Capítulo 55 | Parte 2.

28.8K 2.8K 329
                                    

Capítulo 55

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 55.

(Adrián)  

Mi humor parecía querer jugar a mi favor después de sentir que entre Alysha y yo las cosas estaban en perfecto control. A diferencia de las veces anteriores en las que he tenido que viajar de forma repentina, sentía que podía tener el control a pesar de toda la mierda que surgía en los temas investigativos de mi padre.

La jovencita causaba patéticas sonrisas en mí y no podía evitarlo ni disimularlo por mucho.

Observo la pantalla de mi teléfono y miro la misma foto de siempre, admirando una y otra vez cómo mi niña dormía entre mis brazos de forma vulnerable y despreocupada.

Me llena en lo absoluto saber que es mía y que sólo yo puedo tenerla. Sólo mía. No soy la mejor persona para ella, pero está más que claro que soy su hombre.

Alzo la mirada con seguridad, pensando en cómo estuvo sobre mi cuerpo a su antojo. Presiono un poco mi teléfono al sentir ese frenesí de tenerla. Me hizo suyo a su gusto y luego me dejó poseerla con cierta dureza. Me agrada que se deje llevar por mí. Tengo mucho más que ofrecerle a mi jovencita.

"Me pregunto si continuará dejándome actuar por encima de su voluntad..."

Es lo más que deseo. Quiero que me entregue toda su voluntad física y mental. Quiero que me entregue cada suspiro y cada mirada. Necesito que sea mía sin ningún límite.

"Sí... Eso quiero..."

Muerdo mi labio inferior al mirar por la ventanilla del vehículo que nos lleva hacia el hotel en el que mi padre y yo nos alojamos.

Habíamos asistido a una tediosa, larga, y preocupante reunión con las personas más importantes de la Organización Mundial de la Salud y del Centro Control de Enfermedades.

A pesar de que me interesa la situación y una gran parte de mi tenía la atención del virus que mi padre intentará erradicar, no podía dejar de pensar en mi pequeña.

Guardo mi teléfono con discreción al darme cuenta que continuaba mordiendo mi labio inferior con cierta brusquedad. Es como un tic nervioso para calmar mi ansiedad. Y claramente, ella causa muchas emociones nuevas y raras en mí.

"Estoy muy jodido..." Me digo mentalmente al pensar en sus dulces ojos y en su delicada boca. Ya la estoy saboreando en mi subconsciente, maldita sea.

Me fascina, y no puedo evitar sentir que ahora mucho más que no era un mero sueño o deseo reprimido el poder tenerla.

Mi padre estaba al otro lado del asiento. Estaba absorto en una cálida y bonita conversación con mi madre, Marcella.

Sin embargo, yo continuaba perdido en mis pensamientos, removiéndome un poco al recordar cómo la jovencita intentaba cuidarme con aquel simple gesto de colocarme la corbata.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora