Capítulo 39 | Parte 1.

54.4K 4.1K 1.5K
                                    

Young and beautiful - Lana Del Rey ♪

♪ Young and beautiful - Lana Del Rey ♪

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 39.

El esposo de la señora estaba arrodillado en el suelo, tratando de apoyarse de la puerta del copiloto que se encontraba abierta.

- ¡Señor! - Grité y me dirigí hacia él.

Sus ojos parecían desesperados y parecía tener dificultad para respirar. Éste cae completamente al suelo, mientras posa su mano derecha en forma de puño en el pecho.

—¿¡Puede hablar!? ¿¡Puede responder!? —Gloria preguntó detrás de mí.

Me arrodillé junto a él y saqué mi nuevo estetoscopio para examinarlo. Seriamente, tendría el placer de usar el Littmann por primera vez. Rápidamente, lo coloqué sobre mi cuello y lo acomodé como pude.

Decidí dejar al paciente boca arriba, tratando de no entrar en pánico. Respiré hondo mientras examinaba las palpitaciones y pulsaciones en su pecho. Lo observé detenidamente y pude notar ciertos síntomas y señales.

- Gloria... - Tragué hondo. - Necesitamos una camilla de inmediato. Tiene sudoración excesiva, fuerte dolor de pecho y parece que sufre de mareos. - Dije al sacar mi pequeña linterna y examinar sus ojos. - Sabes lo que significa.

Ella no esperó ni un minuto más y corrió hacia el hospital. El esposo de la señora comenzó a perder la consciencia, como si estuviera ahogándose.

«Era hora de enfrentar la realidad, Nere. Aquí íbamos...».

"Dios, no me dejes sola en esto. Por favor, no me dejes sola." Usé ese pensamiento cómo mantra, para aliviar mi tensión.

Busqué en mi mochila una tijera y rápidamente corté su camisa, dispuesta a darle resucitación cardiopulmomar.

—¿Qué hace? ¿Qué está pasando? —la señora preguntó de manera desesperada.

- Su esposo está sufriendo un infarto de miocardio agudo, según los síntomas. - Le informé, poniéndome en posición para la resucitación.

Comencé a presionar repetidas veces su pecho, con mucho cuidado y en el lugar preciso e indicado. Tampoco quería hacerle un daño mucho peor.

«Mierda, ¿qué podía ser peor que esto?».

Continué presionando su pecho una y otra vez. Sabía que era lo correcto en una situación así. Sabía que hacía lo que podía, pero no estaba totalmente segura si estaba funcionando.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now