31. Caballo

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Carlos

11 de Marzo, 10:37 AM

Las mañanas de los sábados jamás se habían sentido tan libres y tranquilas. Krystal y Dominic se fueron de viaje a Tacoma por unos cuantos días, así que estoy aprovechando para usar la oficina de papá.

Con usar me refiero a rebuscar hasta la más mínima evidencia de que el sabe sobre sus hijos. Debe saber, no puede vivir en la ignorancia de todas las cosas que hizo alrededor de Europa.

Los papeles revolotean por la oficina una y otra vez, cualquiera creería que estoy robando este lugar al ver los muebles tirados en el suelo y las carpetas revueltas, no sé cómo haré para regresar este lugar a su antiguo orden, pero el coraje no me deja pensar racionalmente en eso.

Cada que pienso profundamente en eso, más me siento traicionado, usado, más me siento maldecido por el padre que se me dió. Me dió la vida, me condenó a ser su marioneta, ¿Y tiene el descaro de decirme que abandonó a otros?, ¿Porque ellos no pueden tomar mi lugar?.

Daría lo que sea por simplemente ser uno de esos chicos, vivir mi vida sin alguien que la controle. Estar con mi mamá, disfrutar su compañía todos los días, cuidar de ella tal como lo hizo conmigo...

Yo la cagué, hice cosas que no debía, mis acciones me separaron de ella.

Jamás dejaré de maldecir a ese Carlos de veintiún años.

Me quedo mirando el estante lleno de libros con algo más que tristeza en mis ojos. Pensar en todo me pone los pelos de punta, y ahora que todo está de cabeza me doy cuenta de lo estúpido que se ve mi berrinche, mi destino estaba sellado quisiera o no, pero no por eso debía hacer este desastre.

El pánico me invade sabiendo que no puedo dejar esto así, y mucho menos se cómo ordenar este lugar. Respiro profundo unas cuantas veces antes de colocar mi teléfono en el escritorio, quizás algo de música me ayude a pensar en soluciones, no soy una persona que haga cosas con canciones de fondo, pero dicen que funciona.

Count me out de Kendrick Lamar empieza a reproducirse mientras empiezo a acomodar lentamente los muebles que moví y tiré. No sé porque la canción se sintió un poco más personal justo ahora, por un momento llegué a cantarla, se sintió bien. Quien diría que la música si tiene algo que te ayuda a drenar lo que sientes...

Debería hacer esto más seguido.

Cuando todos los muebles vuelven a su lugar, me siento en el sofá investigando mis opciones, porque aún residen las carpetas y hojas revueltas en toda la puta oficina, incluso creo que hay algunas afuera en el pasillo. No conozco a nadie que sepa como Dominic organiza este lugar, siquiera Eduardo podría ayudarme en este momento.

Mamá nunca trabajó directamente con el, Laura me mataría antes de hacer algo como ayudarme. Michael no tiene una idea de estás cosas, Esther no estuvo lo suficientemente cerca...

Oh, si, si hay alguien lo suficientemente cercana a mi padre para saber esto...

Tomo mi celular pausando la música, escribiendo el mensaje con duda en mis toques, ya no se si está es una buena idea. El mensaje está listo, pero mi dedo tiembla en el puto botón de enviar, ¿Que me sucede?, por dios...

¿Podrías venir a mi depa?, Tengo un pequeño problema...

Los dos checkpoint grises relucen rápidamente, eso me confirma que está despierta. Se vuelven azules en segundos, y cuánto antes veo el escribiendo en el tope del chat...

4 de ReinasNơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ