6.-Propuesta

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Andrea se fue a su casa echa una furia, tenía ganas de matar a Samuel, tenía ganas de desaparecerlo, de hacer que se regresara a donde estaba y donde tan feliz era según él, solo había regresado para complicar las cosas y para hacerle la vida miserable, pero se iba arrepentir de todo lo que le había dicho y de la forma en como la había humillado delante de todos.

Fernando: Que pasa?-pregunto cuando ella llego a casa y esta volteo a verlo tratando de controlarse.

Andrea: Samuel Gallardo, eso me pasa!

Fernando: Vaya, el muchacho regreso, que bueno, me gustaría verlo. ¿Pero porque te tiene tan mal?

Andrea: ¡¡Porque lo odio papá!! No lo soporto es insoportable, y terriblemente fastidioso es un creído insoportable al cual detesto.-dijo llena de furia y subió a su cuarto azotando la puerta.

Fernando: Vaya según ella lo amaba.-susurro mientras veía como Andrea subía.-Mujeres un día aman intensamente y al otro día odian intensamente.





Adolfo: Tú no puedes romper el trato con Andrea, ese contrato es de millones como para anularlo.-dijo mientras Samuel leía el contrato detenidamente.

Samuel: Quien hizo este contrato tan...horrible!-pregunto con el ceño fruncido.-Papá esto es un fraude, no podemos pagar tanto solo por no vender unos terrenos, esto excede el límite.

Adolfo: Ella lo mando a redactar.

Samuel: ¿Y tú estuviste de acuerdo en semejante locura?

Adolfo: Me pareció justo, lo hizo porque no confiaba en mi y me pareció muy inteligente de su parte, esa muchacha es muy lista.-dijo sonriendo y Samuel lo miro serio.-Hijo yo no soy de romper tratos y esos terrenos ya no los ocupamos que más da.

Samuel: Esos terrenos los podemos ocupar para algo importante.

Adolfo: ¿Cómo qué?

Samuel: No se padre, agrandar la hacienda tal vez, o bien ocuparlos para una fábrica, empresa...

Adolfo: Acepta que haces esto para hacerle la vida imposible, quieres vengarte de alguna forma de ella y desquitarte de todo lo que sientes.-dijo y Samuel desvió la mirada recargándose sobre el respaldo del asiento, sabía que su padre tenía razón.-La quieres mucho verdad?

Samuel: Si, y me duele que me hable con frialdad y enfado, como si estuviera resentida conmigo por algo, me hace sentir mal papá, hasta su mirada es diferente, yo soy la víctima en todo esto, ella me engaño, yo debería comportarme así y no ella.

Adolfo: No estés enfadado con ella o con Paul, ellos no tienen la culpa, yo no debi obligarte para que te fueras a estudiar fuera del país.

Samuel: No es tu culpa.

Adolfo: Si, tú me pediste estudiar aquí y yo para que te superaras te envié fuera, si te hubiera dejado aquí tal vez estuvieras con esa muchacha.

Samuel: Ya no importa.

Adolfo: A dónde vas?-pregunto cuando Samuel se levantó.

Samuel: Voy al pueblo, quiero distraerme con algo. Necesito salir.

Adolfo: Bien.-dijo y Samuel salió del despacho dirigiéndose a la puerta y topándose con Paul.

Paul: ¿Ya se te paso el enojo?-pregunto y Samuel lo miro serio.

Samuel: No es algo que se pase de la noche a la mañana y no es un simple enojo.

Paul: Andrea me conto que la corriste. No tienes derecho a...

Samuel: ¿A que? Soy el dueño.

Paul: Descuidaste esta hacienda por muchos años.

Samuel: Puede ser pero ya volvió y estoy dispuesto a recuperar todo lo que perdí, incluyendo la herencia de mi padre, no voy a permitir que te quedes con nada de lo que es mío.-dijo con voz amenazante.

Paul: También incluyes a Andrea?-pregunto encarándolo y Samuel sonrió.

Samuel: Dejare que eso lo juzgues por ti mismo.

Paul: Ella no te elegirá. Me ama a mi.

Samuel: Ya veremos.-dijo y salió de la casa.

Pidió que le ensillaran uno de los caballos que había en la hacienda y se dirigio a la casa de Andrea, tenia que hablar con ella, la conocía perfectamente y sabia que le iba a costar trabajo convencerla de que aceptara la propuesta pero tenia que intentarlo.

Andrea por otra parte estaba en su cuarto, acostada y leyendo un libro que su amiga le había prestado pero su mente no dejaba de pensar en Samuel, cuando lo vio por primera vez se emocionó tanto que casi le da un infarto, pero ahora más bien se sentía decepcionada, y no entendía su comportamiento, no entendía por qué él se comportaba de una manera tan fría con ella. Cuando fue él, quien le hizo daño.

Empleada: Señorita Andrea?-pregunto tocando la puerta y ella bufo, levantándose para abrir la puerta.

Andrea: ¿Qué pasa?

Empleada: La busca un joven, se llama Samuel, dice que es urgente.-dijo y ella sonrió victoriosa.

Andrea: Dile que pase y que me espere en el estudio.

Empleada: Claro.-dijo y bajo para informarle.

Andrea: Sabia que vendrías, y ahora si te vas arrepentir de haberme tratado de esa forma.-dijo y cerro su puerta comenzando a arreglarse el cabello...

Samuel estaba sentado en el despacho esperando a que Andrea llegara, tenía mucho de qué hablar con ella y conocía su carácter pero sabía que podía convencerla, tenía que hacerlo sino quería quedar en la calle y perderlo todo. Estaba algo nervioso pero respiraba y exhalaba profundamente para que se disimulara un poco.

Andrea: Así que has venido.-dijo con seguridad mientras entraba.-Sabia que lo harías, no en vano te conozco desde hace mucho.

Samuel: Buenos días, como estas ex-mejor amiga? Yo muy bien gracias y a ti como te va? Oh muy bien que linda y educada persona.-dijo con burla pero ella no se dignó en contestarle.

Andrea: Sabia que ibas a venir en cuanto te enteraras quien era yo, ahora supongo estas muy afectado por la forma tan irrespetuosa en la que me trataste y vienes a pedirme perdón, no no, vienes a suplicarme que te perdone pero no te hubieras molestado, afortunadamente no soy de las personas que guarda rencores. Así que puedes estar tranquilo, ahora...tengo muchas cosas que hacer.-dijo y señalo la puerta mientras Samuel la miraba desconcertado y algo asustado.

Samuel: De hecho no vengo a disculparme.-dijo y ella frunció el ceño.-Aunque bueno si, creo que es algo que debería, discúlpame por la forma en la que me porte contigo, pero venía a proponerte algo Andrea.

Andrea: A mí? ¿De qué se trata?-pregunto sentándose y este la miro divertido.

Samuel: Me dijiste que querías los terrenos que colindaban con el manantial para que se le facilitara darle de beber a tu ganado en lugar de llevarlo hasta el rio no es así?-pregunto y Andrea asintió.

Andrea: Ya te decidiste? Me los venderán, yo te puedo dar mucho dinero Samuel, más que cualquiera en este pueblo y lo sabes, soy tu mejor opción.

Samuel: No, no te los venderé Andrea, te los regalare.-dijo y ella lo miro asombrada.-Con dos condiciones.

Andrea: Si, ¿De qué se trata?-pregunto entusiasmada y este sonrió.

Samuel: Bueno pues la primera condición es que te cases conmigo, y la segunda que me dejes hacerte un hijo.-le soltó con toda tranquilidad mientras Andrea lo miraba perpleja.-¿Qué me dices?...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now