56.-De nuevo en casa

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Con forme pasaban los días Andrea y Samuel regresaron a la casa, ella ya se sentía mejor y ya estaba harta de estar en ese hospital por lo que cuando por fin Samuel le dijo que estaba dada de alta casi se arroja por la ventana.

Subieron al auto y en todo el camino Andrea se la pasó cargando al bebé llenándolo de besos, mimos y caricias, cosa que a Samuel le causo gracia, ya que era muy divertido verla en esa faceta de mamá mielosa y cariñosa con él bebé.

Samuel: Quien diría que con tu hijo ibas a estar tan domadita, ni pareces la misma que hace meses.-dijo mientras se estacionaba y ella sonrió.-Hasta estoy dudando que seas mi esposa, creo que te regresare al hospital y pediré que me regresen a la verdadera Andrea.

Andrea: Muy gracioso, te advierto que solo soy así con mi hijo así que mucho cuidadito.-dijo apretando la mejilla de Samuel y este se quejó.

Samuel: Esta bien, ya me está quedando claro.-dijo y bajo del auto para abrirle la puerta y ayudarla a bajar.-Espero...espero que te guste como deje todo en el cuarto de este pequeñín. Porque no tenía ni la más mínima idea, aunque si no quieres...

Andrea: Samuel...confió en ti mi amor, sé que lo dejaste increíble. Así que relájate.-susurro cerca de los labios de Samuel y lo beso.-¿Entramos?

Samuel: Si, entremos.-dijo sonriendo y pasaron a la hacienda para después subir al cuarto del bebé.

Era tal y como Andrea dijo que lo quería, Samuel había hecho un estupendo trabajo con las paredes, pintadas de azul con blanco, las ventanas del mismo color dejando pasar la luz del sol y haciendo que el cuarto tuviera mucha más luz, los animalitos dibujados en la pared adornaban el cuarto, la cuna que ellos habían fabricado con sus propias manos estaba en el centro, y la cama de ellos a un lado.

Samuel: ¿Y que te parece?-pregunto abrazándola por la cintura y ella sonrió.

Andrea: Mejor no te pudo haber quedado.

Samuel: ¿Entonces si te gusto?

Andrea: Hiciste un muy buen trabajo Samuel.-susurro mientras el bebé comenzaba a llorar.-Shhh ya, estamos en casita, mira tú habitación Eduardito, por el momento dormirás con nosotros pero cuando ya crezcas te iras de esta recamara así que alégrate mi amor. ¿Sí?-pregunto sonriendo mientras se acostaba con él en la cama.

Samuel: Ojala y nos durara así, pequeñito para siempre.-susurro acariciando su cabecita mientras Andrea comenzaba a darle de comer.-Como que a mí también me está dando hambre, no me regalas un poquito de lechita Eduardito?-pregunto al bebé y Andrea comenzó a reír.

Andrea: ¡Samuel...!

Samuel: ¿Qué? Se me antojo.

Andrea: Aja, se me antojo, eres un...-dijo antes de que los labios de Samuel se unieran a los suyos.

Samuel: Me daré un baño y después bajo por un poco de comida para que cenemos aquí en e cuarto, ¿Te parece?-pregunto y Andrea asintió.-Bueno.

Andrea: Yo quiero algo ligero.-dijo y Samuel asintió dándole otro beso.

Samuel: Ya veré que encuentro.-dijo y se metió al baño.

Después de unos minutos de darle de comer al bebé y pasearlo consiguió que se tranquilizara, pero no logro dormirlo por lo que se recostó con él en la cama esperando a que Samuel saliera del baño. Tenía hambre pero no podía dejar solo al pequeño Eduardito y arriesgarse a que se cayera de la cama así que espero a que Samuel saliera y cuando lo hizo observo como se secaba las gotas de agua que escurrían por todo su cuerpo, se cambió de ropa sonriendo al darse cuenta de la manera en la que Andrea lo observaba y se acercó a ella.

Samuel: ¿Te gusta lo que ves?

Andrea: Por supuesto que si.-dijo y acepto gustosa el beso que Samuel le dio.-Te lo encargo? Ahora me toca bañarme a mi.

Samuel: ¿No quieres que te ayude?

Andrea: No, prefiero que te quedes con él si? Si puedes dormirlo mucho mejor, conmigo no quiso.-dijo levantándose y Samuel asintió mientras tomaba entre sus brazos al pequeño.

Samuel: De acuerdo hare lo posible. Ya no te duele la herida de la cesárea?-pregunto mientras arrullaba al pequeño entre sus brazos.

Andrea: No, ya no, tal y como me dijo el médico, ya no siento molestia alguna. Y bueno ya han pasado casi dos semanas así que supongo es normal.-dijo entrando al baño.

Samuel: Bueno pues este chiquitín y yo nos alegramos mucho ¿Verdad Eduardito?.-pregunto sonriendo y él bebé comenzó a balbucear.-Si, así es, mamá es muy exagerada por eso que bueno que regreso a casita ya curada del todo.

Andrea: Eso no es cierto.-grito desde el baño.-Yo no soy exagerada.

Samuel: Eso dile a Eduardito que anda diciendo esas cosas.-grito para que ella pudiera escucharla y él bebé comenzó a llorar.

Andrea: ¡Ay Samuel! Ya lo asustaste.

Samuel: Pero si yo no hice nada.-dijo y comenzó a arrullarlo.-Ya mi amor ya, ya no voy a gritar lo prometo.-Susurro mientras caminaba por todo el cuarto con el niño en brazos. Cuando el bebé estaba más tranquilo se acostó en la cama y comenzó a jugar con unos juguetes de goma que había comprado Andrea aquella vez.

Para cuando Andrea salió del baño Samuel estaba profundamente dormido, y Andrea contemplo con ternura la escena, observando como el bebé lo miraba y jugaba con el accesorio que Samuel le había dado pegándole algunas veces en la cara, mientras este estaba dormido.

Andrea: No pues que bien te cuida tu papá, mejor tú lo dormiste a él.-dijo sonriendo mientras tomaba al pequeño y este comenzó a balbucear.-Siii mira nada más, se durmió, y tan profundamente que ni siquiera sintió que te aleje de su lado.

Paseo por un tiempo al bebé hasta que por fin el sueño lo venció y lo recostó sobre la cuna, dándole un beso en la frente y dirigiéndose a Samuel, sentándose a su lado.

Andrea: Samuel...

Samuel: Hmm.

Andrea: Samu, mi amor despierta...-susurro cerca de su oído y mordió ligeramente el lóbulo de su oreja.-Samuel amor, vamos a cenar.

Samuel: ¿Qué paso?-pregunto abriendo los ojos y cuando reacciono se incorporó en la cama.

Andrea: Te dormiste.

Samuel: Lo siento, este...no sé, no sé qué me paso.-dijo apenado mientras se rascaba la cabeza.

Andrea: No importa, ven vamos a comer.-dijo tomando su mano y Samuel se levantó jalando la mano de Andrea hasta pegarla a él y la tomo de la cintura y las piernas cargándola entre sus brazos.-¡Samuel! Me asustaste.-susurro y Samuel la beso con intensidad.

Samuel: Lo siento pero hace mucho no te tenía entre mis brazos. Ahora si vamos.-dijo sonriendo y bajo con ella hasta el comedor en donde ambos se sentaron a cenar...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now