Capítulo 33 | Parte 1.

48.7K 4.3K 238
                                    

Capítulo 33

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo 33.

Doce y media de la noche cuando me encontraba acostada. No podía pegar ni una pestaña.

Creí que vería a Adrián después de que saliera del «Hospital Johnson Memorial», pero no fue así. Tampoco llamó luego, ni dejó algún mensaje.

Quizá esté ocupado, dormido... o con Bárbara.

Me giré hacia un lado de la cama con una expresión fastidiada y me cubrí la cabeza con una almohada.

«Maldita sea, este hombre me estaba calando hondo y no sabía cómo controlar todas estas emociones que, para mi entender, eran nuevas en mí».

Con Jesse no sentía esta fuerte necesidad de verlo, de hablarle, de estar cerca de él. Esto me hacía rabiar hasta más no poder.

Soy una mujer adulta que puede calmarse y controlar las emociones, pero es que hasta la mujer más fuerte, podría sentirse vulnerable cuando deseas ver a una persona.

No quería volver a llamarlo, porque parecería que insistiría demasiado y no quería verme como una Bárbara Bosch. Me negaba por completo. Quería pensar que ella no estaba cerca o junto a él en el momento.

Con la frustración que me subía por la garganta, me dispuse a buscar el control remoto que yacía en la pequeña mesa de noche. Coloqué varias almohadas detrás de mí y me recosté un poco. Encendí el televisor y busqué algún programa basura para entretener mi mente.

Casi lo lograba, pero aun así, tampoco funcionó. Luego de un rato, me aferré al bajo sonido de la televisión y a la luz que alumbraba vagamente la habitación. Hasta que logré conseguir el sueño...

🔹

Vagamente abro los ojos y me remuevo en la cama con sumo cansancio. Como puedo, agarro mi teléfono y me percato de la hora, casi las tres y media de la madrugada.

«Vamos, Nere. Tenías que descansar, aunque sea un poco más».

Al escuchar el lejano sonido de la televisión, busqué el control remoto, dispuesta a apagar el televisor para retomar el sueño. Sin embargo, cuando lo encontré sobre la enorme cama que me rodeaba, algo llamó mi atención.

Me senté sobre el colchón, dispuesta a escuchar mientras ajustaba el volumen del televisor.

Pasaban las noticias resumidas en la madrugada. El canal CNN transmitía imágenes sobre una gran huelga en algún país del medio oriente debido a la epidemia que se ha ido propagando en aquellos lugares.

Experimenté un leve sentimiento de impotencia y miedo. Ver personas luchando y peleando con la poca cordura que podían tener en esos momentos, era algo inquietante y triste.

También transmitían aeropuertos abarrotados de personas desesperadas por huir del contagio.

Sabía que siempre hay nuevas enfermedades que salen a relucir en el mundo, pero el Mers-Recov2 se estaba quedando con toda la atención posible... y con muchas vidas, claro está.

Mi expresión comenzaba a tornarse más curiosa y mis ojos se achicaron, porque estaba pensando en que podía guardar más información que pudiese ayudarme en un futuro cercano.

Me levanté de la cama como pude y busqué en mi equipaje la pequeña libreta de anotaciones y un bolígrafo. Volví a sentarme sobre el colchón y comencé a escribir datos y más datos de lo que escuchaba.

La libreta ya se encontraba llena de anotaciones que había hecho anteriormente de la enfermedad.

No quería creer que estaba obsesionada y loca con este tema, pero algo me decía que debía tener esta información a la mano.

Sé que mi país se encuentra totalmente lejos y distante de esta peligrosa enfermedad, pero nunca se está exento de estas situaciones. Más aún cuando esto es nuevo y bastante desconocido...

Después de haber presenciado desde el principio como la gripe porcina se fué desencadenado en tantos lugares, llegando a mi país, no veía nada imposible en cuánto a estos temas.

Mordía el bolígrafo por el estrés y las ansias. Sentía que tenía una carga en mi pecho que no quería calmarse en cuanto a la situación. Quizá me sentía más angustiada de lo normal por el hecho de que mis padres querían viajar y todavía no sabía cuál sería el destino de sus próximas aventuras. Realmente, no quería entrometerme ni parecer la madre de mis padres, pero necesitaba estar más atenta sobre ese próximo viaje.

Carajo, no quería volverme paranoica, aunque esto no fuese una tontería.

Tal vez estoy exagerando demasiado con esto. Es lo que tiene el estudiar una carrera médica, todo lo quieres analizar.

Decidí colocar la libreta y el bolígrafo sobre la pequeña mesa de noche. Acomodé las almohadas y me cobijé, apartando los malos presentimientos y concentrando mis pensamientos en Adrián.

Me gusta mucho, muchísimo. Cada vez lo deseo más y me gusta estar a su lado, sólo para escucharlo hablar con su habitual calma e intelectualidad.

Me gustaba que me tocara y que me besara. Sus manos en mi piel eran mi adicción. Quería y necesitaba continuar palpándome de su éxtasis.

Mientras me quedaban chispas de resentimientos por no haberlo visto y por pensar que posiblemente Bárbara había puesto sus manos en él, me removí sobre la cama y el sueño me venció.

Pronto lo verás, Nere. Es lo que digo para mis adentro, mientras respiro hondo y recuperando la tranquilidad.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now