Capítulo 15: Anahí

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Bien entrada la noche recibí un mensaje en el móvil.

Ya estamos en el aeropuerto –decía. Me arrancó una sonrisa y comencé a estar feliz..., o lo más feliz que alcancé a sentirme en ese momento. Fue un pequeño instante en que mi cabeza se ocupó de pensamientos que no sean Cody todo el tiempo.

Anahí llegaba ese día, así que me avisaba que ya había pisado suelo argentino. No nos visita muy a menudo porque vive en Madrid, pero cada algunos años regresa. Esta vez me dijo que trajo compañía: su tío y su primo que vienen a trabajar a una empresa en el centro de Mar del Plata.

Te veo mañana, que duermas bien en el hotel –fue mi respuesta, ya que al día siguiente la vería en mi casa, comiendo asado junto a toda la familia y hablando de lo que nos diera la gana en ese momento al igual que hacíamos cada vez que venía una temporada. Mis papás ya lo habían hablado con los de ella y acordaron que el primer día después de su llegada almorzaríamos todos juntos, incluidos su primo y su tío a quienes no conocíamos todavía.

Además, hacía una semana, mamá se sentó en la mesa y le sugirió a mi padre que podría trabajar en esa empresa. Él todavía no se termina de convencer porque está un poco lejos de casa. Es decir, ese trabajo se encontraría en pleno centro de Mar del Plata y nosotros estamos a unos cuantos kilómetros de allí, en este barrio llamado Los Acantilados. A pesar de estar lejos de todo lo que es el centro de la ciudad hacia donde todos van, no es algo malo. Porque Los Acantilados es mi hogar; siempre he vivido acá y no me interesa si las mejores discos y los mejores cines están allá, porque mi hogar y mis amigos son suficientes para mí. Si mi madre cree que el mejor trabajo está allí, bien por la familia, pero yo no estoy de acuerdo en que papá tenga que viajar tanto de ida y de vuelta a diario. Por otro lado, ella se encarga de administrar un pequeño negocio en la esquina de casa, es un almacén que parece un minimercado.

No entiendo por qué se empeña tanto en que papá tenga un mejor trabajo y no se preocupa en tener uno mejor ella misma, pero eso es un "tema de adultos" y ni yo ni mi hermano nos podemos entrometer, claro. Al menos yo, que soy la mayor, debería poder opinar al respecto. Pero ellos se niegan y dicen que no le dé mucha importancia; creo que prefieren discutirlo en privado.

Me fui a dormir pensando en el trabajo de papá, en la insistencia de mamá y en el horrible comportamiento de Cody para con mis amigos. Lo peor de todo era que no me había llamado, eso era lo que no me dejaba indiferente, no podía ignorar que no había llamado para ofrecerme una mísera disculpa por esa y las tantas veces que había criticado a Matt y me había ofendido. Y el problema siempre era con Matt, a las chicas casi no les decía nada, pero a Matt lo criticaba a sus espaldas como si se lo mereciera. Cody siempre se ha comportado como un insensible y lo peor de todo es que yo estuve soportando cada una de sus quejas por todo ese tiempo, intentando ignorarlas. Hasta ese momento. Así que me fui a dormir con un mal sabor de boca, lo único que hacía que mantuviera las esperanzas por el día siguiente era que venía Anahí.


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Voy en camino –decía el mensaje. Así que seguro venían por la carretera y estarían acá en cualquier momento.

Me aseguré de mantener mi mente ocupada ayudando a preparar la casa y la comida. En la mañana, mamá y yo limpiamos la sala de estar y más tarde ayudamos a papá a hacer el almuerzo: asado, por supuesto. Mi hermanito también se nos unió. Ayudó en lo que pudo y luego se fue con sus videojuegos.

Una camioneta blanca se estacionó frente a nuestra casa. Cuando la vi, me pregunté de dónde la habrían sacado, pero luego recordé que siempre alquilaban autos y todo se aclaró.

Nada más que un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora