me pasaban los exámenes sin siquiera asistir.

Luego mi padre murió el día después de mi graduación, un maldito infarto se llevó la vida de mi padre, dejándonos a mi hermana y a mí con una madre abusadora de nuestra psique y autoestima. Hasta el día de hoy sigo culpando a mi madre, ya que el mismo día del infarto ella le había contado que se acostó con otro hombre, y mantenían una relación amorosa a sus espaldas.

No hay mucha introspección en mi vida más allá de eso, pero poco a poco me voy adaptando a mi historia algo trágica.

Me doy una ducha bastante lenta y relajante con agua caliente, dejando mis músculos relajados para la jornada laboral de hoy. Aunque es domingo, y todos los lugares seguramente están cerrados, H&M quiere ser la primera opción de Fast Fashion, así que quiere estar abierto el mayor tiempo posible.

Me coloco mis audífonos y coloco una playlist latina antes de salir, algo llamado Tusa inunda mis oídos, y aunque no entiendo ni mierda, me agrada la base. Además, el verso de Nicki Minaj es pegadizo.

Llegar a mi trabajo es algo no tan difícil, solo tengo que caminar hasta la línea 4, luego la 150, camino un poco más y ya está. Pensar en esa ruta me hace pensar también en porque Christine fue al lugar que yo trabajo en lugar de ir al que está cerca de Lynnwood.

Aún así, no se si alegrarme o sentirme como la mierda al saber que gracias a ello nos conocimos. Me gusta molestar a Christine, y a Carlos ni lo digo, pero con ella se siente raro y diferente. Apenas llego a mi lugar de trabajo, me reporto con la jefa, marco tarjeta y me voy a la zona de ropa de dama para acomodar lo que esté fuera de su lugar. La tienda abre poco minutos después, me siento cerca de unas blusas esperando clientes, pero el tiempo pasa haciendo que me haga retrospectivas sobre mi vida.

Mamá no fue la mejor después de la muerte de papá. En el funeral se preocupó más por las escrituras de su testamento que de el hecho de que su marido estaba dentro de una caja de madera por su culpa. Mi hermana Margarita y yo recibimos bastantes pesames, a los cuales siquiera sabíamos reaccionar, un simple gracias recibían de respuesta antes de que nos alejaramos por nuestra cuenta.