Capítulo 12: culpa

114 27 92
                                    

Pasamos un rato en la dirección discutiendo entre nosotros sobre lo que había pasado. Entre Gastón y yo hubo un gran revuelo y nos echamos la culpa mutuamente. Y en el medio estaba Cody, que no debía estar allí, pero a quien pescaron en mal momento. Obviamente discutimos todo y lo hablamos con la directora sin mencionar la parte en que yo terminé en el suelo porque ninguno de nosotros quería ser suspendido, firmar un apercibimiento o lo que fuere. Aunque tácito, era un acuerdo en el que todos sabíamos que, si el otro estaba comprometido, también lo estaba uno mismo. Por suerte nos libramos de esa.

Cuando salimos estaban tanto Matt, Fer y Clara, como también Lara. ¿Qué hacía allí? No lo sé, yo creía que dejaría de hablarnos para siempre o algo así. Además, pensé que no iba a estar en la escuela, se fue por otro camino al que íbamos nosotros. A menos que llegara tarde, claro.

–¿Cómo fue? –preguntó, acercándose como si se tratara de un aviso médico.

–Bastante bien, la verdad. Gracias por preguntar. ¿Qué hacés acá?

–Bueno..., estaba preocupada, así que vine a ver qué había pasado –contestó algo contrariada.

–No, me refiero... Cuando nos vimos en la mañana no viniste al colegio. Fuiste para tu casa.

–Ah, sí. Me volví a mi casa para esperar a que Renata me buscara en su coche.

Oh, así que Renata tenía un auto y Lara prefería ir con ella antes que caminar unas cuantas cuadras conmigo o con cualquiera de nosotros. Bueno, ya todo estaba dicho; definitivamente se pasó al otro bando.

–Por cierto, ¿se puede saber qué pasó en realidad? –preguntó, curiosa. Me dio la sensación de que había venido sólo para eso, que en realidad quería saber el chisme de la semana. Después de todo era la nueva Lara, ¿no?

–Ya sabés –dije. No tenía ganas de dar charla, además Fer y Clari estaban a unos metros y no decían nada, pero yo sabía que se estaban absteniendo de echarla de ahí en ese mismo instante–. Las cosas que hace Gastón y las bromas de mal gusto que se manda.

Enseguida lo comprendió, era fácil imaginar como comenzó todo, aunque no lo hubiera visto. Cuando se trataba de él siempre era igual.

Me di la vuelta para observar el lugar en busca de Cody, pero no lo vi.

–¿Dónde se habrá metido Cody? –pregunte a nadie en particular. Lara me respondió.

–Cuando salió se fue como un cohete, parecía apurado. ¡Pedazo de novio tenés, eh! Se va sin saludar.

–Nos saludamos antes de salir de dirección –repliqué, pero no era verdad. Lo hice solo para que no se mofe.

–No parecía. Se veía cada uno tan distante..., como en sus mundos –dicho esto, me saludó con un beso en la mejilla, a los demás agitando la mano y se fue caminando ligeramente, como si nada. Igual me dio la impresión de que no osaba acercarse a Fer ni a Clari.

Me voltee hacia las chicas que seguían como las había visto cuando me fui del patio: una a cada lado de Matt. Él tenía la mirada en el suelo y las manos juntas delante de su cuerpo. Tardé un instante en advertir que estaba conteniendo el llanto, también como la última vez que lo vi. Cuando finalmente levantó la mirada hacia mí, una lágrima se deslizó por su mejilla izquierda. Me acerqué hacia él y hacia las chicas. ¿Por qué estaba llorando? ¿Había sucedido algo mientras yo no estaba? ¿O mientras yo estaba y no lo había advertido?

–Está así desde que lo encontramos–explicó Fer.

–No nos quiso decir nada, nos estamos asustando mucho, Luci –prosiguió Clari.

Nada más que un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora