3.-Futura esposa

2.3K 187 28
                                    

Andrea estaba llegando a la hacienda después de dejar el ganado en su lugar, tenia muchas ganas dormir y no despertar hasta el dia siguiente, subió a su cuarto aprovechando que su padre no estaba en la casa y se dio un buen baño quitándose el horrible olor de los animales.

Eso era una de las cosas que más odiaba del campo, el olor a excremento de animales, la tierra, el trabajo pesado, el tener que levantarse temprano y estar al pendiente de que animal estaba produciendo bien y que no. Aun recordaba la escena que su papá la obligo a ver en donde mataban a una vaca, y de solo recordar esa parte le daban escalofríos.

Andrea: Bueno?-pregunto contestando el teléfono de la casa.

Diana: Hola! Soy yo. ¿Por qué no llegaste a la cita? Me quede esperándote, no sabes, vi unos perfumes que estaban divinos y olían...como para matar a un hombre de amor.

Andrea: De verdad? Lo siento, este mi papá me obligo a llevar al ganado al rio y ya no pude negarme, odio hacerlo al igual que hacerme cargo de esta mugrosa hacienda pero que puedo hacer, lamentablemente soy su única hija.

Diana: Porque no compras terrenos más cerca y ahí pueden poner el ganado.

Andrea: Ya lo he sugerido pero no quiere, además los que colindan y están cerca son los de la familia Gallardo y Paul me dijo que el viejo no piensa venderlos. Aunque según me entere esta muy enfermo, seguro cuando se muera podre hacer tratos con Paul.

Diana: ¿Cómo es que estas tan segura de que él se quedara con todo lo de su tio?

Andrea: Si Samuel no regreso durante todo este tiempo cuando su padre estaba vivo, tu crees que regresara y se quedara cuando su padre ya no este? Además el que esta con Adolfo es Paul, así que pensando de forma lógica, seguro le deja una buena parte.-dijo sonriendo.

Diana: Esta mal que te quieras casar solo por interés.

Andrea: No es solo por eso, Paul y yo ambicionamos las mismas cosas, dinero, estabilidad y salir de este mugroso pueblo que cada ves me harta más. Quiero conocer el mundo, viajar, vivir en roma, Italia, Francia, pero no quedarme aquí, haciendo labores de campo y eso solo podrá dármelo Paul.

Diana: Bueno, igual no estoy de acuerdo pero allá tu, yo ya te he hablado mucho.-dijo y Andrea comenzó a reír.

Andrea: Dime la verdad ¿De verdad no amas a Paul? Siempre que hablo de él, te enojas. Si es así querida amiga dime, tampoco me gustaría quitarte al amor de tu vida.

Diana: Pienso en Samuel, y en lo enamorado que se veía de ti cuando se fue.

Andrea: ¿Enamorado? Cuando alguien esta enamorado no olvida, le envié miles de cartas, le llame miles de veces al teléfono que me dio Paul, jamás me devolvió una sola carta y jamás me contesto las llamadas que le hacia. Samuel nunca estuvo enamorado de mi, ni siquiera me quería como una amiga, yo solo forme parte de un entretenimiento mientras el pasaba las vacaciones aquí.-dijo con enfado.

Diana: Y si volviera que harías?

Andrea: Nada, afortunadamente yo ya lo olvide, así que el puede regresar cuando se le pegue la gana, ya no me interesa nada de él.-dijo con desprecio.-Pero bueno, pasando a un tema mucho más importante adivina que lugar reservo Paul para invitarme a cenar.

Diana: No se, a que lugar?

Andrea: ¡Ciao Bella!-dijo comenzando a reír.-El mejor restauran que puede haber en este lugar y las reservaciones están a nombre de señor y señora Montero.

Diana: Ni siquiera a pedido tu mano y ya esta diciendo que eres su mujer?-pregunto y Andrea rodo los ojos.

Andrea: Si, pero eso esta muy bien, así que no lo digas con ese tono, hoy me dará el anillo  y dentro de dos semanas será la fiesta de compromiso, no es estupendo.

Diana: ¿Como sabes todo eso?

Andrea: Bueno, lo seguí hasta el restauran, le pregunte al mesero con el que lo vi platicando y con un poco de dinero me soltó toda la información. Hasta se en que postre estará el anillo, será una tarta de chocolate, acompañada de un buen café, claro que tendré que disimular un poco ya que según el no se nada. Ahora amiga mia, te dejo, tengo que arreglarme y verme divina para esta noche.

Diana: Adiós y ojala no te arrepientas.-dijo y colgó...


Samuel estaba parado frente a la ventana, la platica con su padre con respecto a la locura que le acababa de entrar lo dejo descontrolado, tenia muchas ganas de expresar su enojo, la propuesta de que él se casara para que su padre pudiera dejarle todo le precio una completa estupidez, más en los tiempos en los que vivía.

Adolfo: Hijo entiéndeme. Es por tu bien, sabes que tu madre y yo siempre quisimos que tu formaras una familia, una familia en donde sentaras cabeza y nos regalaras nietos, y hasta ahora ni siquiera has tenido novia que nosotros supiéramos.

Samuel: Me casare pero no por dinero, sino porque verdaderamente amo a la mujer con la que contraeré matrimonio.-dijo y a su mente llego la imagen de Andrea.

Adolfo: Hijo, dime la verdad, si tus preferencias son otras y no las mujeres, yo puedo aceptarlo además....-dijo y Samuel comenzó a reír un poco fastidiado.

Samuel: De verdad piensas que puedo ser gay por el siempre hecho de no tener ni una relación con una mujer? Papá si yo me fui de aquí, fue para terminar mis estudios, si hubiera querido estar con alguien me hubiera quedado aquí.

Adolfo: Lo que te propuse sigue en pie. Antes de que yo muera por lo menos te quiero ver comprometido.

Samuel: Entonces puedes darle tu dinero a Paul, a mi no me interesa casarme por interés, y mucho menos darte un nieto, no destruiré mi felicidad solo por una tonta herencia.-dijo y salió del cuarto dejando a su padre solo.

Paul: Samuel! Ey Samuel!-grito cuando Samuel pasaba por la sala y este se detuvo algo enfadado "lo unico que me faltaba" pensó mientras esperaba a que Paul llegara a él.-¿Que pasa por que estas así?

Samuel: No es algo que te importe mucho, discutimos por algo que no vale la pena recordar, dime que se te ofrece? La verdad es que voy a salir y...

Paul: A  donde vas?

Samuel: Voy al pueblo.

Paul: Pues mira yo ahora me voy con mi novia, si quieres puedo llevarte al pueblo y de paso te la presento, sirve y la conoces, ya que muy pronto me voy a casar, es más, hoy le daré el anillo, mande a preparar una linda sorpresa y todo.-dijo sonriendo.

Samuel: ¿Y de quien se trata?-pregunto y Paul sonrió.

Paul: Prefiero enseñártela en persona, ya veras lo linda que es. ¿Vamos?

Samuel: Bueno, vamos.-dijo no muy convencido pero acepto, los dos se metieron a la camioneta y se dirigieron al lugar.

Samuel no sabia porque estaba tan intranquilo, pensó que tal ves era por el echo de querer ver a Andrea y no haber podido ir,  pero mañana a primera hora estaría ahí, tenia muchas cosas de que hablar con ella, muchas cosas que dejar claras.

Paul: Listo, aquí estamos.-dijo y se bajo de la camioneta mientras Samuel hacia lo mismo.-Le dije que me esperara aquí afuera, a ver si me hace caso, porque muy rara vez me obedece.-dijo y Samuel asintió esbozando una ligera sonrisa.-Oh mira ahí viene.-le aviso y señalo un auto que se acercaba a ellos en el cual Samuel clavo la vista.

Espero a que el auto se acabara de estacionar bien y después miro impresionado a la mujer que salió del auto, era la tipa con la que se había cruzado la otra vez, la grosera insoportable que no había querido quitar a los animales, solo que ahora era mucho más hermosa que cuando se la topo, el vestido rojo pegado a su cuerpo, el maquillaje que resaltaba partes de su rostro, el labial carmín, hacían que ella se viera realmente hermosa, ella también lo miro de arriba abajo algo desconcertada y después miro a Paul.

Andrea: ¿Y el quien es y que hace aquí? Que yo sepa nadie lo invito-dijo con arrogancia y la magia que había mantenido encantado a Samuel, desapareció. 

Paul: ¿Que? No se reconocen, mi amor, el es mi primo Samuel, Samuel Gallardo.-dijo y Andrea contuvo la respiración mirando a Samuel completamente pálida.-Primo, ella es Andrea del Junco, tu mejor amiga y mi futura esposa...

CAMINOS UNIDOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora