(+21) (Libro 1 & Libro 2) Alysha N. Doménech Losada, una brillante y aplicada estudiante de medicina que está a punto de comenzar su internado en medicina general. Su vida era tranquila, entre libros y anotaciones, con el novio que siempre había sid...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Capítulo 47.
— ¡No voy a decirte eso! — Lo riño, impresionada de su seriedad y la seguridad que tiene al llevarme en su hombro.
— Perfecto. No tengo ningún problema con llevarte yo mismo.
— ¡No! — Tiro de los bordes de su bata médica y muevo mis piernas como puedo.
— Basta. — Vuelve a palmear mi culo. — Esto es poco para lo que me has hecho en el cuarto de descanso.
— ¡Lo siento!
— No lo sientes. — Bufa, pero su seriedad continúa.
— ¡Es verdad! ¡Es verdad! — Tamborilea la palma de su mano sobre una de mis nalgas a su gusto. — ¡No lo siento! ¡Soy sincera! ¿¡Bien!? — Me desespera su acción tan manipuladora hacia mí. — ¡Te deseaba!
— Vamos mejorando. ¿Qué más tienes que decir al respecto?
— ¡No lo sé, coño! ¡Por favor! ¡Aqui soy una interna y tú mi futuro jefe, Andy! — Azoto su culo a través de su blanca bata con mis pequeñas manos, pero él no cede. — Por cierto, ¡qué buen culo! ¡Ahora bájame!
— ¿Me amas?
— ¡Sí! — Cada vez me desespera más.
— Esperaba la respuesta completa, pero está bien. Si me amas, continúa significando que tu culo es mío.
— ¿¡Por favor!? — Inquiero con insistencia, refiriéndome a que me baje de su hombro.
Se detiene y me baja con calma y cuidado. Cuando mis pies tocan el suelo, soy capaz de respirar con agitación para intentar recomponer mi postura y el aire que me faltaba por lo abrumante que éste espécimen puede ser.
"¿Cómo puede ser tan descarado y actuar como si no le importara lo que pensarán aquí de él?"
Quizá para él sea mucho más sencillo, ya que aquí, en éste hospital, quién necesita de los servicios de Mi Cura Prohibida son ellos. Aún así, su nivel de manipulación no conoce límites, porque sabe perfectamente que en éste lugar es alguien indispensable.
"¡Pero yo no!" Pienso. "Sólo soy una interna. Y de momento, yo soy quién necesita de los servicios del hospital."
Adrián me observa impasible. Coloca las manos en los bolsillos de su bata médica, esperando que yo tomara primero el paso, para luego él seguirme.
— Oye, machote... — Lo señalo para advertirle. — Tendrás que calmar ese temperamento tan abrumador. Hoy estás haciendo y deshaciendo.
— Yo no diría lo mismo. — Enarca las cejas y sus ojos están tan claros, llenos de un verde brilloso que, internamente, me derriten. — Aquí la que está haciendo y deshaciendo conmigo eres tú.
