Epílogo

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Aquel año que transformó tanto mi vida y la de mis amigos fue caótico, estuvo lleno de incertidumbres y cambios. Pero eso forma parte de la adolescencia y la vida misma, después de los cambios y el caos que traen consigo es que podemos pasar a una nueva etapa.

Han pasado nueve años desde entonces, hace ocho que nos graduamos y cada uno tomó su camino. Tanto Fernanda como Matthew, Lara y Anahí hoy forman parte de mi vida y me siento la persona más agradecida y afortunada por ello.

Ese verano, con nuestros dieciséis años de edad, nos las arreglamos para pasarlo juntos. Yo estuve algunas semanas con mi familia en el centro, pero inmediatamente volví a casa en Los Acantilados.

Matt logró superar la depresión con el tiempo, y la ansiedad también, aunque eso fue un poco más difícil porque las situaciones sociales siempre lo agobian, el TEA es así. Sin embargo, juntos aprendimos que existen unos "jueguetes" para tener a mano en esas situaciones y que pueden ayudar a la persona con autismo a relajarse. Realmente sí es un grado muy leve y por eso tardaron tanto en diagnosticarlo, aunque ese tipo mayormente lo padecen mujeres. Pobre Matt, la pasó realmente mal. Y me contó que su madre se sintió fatal al no haberlo llevado antes a que lo diagnostiquen. Pero lo bueno es que, una vez que tuvo las herramientas, ya pudo aprender un montón sobre ello. Todos aprendimos. Me sentí muy orgullosa de él después de todo lo que logró y se lo digo cada día.

Mientras tanto, a Fer la internaron en rehabilitación sin poder tener contacto con el mundo exterior, lo que significaba que no podíamos verla durante la primera parte del verano. Pero mi amiga es una chica lista y supo lo que le convenía. Se vio una rápida mejoría y los médicos accedieron a las visitas, primero, y le dieron el alta, después. Fuimos casi todos los días con Lari y Matt a verla; fueron unas vacaciones muy lindas, compartimos muchos momentos juntos y regresamos a clase con todas las pilas, dispuestos a terminar nuestro último año y graduarnos.

Seguí con problemas para dormir después de lo que pasó con Gastón y sabía que me costaría tener intimidad en el futuro. Además, con el tema del juicio, mi familia decidió que ese mismo verano empezaría a ir al psicólogo. Argentina es el país con más estudiantes de psicología así que fue sencillo encontrar uno con el que me sintiera cómoda. Gracias a ellos y a que acepté ir, hoy ya no lo necesito y logré superar esa etapa de mi vida.

El juicio se desarrolló en los primeros meses del año siguiente. Fue estresante y duro, pero lo ganamos. Recibí mucho apoyo de los vecinos de Los Acantilados y también en las redes sociales. La señora Martínez no pudo volver a tomar un cargo en ninguna escuela, pero no sé qué fue de ella, probablemente se mudó. La banda "Cerebros" se disolvió y tampoco sé nada sobre sus integrantes; sólo supe que Gastón estuvo un tiempo en un reformatorio de menores.

Al resto de mis compañeros, como Renata y Cody, los cruzo de vez en cuando por el barrio. No hay rencores, somos adultos y nos saludamos con educación mientras hacemos las compras.

Supe que, lamentablemente, la situación de Dylan no mejoró. Siguió consumiendo y se distanció de su padre. Cuando vivíamos juntos me había contado que, al morir su esposa, Marcos no lo superó y casi olvida que tiene un hijo, lo descuidó mucho. Y no había sido el mejor padre del mundo, pero aun así tuvo que seguir bajo su custodia. Tanto le afectó el cambio cuando aún no era un adolescente que terminó cayendo en el vicio que aún mantiene. Sin embargo, esto no es lo que yo percibí de Marcos al conocerlo. Pero supongo que no es fácil perdonar que lo hayan descuidado en la infancia. Y el hecho de que su padre quisiera recuperar la relación cuando era adulto y llevarlo por buen camino no fue suficiente.

Cuando Matt y yo les contamos a las chicas que estábamos juntos, se pusieron muy felices. Lari nos dijo que hacíamos una bonita pareja, siempre parca con sus palabras. Fer dijo que Clari siempre supo que de alguna manera u otra Matt y yo terminaríamos juntos y que habían hablado muchas veces sobre esa posibilidad, nos shippeaban desde el principio.

Nada más que un añoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora