64. Alto calibre

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Christine

30 de Junio, 6:35 AM

No he podido dormir en espera de la llamada de Esther.

Me siento como cuando Ray estaba en quirófano. La ansiedad está carcomiendo la poca preparación mental que tengo para estos problemas.

Tantas veces que me quejé de mi mamá, y justo ahora solo quiero correr a abrazarla para que me ayude como cuando era una pequeña niña.

Aunque justo ahora, me preocupa descubrir que ella no sea...

No, Christine, no caeremos en eso.

Obvio es tu madre, y seguramente ese documento que encontró Carlos fue un error o algo por el estilo, no debo pensar en que Eduardo puede que no sea mi padre.

-El café te quedó bien...- Comenta Lily tomando directamente de una taza, mirándome directamente mientras yo estoy de espaldas, siento su mirada pesada en mi.

-Gracias, le puse un poco de extracto de coco para que me dé energía- Respondo neutral, tomando lentamente sin mirarla.

-Si piensas en lo de tu papá...-

-No quiero hablar de eso- Corto rápidamente, pero ella vuelve a refutar.

-Pero tienes que hacerlo. Está bien si no lo quieres hablar conmigo, pero mínimo tienes que hacerlo con alguien-

-¿Y con quién quieres que lo hable Lily?, Carlos está que no puede ni consigo mismo, Thena sigue manejando el condominio donde vive y además se encarga de seguir manejando a los empleados, ¿Enserio crees que vale la pena que yo hable de como por un documento estúpido mi padre puede que no sea mi padre?- Reclamo volteandome a verla. Sus ojos me demuestran que está preocupada, pero no me interesa el que ella esté preocupada, no lo estaba el día de la boda luego de decirme todo lo que dijo.

No tengo ni ganas de recordarlo.

O quizás es que al creador se le olvidó que dijo Lily exactamente, en ambos casos, no lo repetiré.

-Entonces habla conmigo Chris, te estás haciendo daño al guardarte eso para tí. Basta de callar, por favor- Pide acercándose, intentando tomar mi mano, pero me alejo ante su toque.

-¿Que haces?- Pregunto viendo su amabilidad como un acto de hipocresía -No quieras rendirme pleitesía cuando has dicho cosas tan mierda- Sentencio ganandome una mirada algo exaltada de su parte.

-Chris...-

-¡Deja de decirme así!, ¡No tienes derecho a llamarme así luego de tratarme como si fuera una escoria!- Respondo posando mi mano en su pecho, tal como hizo aquel día en la tienda de vestidos -Me culpaste de tu mierda de sentimientos cuando sabías claramente que no podía corresponderte. A pesar de todo, me sentí culpable, pero ya no más. ¡Hazte cargo de tus putas cosas!- Refuto de nuevo, empujándola suavemente para que se aleje de mi.

Su mirada fue herida, y podría jurar que escuché algo crujir.

Podría jurar que fue su corazón.

El sonido de las puertas de las habitaciones se escucha en el pasillo, Lily se limpia una lágrimas rebelde mientras yo me limpio algo de polvo de las mangas.

4 de ReinasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora