Capítulo 19: paseo por la ciudad de Mar del Plata

89 21 102
                                    

La reacción mis amigos tampoco fue muy animadora que digamos. Ellos, como yo, también sabían que la decisión estaba tomada y que no podía hacer nada.

–¡Me niego a aceptarlo! –farfulló Fer, cruzándose de brazos– Ya es suficiente con que mis padres anden cada uno por su lado, como les da la gana. ¿Y ahora también te vas vos?

Sí, sus padres estaban atravesando un divorcio repentino. Cuando Fernanda lo supo, quedó helada y le costó asimilarlo. Y las vivencias que vinieron después ni hablar, nosotras estábamos ahí para ella cuando lo necesitaba, y ahora también estaba Matt. Pero pronto yo me iría.

Sentí como si la estuviera abandonando. A ella y a todos.

–Intenta pensar en que cuando lleguéis al centro seguramente habrá un montón de chuladas que ver. Instituto nuevo, casa nueva, ciudad nueva. Yo me hospedo ahí cada vez que vengo, así que puedo aseguraros de que quedaréis encantados con el ambiente.

–¿Es que no ves que no quiere irse de acá? Además, para vos es fácil porque están lejos mucho tiempo y es un estilo de vida que estás muy acostumbrada a llevar –interrumpió Clari a Anahí, visiblemente irritada.

–¿Es que tú no ves que intento hacer sentir mejor a Lucía?

Matt estaba callado. Y aunque me sorprendió lo mal que le cayó la noticia a Fer, sabía que Matt me estaría necesitando mucho. A pesar de que estaría con las chicas, es más que obvio que conmigo es mucho más cercano y abierto. Su confianza aumenta cuando se trata de hablar de algo conmigo, con ellas no lo hace igual. Lo iba a extrañar enormemente. Y lo sentía mucho por él y por todas.

–Muchas gracias por el intento. Pero no va a funcionar, ya estoy desanimada desde que supe la noticia.

Entonces me dirigí a Fer y la tomé de las manos.

Heladas. Era casi invierno y hacía un viento frío, pero, aunque estuviésemos en pleno verano, siempre tenía las manos frías. A veces realmente era preocupante, pero ella parecía estar bien.

–Siento mucho tener que irme. Ya sabés lo que me duele dejarte, pero manténganse unidas por mí y yo les prometo que estaré bien. Usaré el móvil más que nunca para estar en contacto con vos y con todos.

Me decidí a cumplirlo, no me importaba hacer o no amigos en el nuevo instituto. Eso es lo que le preocuparía a un adolescente cualquiera de dieciséis años, pero yo solamente estaba decidida a mantener el contacto con mis antiguos amigos, los de siempre. No los perdería por nada del mundo.

Además, lo había logrado con Anahí. ¿Por qué no podría con Clara, Fernanda y Matthew? El temor era casi irracional, podía hacerlo siempre y cuando me lo propusiera.

Y entonces, Matt se acercó y me abrazó. Fue apenas un brazo en mi hombro, pero de todos modos me pareció inaudito, supongo que le habrá producido algo de incomodidad animarse al gesto, aunque realmente lo ameritaba y lo aprecié mucho.

Luego siguieron Fer y Clari. Por último, Anahí, completando un abrazo grupal.

Estoy segura de que ella creía que mis amigos estaban siendo unos exagerados, pero como Clari dijo: Anahí acostumbraba a vivir lejos temporadas enteras y luego encontrarnos. Ellos no lo hacían.

Después de que nos separamos del abrazo, la conversación tomó otro rumbo.

–Porque quiero pasar una linda tarde y porque me lo debes, iremos al centro a ver tiendas y monadas. Además, sería bueno que conocierais vuestro futuro hogar. Y sí, hablo en plural porque seremos nosotras y nuestras familias –dijo de pronto Anahí con una sonrisa que dividía su rostro.

Nada más que un añoWhere stories live. Discover now