Capítulo 20 | Parte 1.

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Capítulo 20

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Capítulo 20.

—¿Gloria? —la llamo ruborizada—. ¿Qué sucede?

»¿Qué hacen aquí? —esta vez, me dirigí a ambos.

—Estuve llamándote hace un rato y... —detuvo sus palabrerías de sopetón—. Espera... ¿Recibiste mis llamadas?

«Mierda, ella era la que estaba llamando».

Damián me observaba con desesperación.

—Bueno, yo... Acabo de ver las llamadas —mentí—. Estaba en una intervención con el doctor Santiago y luego vine a... —miré a Damián con más curiosidad.

»¿Qué está pasando? ¿Y por qué los dos están aquí?

—Nere, es mi hora de salida. Ya mi turno culminó —me dijo Gloria con mucho énfasis.

Mi expresión continuaba reflejando confusión. Me sentía perdida y despistada.

—¿Creía que me engañaría, novata? Lo siento, pero esta vez yo necesito el favor más que usted —le dijo Damián en un tono lleno de exasperación.

—Pero ¿¡quién diablos se cree que es!? ¡Había quedado con Nere para que me llevara hoy a mi casa! —le recalcó.

«¡Carajo, lo había olvidado!».

—¡Cierto, Glory! Lo siento... —posé una mano en mi cabeza al recordarlo—. Había olvidado por completo que hoy tenía que llevarte a tu casa.

—¡Sí! —Gloria celebró.

—¿¡Qué!? ¡No! —el tono de voz de Damián se prolongó más desesperado—. Nere, necesito el favor mucho más urgente que la novata.

—De ninguna manera se subirá al mismo vehículo que yo, doctor diablo —Gloria se cruzó de brazos.

—¿Qué? Esperen... —me quedé perpleja—. ¿Eso quiere decir que también necesitas que yo te lleve a tu casa? —le pregunté a Damián, quien asintió con una expresión de desconcierto.

Tuve que contener una risa interna para que no se dieran cuenta de que comenzaba a divertirme con la situación de ambos.

—¡Nere, él puede llamar a una de sus acostadas para que le resuelva! ¡Hasta puede tomar un bus público! —Gloria miró su reloj de muñeca.

»De hecho, todavía los bus nocturnos están operando. Vaya...

—No, no. Usted cierre la boca, ¿sí? —Damián le susurró entre dientes.

»Nere, escucha... Mi turno terminó hace una hora y quince minutos. No tendré vehículo probablemente hasta el lunes. Tomaría la opción de ir en un bus nocturno, pero en el exterior hay una mujer que está esperándome en su vehículo.

—Entonces, ¿cuál es el problema? —le pregunté en un tono jocoso.

Damián se exasperó aún más. Sus rizos marrones se movían con gracia.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now