Capítulo 10 | Parte 1.

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Capítulo 10

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Capítulo 10.

Me encontraba en mi vehículo e iba de regreso a casa. Hablaba con Amanda desde el alta voz de mi teléfono.

—Por cierto, ¿vendrás a casa hoy?

—Obviamente, Nere. Sé lo importante que es esto, y lo que significa para ti —afirmó con total rotundidad.

—Gracias, Amy. Siempre agradeceré tu apoyo.

—No es nada, Nere.

—Bueno, amiga... Te veo en la casa —le avisé y nos despedimos.

Mi subconsciencia luchaba para no pensar en lo que sucedió hace un rato, para no pensar en la mirada tan profunda que me estaba atravesando el peligroso ángel.

Las imágenes plasmadas en mi cabeza seguían saliendo a relucir para torturarme.

Sus ojos verdes y claros mirándome de manera profunda y sin parpadear ni una sola vez. Su altura retando a mi pequeña estatura. Sus preciosas y grandes manos. Su boca tentadora...

«Mierda».

Apago el reproductor del vehículo, porque no puedo seguir así. Soy una mujer digna y de valores cultos.

Cuando entré a la casa, mi familia estaba cenando en el comedor. Los saludé con normalidad, como todos los días. Mi comida estaba servida y esperando por mí. Cenamos en silencio por un rato, hasta que Jimmy decidió hablar...

—Nere, papá y mamá se lo tenían muy guardadito... —me contaba con gracia—. Pero luego que mamá se opere y descanse unos días, se van a ir de luna de miel.

—Jimmy, es la quinta luna de miel. ¿Todavía te causa gracia y te afecta? —le dije al reír con gracia.

—Sexta, y no me afecta. Al contrario, es de mucho provecho cuando supuestamente me dejan a tu cargo —dijo en un tono creído, alzando las cejas.

—Jim, estar conmigo es igual que con nuestros padres —me llevé un bocado de comida a la boca y luego lo señalé con el tenedor—. No te saldrás con la tuya, hermano.

—Seguro que no —me miraba con expresión burlona.

En el fondo, yo sabía que era una hermana cómplice. Al fin y al cabo, es el único hermano y compañero que he tenido durante casi dieciocho años.

—Bueno, hija... —dijo mi papá mientras disfrutaba de la comida—. Deberían divertirse un poco. Estudian mucho, especialmente tú. No te vendría mal. ¿No te parece? —comentó en plan amistoso.

Mi papá se preocupaba mucho por mi vida social. A veces, quería que yo saliera más a menudo, pero siempre he sido muy hogareña.

—Papá, sabes que tengo una vida social. ¿Acaso piensas que no es buena?

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now