Andrea estaba sentada en el comedor, leyendo un artículo de belleza que no decía más que babosadas sobre cómo debería arreglarse una mujer para ser hermosa, y también comía fruta, con un poco de café que le había preparado la cocinera. Suspiro aburrida mientras le daba vuelta a la página de la revista centrándose en otra cosa.
Samuel se había marchado a Alemania desde hace cuatro días para tratar asuntos sobre inversiones que tenía pensado hacer con algunos amigos cercanos y aunque hablaban casi cada hora lo extrañaba, y le parecía aburrido estar en una casa tan grande ella sola. En las mañanas se la pasaban paseando por la casa y el pueblo, hablándole a su hijo y describiéndole como era todo. Durante las tardes se iba con su papá y hace unas horas acababa de cerrar un trato muy importante para la exportación sobre los cultivos de café que su padre había preparado.
Empleada: ¿Desea algo más señorita?-pregunto al retirarle el plato de fruta y ella alzo la vista negando con la cabeza.
Andrea: No gracias.-dijo sonriendo y la empleada se retiró. Iba a leer otra cosa que esteba en la revista pero pudo distinguir a Samuel bajando de la camioneta y sonrió dejando la revista a un lado y levantándose de la silla.
Samuel se alegraba de volver a casa, habían pasado dos días y ya extrañaba a Andrea, había regresado de Alemania con muy buenas noticias, ya que todo lo que pensó realizar había salido a la perfección. Salió del auto entrando a la casa y esbozo una sonrisa, por fin paz y tranquilidad.
Aunque más que estar tranquilo en ese momento solo quería estar al lado de Andrea, tenía unas ganas enormes de besarla, de abrazarla, le gustaba la idea de que ella estuviera ahí, esperándolo, de poder charlar con ella, sabía que se relajaba cuando ella estaba cerca de él.
Entonces la vio, ella estaba hermosa como siempre, aunque en esa ocasión no vestida como siempre lo hacía, esta vez no llevaba vestidos cortos y sensuales, ni tampoco tenía zapatillas, esta vez llevaba pantalones largos y de color blanco, una blusa, una blusa holgada color verde que disimulaba su vientre ya abultado y su cabello estaba amarrado en una coleta, no llevaba maquillaje pero aun así se veía radiante con esa sonrisa dibujada en su rostro mientras miraba como él se acercaba.
Samuel: Mi amor.-dijo cuando llego a donde ella estaba y esta rodeo su cintura buscando sus labios para atraparlos con los suyos. El beso era exactamente lo que él necesitaba y suspiro mientras ella se separaba de él.
Andrea: ¿Cómo te fue? ¿Cómo estás?-pregunto sonriendo mientras llevaba una mano hasta la mejilla de Samuel y este sonrió.
Samuel: Bien, aunque fue algo ajetreado, pero ya tengo algunos proyectos en mente y ellos aceptaron que me uniera a la empresa mientras terminaba esos proyectos, no durara para siempre pero seguro ganare mucho dinero con eso.-dijo aflojando el cuello de su camisa y ella sonrió acercándose a besarlo de nuevo.
Andrea: Bueno, quiero que me lo cuentes todo, pero primero quiero que vayamos a la cocina que seguro bienes hambriento.-dijo tomándolo de la mano y ambos fueron a la cocina.
Samuel: La verdad es que si, tengo mucha hambre, apenas y comi durante el viaje, sabes que me da vagido y no quise nada.
Andrea: Lo se mi amor, ¿Quieres una copa de vino?-pregunto mientras sacaba una copa y él asintió comenzando a servirlo, cuando entro una de las empleadas ella le pidió que le sirviera algo de comer a Samuel y ella asintió.
Samuel: Gracias.-dijo aceptando la copa de vino que ella le había llevado.
Andrea: ¿Y cuéntame? Como te fue?-pregunto sentándose a su lado y el sonrió mirándola atento.
Samuel: Bueno, al principio fue difícil, más cuando no tenía una idea muy bien planteada, pero comencé a hablarles y las ideas salieron por si solas, le comente lo que me dijiste sobre la cantidad de cultivo que tenía tu padre y que buscaba compradores y ellos aceptaron la oferta. Por eso tuve que estar unos días más, para cerrar el trato y traer el contrato, lo tengo en el portafolio.-dijo y Andrea asintió dibujando una ligera sonrisa.
Andrea: ¡Eso es una estupenda noticia Samuel! Entonces también podríamos llevar a cabo lo que te propuse, mi papá me dijo que podría facilitarnos las cosas con la producción y nosotros podríamos encargarnos perfectamente sobre la exportación y venta de los productos.-dijo entusiasmada y él asintió.
Samuel: Lo sé, y ahora con él dinero que puedo ganar podemos comprar algunos terrenos para comenzar algo nosotros solos y juntitos, sin necesidad del apoyo de nuestros padres.-dijo abrazándola de la cintura y ella asintió acercándose a besarlo.
La empleada le llevo la comida que ella había pedido y Samuel comenzó a comer como si en días no lo hiciera, el viaje en avión había sido muy largo y pasado asi que estaba muerto de hambre y también estaba cansado, le pregunto a Andrea que había hecho durante esos días y ella comenzó a contarle todo, tanto los negocios que hizo con su papá, como las veces que había salido, no dejo ni un solo detalle fuera de contexto y Samuel sonrió al ver como ella hablaba del bebé que esperaban con mucha emoción.
Samuel: Ya quieres que nazca verdad?-pregunto sonriendo y ella asintió.
Andrea: La verdad sii Samuel! Y estoy desesperada, sé que aún faltan algunos meses pero quiero tenerlo conmigo ya...abrazarlo, besarlo, quiero conocerlo, quiero saber que es y comenzar a comprarle su ropita y todo lo que necesita.-dijo impaciente y él sonrió.
Samuel: Yo también, al propósito...-dijo y se acercó a una pequeña bolsa que traía con él, sacando una bolsa de regalo para bebé, se la dio a Andrea y ella sonrió aceptando la bolsa y comenzando a destaparla.
Andrea: ¿Qué es?-pregunto destapándola y saco el pequeño conjunto amarillo.-Aaaay es hermoso.
Samuel: Lo vi y no me pude resistir.-dijo sonriendo mientras bebía un poco de vino.-Lo compre en ese color porque aún no sabemos que será, quería comprar un vestidito pero mejor no me adelanto.
Andrea: Así está muy bien no te preocupes.-dijo sonriendo y lo beso repetidas veces.-Te amo, no sabes cómo te extrañe durante estos días.
Samuel: Yo también te extrañe mucho, pero no he dormido desde que me regrese de Alemania, así que, porque no vamos arriba? Al fin de cuentas falta poco para que caiga la noche.
Andrea: Esta bien, si quieres te puedo preparar el jacuzzi para que te relajes.-dijo quitándole la corbata y él asintió.-Después podemos dormir, porque últimamente me he sentido muy agotada, además de que no aguanto mis pies.
Samuel: Esta bien.-dijo sonriendo y subieron arriba.
Samuel comenzó a buscar su ropa mientras Andrea preparaba todo dentro del baño, y cuando preparo el jacuzzi lo llamo, eso era lo que realmente necesitaba. Andrea ayudo a desvestirlo, quitándole su camisa mientras se besaban y después el pantalón, hasta que Samuel se quedó desnudo. Él le pidió que se quedaran juntos, a lo cual ella acepto luego de que Samuel le insistiera y se metió junto con él a la bañera pasando la esponja por cada parte de su cuerpo.
Andrea: ¿Sabes de lo que entere?-pregunto mientras estaba sentada a horcajadas sobre Samuel, acariciando su pecho y besándolo.
Samuel: ¿Qué?
Andrea: Que Paul despidió a muchos trabajadores de la empacadora de tu papá.-dijo y él frunció el ceño.-Si, lo peor es que ni siquiera fue por algo lógico, y era trabajadores de muchos años, como el encargado de la producción, fabricantes y algunos subdirectores.
Samuel: Sabia que ese imbécil no iba a manejar bien las cosas.-dijo suspirando y después la miro.-Pero supongo que ahora no puedo hacer nada, fue la decisión de mi padre, y lo mejor que puedo hacer es alejarme y esperar a que el abra sus ojos por si solo.
Andrea: ¿De verdad?
Samuel: Si, en todo caso le advertiré, ya después lo que quiera hacer es su decisión.-dijo y la beso.-Gracias por decirme.
Andrea: Lo vi conveniente, después lo que tú quisieras hacer era asunto tuyo.-dijo sonriendo y se volvieron a besar, esta vez con más pasión.
Samuel: Te amo, ahora estoy muy bien contigo y aunque mi papá me pidiera volver no aceptaría, si eso implicaría tener problemas de nuevo...
