Samuel: Mi padre me dijo que si no me separo de ti me quitara todo.-dijo tratando de no mirarla a los ojos.-Me dijo que no me quería a tu lado, y que si no te dejaba me iba a desheredar.
Cuando ella se sentó en la cama él volteo a verla, sabía que estaba sorprendida y esa noticia para Andrea había sido como tirarle un vaso de agua helada por la espalda, y no le gustaba la manera en la que lo miraba, como si algo anduviera mal.
Andrea: ¿Y qué harás?-pregunto mirándolo a los ojos como si temiera a la respuesta.
Samuel: Tengo dinero, no es mucho a comparación del que tiene mi padre, pero podemos vivir de una forma decente, nada nos faltara, aunque no tendríamos lujos a los que estas acostumbrada.-dijo y ella sonrió como si de pronto se sintiera aliviada, dejándolo desconcertado. Se levantó de la cama y camino hacia él rodeándolo con los brazos.
Andrea: Por un momento pensé que me dejarías, pero si estás dispuesto a luchar al diablo tu padre y su dinero, yo también tengo dinero, se trabajar y no me importaría hacerlo.-dijo sonriendo y lo beso.
Para Samuel fue algo desconcertante el que ella dijera eso, había apostado lo que fuera porque Andrea le haría un gran escándalo, incluso hasta pensó que lo iba a echar o posiblemente ir a reclamarle a su padre. Pero ella lo había tomado bien, muy bien para su propio bien, nunca pensó que ella lo apoyara de esa manera.
"Soy un estúpido" pensó mientras correspondía al beso de Andrea y ella se separó.
Andrea: ¿Te pasa algo?-pregunto al ver que él no correspondía como siempre lo hacía y Samuel la miro como si quisiera decirle algo.-¿Hay algo más verdad? Dime que pasa...
Samuel: No me pasa nada, es solo que esto no era algo que me esperaba.-dijo y ella le sonrió de forma que lo hizo sentir aún más estúpido.
Andrea: Lo sé, yo no sabría cómo reaccionar si mi padre me hubiera dicho eso, pero no te preocupes, ya verás que dentro de unos años tendremos más dinero que tu padre y que cualquiera en este pueblo y la ciudad entera.
Samuel: ¿De verdad no te afecta?
Andrea: No, un día yo ya te había dicho que no me importaba vivir debajo de un árbol si eso representaba estar a tu lado y ahora que vamos a tener un hijo no quiero problemas entre los dos.-dijo rodeándolo del cuello y Samuel acaricio su mejilla.
Samuel: Nos casamos por dinero.
Andrea: Lo sé, y no te voy a mentir, el dinero significa mucho para mí, pero ahora me importan más tú y mi hijo. ¿A ti no?-pregunto acariciando su vientre y Samuel asintió, queriendo darse unos buenos golpes contra la pared.
Samuel: Por supuesto que si. Te amo.-dijo y la beso, ahora con más intensidad del que ella lo había besado primero.
Se sentía culpable por haber desconfiado de ella, y tenerla en un concepto equivocado, también se sentía mal por haber accedido a lo que le propuso su padre, sabía perfectamente que si Andrea se enteraba las cosas no saldrían bien, la conocía perfectamente y saber la verdad lastimaría su orgullo, antes estaba regresando a ser la mujer de antes y eso lo tenía muy emocionado, no quería estropearlo de nuevo, como hace años cuando se fue sin decirle nada.
La alzo tomándola de la cintura y Andrea rodeo su cintura con sus piernas, hasta ser depositada en la cama, pero lo separo antes de que él siguiera con lo suyo.
Andrea: Espera, espera.-susurro incorporándose y parpadeando varias veces.
Samuel: ¿Te sientes bien?-pregunto preocupado y ella asintió.
Andrea: Si, solo que me sentí mareada. Mi amor, ¿te parece si por hoy no? Estoy muy cansada.-dijo y el asintió pegando su frente a la de Andrea.
