Capítulo 54 | Parte 1.

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Capítulo 54

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Capítulo 54.

Unas suaves caricias se paseaban por los revueltos cabellos de mi frente. Aunque quería abrir los ojos, me sentía agotada y sensible. Sentí cómo un tierno y lento beso se posó sobre los flequillos de mi frente. Luego otro en mis sedientos labios. Me aferré mucho más a la comodidad que me brindaban unos fibrosos brazos y presioné molestamente los ojos.

— Pequeña. — Una voz familiar me suaviza la arrugada expresión de molestia que debo tener en mi rostro. — Mi pequeña... — Vuelvo a oír de fondo y quiero ir a dónde está esa dulce y sensual voz.

Abrí los ojos repentinamente y me quedé congelada, asimilando dónde y con quién estaba. Miré sin ninguna expresión al hombre que me veía despertar, pero yo no decía nada. Luego me percaté de que la alarma de un teléfono sonaba constantemente. El ojiverde que me observaba tranquilamente en sus brazos no decía nada y esperaba que yo dictara alguna palabra o realizara alguna acción.

Y, de repente, volví a aterrizar en la Tierra. Me levanté de golpe de sus brazos y lo miré estupefacta.

—¿Qué hora es? —aún mi cerebro no procesaba bien lo que ocurría.

Miré a mi alrededor y pude percibir que la claridad del día comenzaba a reflejarse en la ventana que estaba junto a mi cama. Aún no concluía el amanecer, pero rápidamente me puse en alerta.

«Mis padres», pensé. «Realmente, me estaba volviendo loca. ¿Cómo pude pensar que no era mala idea el que Adrián se quedara? Mierda, mierda y más mierda. Solo esperaba y para mi propia suerte, que aún durmieran».

Adrián acercó sus labios hacia mi mejilla y depositó un dulce beso.

— Buenos días, interna. ¿Lista para otro arduo día de prácticas? — Bromea en un susurro y me hace cosquillas con su barba de tres días.

—¡Andy, por Dios! ¿Cómo puedes estar tan tranquilo sabiendo que debo sacarte de aquí lo antes posible? —le susurré bastante nerviosa, pero muy en el fondo, estaba feliz de que amaneciera conmigo.

—Bueno, no he escuchado ningún ruido —se encogió de hombros y sus ojos brillaban al mirar mi patética y asustada expresión.

—¡No puedo creer lo que me haces hacer! —me quejé en voz baja, pero él tiró de mi mano hacia su cuerpo.

—Imagina lo que yo te haría hacer con un bisturí. — Me susurró muy cerca de mis labios.

Entonces, la alarma de mi teléfono comenzó a sonar también.

— Usted es un ser muy pero muy tentador, Doctor Wayne. — Esquivo sus labios y me levanto de la cama. — Y mucho, de verdad. — Me mira con diversión. — Pero, ¿ve esa claridad qué se asoma por ahí? — Señalé la ventana. — Significa "hora de que tu acostada sexual se vaya."

Se rio por lo bajo y negó con la cabeza al inclinarla.

— Por eso me gustas tanto. — Se levantó de la cama con toda la normalidad del mundo, mientras su desnudez estaba a mi vista. — Tus tontos comentarios hacen mi día pacífico y ameno.

MCP | El Internado ©️ (¡Disponible en físico!) ✓Where stories live. Discover now