(+21) (Libro 1 & Libro 2) Alysha N. Doménech Losada, una brillante y aplicada estudiante de medicina que está a punto de comenzar su internado en medicina general. Su vida era tranquila, entre libros y anotaciones, con el novio que siempre había sid...
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Capítulo 8.
Es curioso como tu vida puede cambiar en un instate. Nunca sabremos a qué estamos expuestos, y sobre todo, a lo que podemos enfrentarnos en la vida con las distintas situaciones que la misma nos presenta en el camino.
Yo, Alysha Nerea, estaba pasando por esos momentos de cambio que llamamos "Pruebas que nos da la vida." Es decir, como estudiante, he tenido que probar mi capacidad para trabajar en lo que me he preparado con tanto esfuerzo. Y eso está bien, la verdad.
Sin embargo, tener que probar mi capacidad para amar, no era algo que estuviera en mis planes. Tampoco fue algo que me planteé mentalmente. Pero aquí estoy, sentada junto a mi escritorio en horas de la madrugada, leyendo e informándome mucho más a fondo sobre los trastornos y desviaciones del hombre que amo sin medidas ni limites.
"Mierda, ¿sin medidas ni límites? ¿Realmente, esas palabras combinan con mi situación actual en cuánto a él?"
Cierro mi laptop y me recuesto sobre a acojinada silla de mi escritorio al perder mis dedos dentro de mi cabello. No es que tuviera algún tipo de jaqueca por la desvelada noche que estaba teniendo, sino que mi mente era un manojo de pensamientos analíticos y no analíticos. ¿Cómo puedes plantearte el pensar objetivamente e inteligentemente, cuando está en juego la persona que amas y deseas con toda tu alma?
Sé que una mujer inteligente no pensaría tanto en esto y simplemente le diría que no a los caprichos de sus jodidos trastornos, pero él había sido inteligente al permitirme probar lo que era estar con él íntimamente. Y eso, hacía que yo misma me permitiera analizar y pensar las cosas en cuanto a lo nuestro.
Él es brillante en demasiados ámbitos, y no me cabe la menor duda de eso, pero yo también me planteaba el poder demostrarle que yo también tenía mucho para dar, y no sólo en la medicina, sino en lo nuestro. Así como él logra que yo me piense las cosas entre nosotros, yo también quería revolotear en su cabeza, entrometerme entre sus trastornos. Lo único que deseo en este momento es poder comprenderlo, quererlo, amarlo, y demostrarle sin palabras que sí merece ser amado. Todo esto me duele mucho, pero más me estaba doliendo el tener que pensar que no podría tenerlo.
Aunque el cansancio ya me estaba invadiendo, eso no me detuvo para seguir leyendo la información que había imprimido. No lo niego, había encontrado suficiente información para comprender más de estos temas que, ciertamente, hasta hace muy poco desconocía. Marqué lo que pensé que sería de ayuda, y lo que creía que debería darle más importancia.
Una vez que preparé la información que había obtenido para ser leída con calma, me recosté en mi cama. Aún la música que había puesto en un bajo volumen suena de fondo. En estos momentos de tanta tensión y curiosidad, era lo que me relajaba. Comencé a leer las partes que había marcado como importantes, para darle más énfasis.
Curiosamente, estos temas comenzaron a importarme mucho más ahora, por el complejo hecho de que intentaría comprender y entender a Adrián. Teníamos ciertas cosas que asumir y mucho que discutir. Por lo dispuesto e interesado que se muestra, puedo pensar que, posiblemente, lo que sea que él y yo tengamos le importe. Eso, al menos, me alentaba en seguir adelante con esta locura.
