Capítulo 54: paseo en bicicleta

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Hacía tanto tiempo que no salíamos a andar en bicicleta que decidí proponer una salida todos juntos. Matt nunca había tenido esa salida con nosotras así que iba a ser su primera vez disfrutando nuestros paseos en bici a lo largo de la autopista que discurre paralela al acantilado.

Comencé a buscar mi bici en casa, aquella que me compraron a los once años y que conservaba hasta ese momento. Sin embargo, no la encontraba por ninguna parte. Busqué incluso en el galpón, ese lugar que tenía tantos cacharros y cosas acumuladas, pero seguía sin aparecer. No recordaba haberla cargado en el camión de la mudanza cuando nos fuimos al centro hace unos meses, pero pasaron tantas cosas que pude haberme olvidado. Cabe aclarar que la pequeña bicicleta que solía usar Agus cuando era más chiquito sí se encontraba en casa.

Finalmente, decidí enviar un mensaje a mi familia preguntando por dicho objeto y otro a mis amigas, advirtiendo que alguien tendría que llevarme en su bici ese día.


***

El sol calentaba nuestras cabezas al ritmo de nuestras pedaleadas por el acantilado, cuya hierba estaba más verde que nunca, la libertad que se sentía en esos momentos no era comparable con ningún tipo de libertad imaginable.

Fer me llevaba en su bici y Lari llevaba a Matt, quien tampoco tenía bicicleta. Me encontré a mí misma gratamente sorprendida por el hecho de que, a pesar de que Lari suele ser un poco cerrada para conocer a nuevas personas, en el tiempo que no estuve no sólo se reconcilió con las chicas, sino que también logró hacerse amiga de Matt.

El viento primaveral despeinaba nuestros cabellos y los modulaba con su propio estilo, observé a Matt y su cabello rubio oscuro ondeando a través del aire, bajé a sus ojos caídos, su pequeña nariz y boca, esta última tan rosada como siempre. Su mirada fija en el horizonte y una leve sonrisa asomaba de vez en cuando al escuchar las exclamaciones y locuras de Fer.

Ella me recuerda tanto a Clari...

La mayor parte del tiempo estaba serio y parecía pensativo. Este hecho se ha repetido desde comienzos de octubre y me hace recordar cada vez más a principios de este año, cuando nos estaba conociendo y permanecía en silencio casi siempre.

En un momento dejé de sentir su presencia a mi izquierda y me volví. Le había pedido a Lara que detuviera la bici y se había bajado, así que decidimos detenernos con Fer. Se encontraba a unos metros por detrás observando la lejanía e infinidad del mar.

Después de unos breves instantes sin señales de que él tuviera intención de voltear a vernos y a seguir caminando con nosotras, resolví desandar esos pocos metros que nos separaban. Las chicas se quedaron atrás, conversando.

—¿Qué ocurre? —le pregunté al llegar a su lado. Su piel suave como la brisa, la mandíbula recta y tensa. Entonces volteó hacia mí y me vio con los ojos más mieles que el día pudo haber iluminado.

—Nada —fue lo que respondió.

—Por favor, decime. ¿Es que no confiás en mí?

—Por supuesto que sí.

—¿Es por lo que pasó en el colegio hace unos días? —mencioné el episodio de su cabeza en la pared sin pensar y me di cuenta demasiado tarde de que debí ser más cuidadosa, puesto que Matt volteó a verme y su mandíbula se tensó.

—No se volverá a repetir —afirmó con convicción y volvió a mirar al horizonte.

—Lo sé, pero tal vez querías hablarlo... —sugerí.

—No tengo ganas de hablar de eso —dijo sin más.

Volvió su rostro hacia el mar que antes observaba mientras yo me mantenía mirándolo, sin poder dejar de hacerlo. Me asombró la belleza de su perfil, tan serio y concentrado en algo. Siempre se veía bien a mis ojos y eso comenzaba a preocuparme; espero que no me esté gustando él, pensé. No me parecía correcto, era mi amigo y yo tenía novio, ya tenía suficiente con los pensamientos de odio hacia Cody, no quería enamorarme de Matt. No, no lo estaba. No podía estarlo, debía concentrarme en Dylan. Él era maravilloso y estaba viviendo conmigo porque quería estar cerca y compensar todo el tiempo perdido en que no pudo visitarme.

Nada más que un añoDove le storie prendono vita. Scoprilo ora