Prólogo| Parte 1.

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Prólogo

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Prólogo.

Varios años atrás...

Un verano de junio.

Dorado, Puerto Rico.

—¡Sigo pensando que hoy tiene que ser el día, Nere! —me dijo una de mis mejores amigas del alma, Amanda. Ella creía que era un día perfecto para decirle a Jesse Montenegro todo lo que sentía por él.

Mi vecino había sido mi amor platónico desde que tenía doce años. Sonaba tonto, sí. Pero ya que recientemente cumplí los diecisiete años y él tenía veintiséis, no deseaba nada más que intentar que esos años de admiración y sueños reprimidos fueran correspondidos.

—No lo sé, Amy —le dije con un suspiro de exasperación—. ¿No crees que si yo le hubiese interesado, hace mucho hubiera movido ficha? No creo que me vea con esos ojos —estaba peinando y trenzando mi larga cabellera negra.

Amanda me miraba de una forma insistente y bastante emocionada mientras terminaba de ajustar su espectacular blusa. Yo era igual de extrovertida que ella. Excepto para las declaraciones al chico guapo, inteligente y rebelde que me había atraído en toda mi adolescencia.

Salimos de mi habitación para buscar a mi hermano por toda la casa, pero este nos esperaba en el balcón.

—¡Ya era hora, Nere! ¡Llevo un buen rato esperándolas! ¡Ustedes y sus cosas de chicas! —exclamó divertido.

Jimmy era mi hermano y mi confidente, cuatro años menos que yo. Estaba emocionado, ya que celebraban la fiesta de graduación universitaria de Jesse. La casa de sus padres era preciosa, grande y espaciosa.

Cuando nos acercamos para saludar, Jesse y algunos de sus amigos estaban tomando cervezas y hablando entre ellos. Él era indudablemente guapo, con su aspecto rebelde y despreocupado. Tenía el cabello corto y peinado hacia un lado, ojos oscuros como la noche y una piel canela tostada por el sol —el cual tomaba al irse de surf con sus amigos la mayoría de los fines de semana que no estaba bebiendo alcohol o de parranda—. Me gustaba y me atraía demasiado. Pero sin duda, yo era todo lo contrario a su persona.

—Jimmy, ¿cómo estás? —Jesse saludó a mi hermano.

—¡Muy bien! ¿Dónde está John? —Jimmy y su hermano eran muy buenos amigos—. Mi hermana ha venido con una amiga también —reiteró.

—Claro, sean bienvenidas. Hay cervezas adentro en la cocina. Si gustan pasar, no hay problema —nos dijo Jesse con una sonrisa despreocupada.

Me sentía muy tímida en el momento, así que decidí dirigirme directamente hacia la cocina por una bebida, mientras que Amanda fue detrás de mí. Estaba un poco nerviosa. Era una de las pocas veces que asistía a una actividad de Jesse. Y todo por haberle hecho caso a mi insistente amiga, creyendo que sería la oportunidad perfecta.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora