Capítulo 44 | Parte 1.

42.8K 4K 1.2K
                                    

Capítulo 44

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Capítulo 44.

La alegría y la emoción desaparecen de mi rostro al instante. Esto no podía estar pasando en este momento. Mi padre y yo nos miramos por unos segundos, pero él decidió continuar su camino hacia la habitación de él y de mi madre.

Comencé a caminar con lentitud mientras arrastraba el pesado equipaje. Cuando me acerqué completamente hacia el comedor, solté mis pertenencias de mala gana.

—¿Qué haces aquí? —pregunté muy cortante y crucé los brazos.

Jesse se levanta del asiento y se aleja de la mesa del comedor. Su expresión denotaba frustración. Sus ojos parecían cansados y tristes, pero no me dejaría llevar por eso.

— Tenemos que hablar, Nere.

—¿De qué?

—¿En serio lo preguntas? ¡Sabes de qué, Nere! —se movía constantemente, nervioso—. De nosotros, de esta repentina distancia que tú impusiste entre ambos.

Solté un suspiro exasperado y mi expresión hacia él continuaba siendo seria y cortante.

— Lo mejor será que te vayas de mi casa, Jesse. Eso es todo.

Dejó caer sus hombros y me observó incrédulo.

— ¿Me estás dejando?

Asentí, sin que me quedara nada por dentro.

Jesse se acercó a mí y me agarró del brazo con desespero. Me condujo hacia mi habitación, para hablar con más privacidad.

— ¿Qué diablos te sucede, Nere? — Preguntó con molestia, aún sin soltar mi brazo. — Después de todo lo que he trabajado en esta relación y el tiempo que le hemos dedicado, ¿te empeñas en terminar conmigo? ¿Te has vuelto loca?

—Suéltame, por favor —tiré de mi brazo, liberándome de su agarre—. Te aconsejo por las buenas que te vayas de mi casa y que te olvides de mí, Jesse. Lo digo en serio. Estoy siendo paciente contigo en este momento. No quiero discutir y perder mi tiempo.

— ¿Perder tu tiempo? — Preguntó con exasperación.

«¿Es que creía que iba a seguir creyendo su estúpido juego? Verdaderamente, este hombre sabía mentir sin piedad».

—Sí, me haces perder el tiempo.

— ¡Carajo, Nere! ¡Tú eres la qué me has hecho perder el tiempo! ¿¡Después qué te he esperado y habíamos hecho planes para estar juntos, así me pagas!?

—No sigas.

— ¡Seguiré! ¡Seguiré discutiendo, porque tú eres la qué me has hecho perder mi tiempo! ¡He hecho todo lo qué me has pedido y mira cómo me pagas!

De repente, comencé a sentirme mal, aunque no tenía porqué hacerlo. A pesar de todo, no me gustaba pasar por el disgusto.

—Te pido de favor que bajes el tono de voz y no grites en esta casa.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora