39.-Confrontación

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Andrea vio al hombre sacar un arma y se echó para atrás casi por inercia, el hombre tenía la mirada fría, dijo que tenía un encargo y sin más apunto el arma a ella y se escuchó un fuerte estruendo haciendo que cerrara sus ojos y su cuerpo se paralizo al momento, estaba preparada para recibir la bala sin embargo eso nunca llego.

Cuando por fin abrió los ojos, su corazón se encogió y sintió una fuerte opresión en el pecho al mirar a Samuel tirado sobre el suelo, con una parte de la camisa llena de sangre. En su vida solamente una vez había sentido el verdadero miedo, y juro ya no volver a sentirlo jamás.

Bien, en ese momento ese juramento estaba roto.

Andrea: Samuel.-susurro mirando como el color de Samuel cambiaba a uno más pálido y se acercó rápidamente a él.- ¡Samuel!-grito hincándose hasta donde él estaba y llevo su manos hasta la herida en donde le salía sangre, mientras recargaba la cabeza entre sus piernas.

Samuel: ¿Estas..estas bien?-pregunto quejándose y sujetando la parte dañada-

Andrea: Si, estoy bien pero tú no, Samuel resiste, por favor mi amor, aguanta.-dijo sacando su móvil y marco el número de emergencias.

Sus dedos estaban temblando, tanto que ella se regañó por ser tan cobarde, respiro profundamente y comenzó a teclear con fuerza y rapidez. "Todo está bien, todo está bien, no pierdas la calma" pensó mientras el cerraba sus ojos, pero los latidos de su corazón era inevitables de controlar.

Andrea: Estarás a estar bien Samuel, tranquilo, estoy aquí contigo, no te voy a dejar.-susurro, aunque esas palabras eran más para reconfortarse ella misma, que todo para él, beso sus labios escuchando como las sirenas de la ambulancia se acercaban cada vez más rápido.

Cuando por fin la ambulancia llego, lo llevaron directo al hospital, y ella se subió en la ambulancia, tomando la mano de Samuel entre las suyas, según escuchaba ella de los paramédicos, Samuel estaba perdiendo mucha sangre, y su color cada vez era más pálido, trataban de estabilizarlo pero el disparo había impactado en una zona importante cerca del pecho. Ella trataba de respirar profundamente y le hablaba de una manera dulce al oído pero su preocupación y sus nervios crecían cada vez más.

Cuando llegaron al hospital, pasaron inmediatamente a la sala de emergencia y lo metieron al quirófano, entrando dos médicos y algunas enfermeras, al poco tiempo. A ella le prohibieron el paso por lo que se tuvo que quedar en una de las salas esperando a que le dieran noticias de cómo estaba.

Espero durante horas, hasta que por uno de los pasillos pudo distinguir la silueta del padre de Samuel, entrando y llegando a donde ella estaba.

Adolfo: Andrea.-dijo y ella se levantó limpiando unas pocas lágrimas que comenzaban a asomarse por sus ojos.

Andrea: Señor Adolfo.

Adolfo: ¿Cómo está?-pregunto alterado y también se veía algo molesto.

Andrea: Aun sigue en cirugía, no ha salido nadie, pero una enfermera me dijo que normalmente la extracción de bala es complicada, así que supongo se tardaran más.-dijo refregando sus ojos.

Adolfo: ¿Pero cómo fue que esto paso?

Andrea: ¡No lo sé! De pronto aparecieron unos tipos, no los conozco, mencionaron algo de un encargo y...me iban a disparar a mi.-susurro sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas, sin embargo no quería llorar, no delante de Adolfo.

Adolfo: Ósea que la bala era para ti. Sin embargo ahora mi hijo es el que de debate entre la vida y la muerte.

Andrea: Yo no tuve la culpa si a eso se refiere.-dijo y Adolfo la miro molesto.

Adolfo: ¿A no? Porque según entendí ese disparo era para ti, y el arriesgo su vida. ¿Sabrá Dios que cosas habrás hecho para te quisieran hacer daño?

Andrea: Yo no hice nada. Ni siquiera tengo alguna idea de quien pudo haber sido, y tampoco le debo nada a nadie.-dijo retándolo y Adolfo le sostuvo la mirada.

Adolfo: Tal vez deberías irte.

Andrea: Yo no me iré a ningún lado y si tanto le molesta verme, el que debería irse es usted, aquí no haría falta.-dijo tratando de alejarse pero Adolfo la tomo del brazo.

Adolfo: Quiero que te alejes de mi hijo. Tú no eres mujer para él y lo sabes, no haces más que ocasionarle problemas y quiero que te alejes de él, me escuchaste.

Andrea: Si, si lo escuche, pero ahora quiero que usted me escuche a mí.-dijo tomando su mano y quitándola de su brazo.-Cuando yo deje a su hijo, lo hare porque así se me pega la gana, no por complacer a un viejo entrometido y encajoso como usted.

Adolfo: No te permito que me hables así, niñita.-dijo apretando los dientes.

Andrea: Ni yo le permito que me dé órdenes. Además ya estoy harta de que se ande metiendo en asuntos que no le competen y que se la pase hablando mal de mí sin ninguna razón. Deje que su hijo sea feliz, él y yo no tenemos la culpa de que usted sea un viejo dejado y resentido con la vida, y si no encuentra otra cosa mejor que hacer que meterse en nuestra relación, consígase una novia, hay muchas mujeres quedadas en el pueblo.-dijo enojada y salió de ahí dirigiéndose al baño...

Entro al baño y lanzo su bolso al lava manos, se miró al espejo y respiro profundamente abriendo la llave y tomando con sus manos un poco de agua para refrescarse la cara.

Ya estaba harta de el padre de Samuel, y de que siempre se estuviera metiendo sus vidas, al principio había pensado que ya se había cambiado su forma de ser, hasta creyó que por fin podría tener una buena amistad con él, pero ahora se daba cuenta que estaba completamente equivocada.

Dejo que la furia que sentía por dentro cesara y después salió del baño encontrándose con él medico de Samuel, preguntando por los familiares del paciente.

Andrea: Soy su esposa, ¿Cómo está?-pregunto acercándose.

Medico: Bueno, el disparo fue a corta distancia lo que ocasionó más daño al cuerpo e hizo que la bala se incrustara con más fuerza, perdió mucha sangre, pero se podría decir que lo estabilizamos y no hay peligro, aunque si tendrá que venir a observaciones.

Adolfo: Eso quiere decir que está bien, y que esta fuera de peligro.-pregunto llegando hasta él.

Medico: Si, así es.-dijo y ella suspiro aliviada.-Pero en este momento está delicado, seguro tendrá algunas molestias durante estas semanas en lo que la herida cicatriza, como ya lo dije estará en observación y bajo tratamiento específico.

Andrea: Bien, y puedo pasar a verlo?-pregunto sonriendo.

Medico: Si, aunque esta sedado y no creo que despierte hasta mañana.

Andrea: No importa, deseo verlo.-insistió y el medico asintió comenzando a caminar seguido por ella, mientras Adolfo la miraba.

Espero a que estuviera lo suficientemente lejos y saco su móvil.

Adolfo: Esta bien.-susurro mirando a Andrea.-Por esta te la paso porque a mi hijo no le paso nada, pero nunca más vuelvas hacer algo sin mi autorización porque te vas arrepentir Paul, y la próxima vez que intentes hacer algo contra esa estúpida, trata de no fallar...

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