Capítulo 16: beso

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Definitivamente me tomó por sorpresa, me dejó desconcertada, por lo que abrí la boca, pero la dejé así, sin poder decir nada. Miré a Anahí en busca de alguna respuesta, pero mi amiga simplemente me miró inexpresiva y se encogió de hombros, sin saber qué decirme. ¿Es que le parecía lo más normal del mundo? ¿O será que su primo era un atrevido que hacía eso todo el tiempo y a ella ya le daba igual?

–Está bien –respondí. ¿Por qué dije eso? Tenía novio y, además, odio ese tipo de apuestas. ¿O en realidad yo quería que se concretara? Comencé a sentirme confundida, no quería creer que de verdad una parte de mí quería besarlo. No podía ser. Yo tenía novio, era un completo estúpido y no estábamos en buenos términos en ese momento, pero igual era mi novio.

Entonces reaccioné y recordé que nosotras teníamos que ganar algo.

–¿Y si nosotras ganamos y vos perdés? –me crucé de brazos, haciéndome la chica dura.

–Entonces no tendrás que besarme. Es justo, ¿verdad? –seguía sonriendo de esa manera que sólo sabía aquel chico, parecía altanero, pero no del todo, y si no dejaba de hacerlo ya, me volvería loca.

Pensé un momento lo que me había dicho.

–Si, me parece que es justo.

Y comenzamos a jugar otra vez. Cada juego era corto, claro, porque nosotros solamente éramos tres personas. Dylan sacó veintiuno y ganó. No lo podía creer, había estado perdiendo hasta ahora y justo tenía que ganar cuando hizo esa apuesta.

De pronto me recorrió una sensación extraña por la espalda y no supe precisar si era pánico, deseo, o quizás era una mezcla de las dos sensaciones, me sentía algo enferma, como a punto de tener fiebre. Pero no podía permitirlo. No podía permitirme hacer esto y no podía permitírselo a él. Porque no debía hacerlo. Hay gente que piensa que "sólo es un beso", pero a mí me da igual lo que la gente piense; para mí un beso es justamente eso: un beso. Y no quería que una apuesta estúpida hiciera que se convirtiera en algo sin importancia.

Por el rostro de Anahí, pude adivinar que estaba horrorizada y eso me tranquilizó. Entonces sólo había pensado que no ganaría y por eso había tanta tranquilidad en ella antes.

El moreno levantó la vista de las cartas y me miró con una sonrisa que podía interpretarse como atractivamente hermosa..., o siniestra. Sus ojos oscuros acompañaban esa sonrisa a la perfección. Era tan guapo como Cody o quizás más. ¿Por qué los comparé? ¡Dios mío!

El miedo se intensificó y una punzada de dolor hizo presencia detrás de mi estómago, los nervios acudieron a mí y mis manos comenzaron a temblar. No me podía controlar, debía rechazarlo rotundamente y para eso necesitaba seguridad, no nervios y desconfianza en mí misma. Pero eso era exactamente lo que sentía, que mi parte lógica se derrumbaba y quedaba hipnotizada ante su encanto, no podía confiar en mi sentido común, estaba totalmente nublada por dentro en un mar de confusiones. Estúpido Dylan, en ese momento lo odié.

Pero no, debía recuperar la compostura y hacer que eso no sucediera. Así que hice lo mejor que pude para lograrlo.

–¡Tengo novio! –solté de repente. Fue lo primero que se me vino a la mente.

Soltó una carcajada sarcástica, mirando hacia el cielo raso. Al ver esa reacción me sentí como una tonta, una verdadera tonta.

–¿Y de verdad crees que eso me lo impedirá?

–¿Qué querés decir? –pregunté, pero sabía muy bien a qué se refería y la adrenalina me invadió de nuevo.

–Tal vez no pueda recibir ese beso ahora, pero sí podré cuando vosotros dos terminéis. Ahí estaré en todo mi derecho de besarte y tú tendrás toda la libertad del mundo para besarme.

Me relajé por un breve segundo, pero ¿qué quería decir con eso de que Cody y yo terminaríamos? ¡Cómo se atreve a pensar siquiera eso, y, mucho peor, a decirlo en voz alta como si fuera muy natural! Y, por otro lado, ¿qué le hizo creer que yo querría besarlo en el futuro?

–¿Qué te hace pensar que él y yo nos separaremos? –me crucé de brazos y lo miré, ceñuda.

Me respondió con esa misma naturalidad y soltura tan características en él que había empezado a notar en lo que iba del día.

–Todas las relaciones terminan en algún momento. Y, ¿no trata mal a tus amigos? Ese ya es un mal comienzo, guapa.

Bueno, igual sí era un buen punto, pero no me gustó caer en la cuenta de que tenía razón.

–Así que nos estabas escuchando en la mesa...

–Sí, lo siento. No pude evitarlo –volvió a sonreír en gesto de disculpa, pero casi me quita el aliento una vez más. Maldito chico de la sonrisa perfecta. 

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Holis! Este es un capítulo súper cortito, espero que les haya gustado.

El jueves y el viernes estuve con mil cosas y no tuve oportunidad de actualizar como todos los jueves, así que recién hoy, sábado, les traigo el capítulo. Como es cortito y tardé más de la cuenta en actualizar, les dejaré un capítulo más a continuación jejej

¿Qué piensan de este nuevo personaje, Dylan? ¿Y de Anahí? Cuéntenme, los estaré leyendo encantada. :D

Por cierto, ¡ya tenemos nuevos banners de personajes! A continuación les dejo uno de ellos:

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