63.-Te necesito

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El juez dictó sentencia y cuando los dos salieron, Andrea abrazo a Samuel, sintiendo que algo dentro de ella se relajaba al saber que Paul ya estaba en prisión y ya no podía hacer nada, habían pasado semanas desde que paso aquella tragedia y ella nunca se había sentido tan bien como hasta ese momento. Se despidió de la abogada agradeciendo por su trabajo y se acercó a Samuel, quien la esperaba en la puerta del auto.

Samuel: ¿Estas bien?-pregunto mientras la abrazaba y ella asintió.

Andrea: Me siento muy bien, y más porque tu estas aquí conmigo.-dijo separándose.- ¿Y Eduardo?

Diana: Aquí esta esté bomboncito.-dijo llegando con él y con Fernando.

Fernando: ¿Cómo te sientes hija?

Andrea: Bien, papá.-dijo y se acercó a abrazarlo.-Gracias por estar aquí conmigo.

Cuando regresaron a la casa pasaron a dejar a Fernando y Diana ya que ellos así lo habían pedido, y después regresaron a la hacienda para descansar un poco ya que todo lo que habían pasado había sido muy agotador.

Samuel se recostó en la cama oliendo el olor que destilaban las flores y cerró sus ojos dejándose envolver por el cansancio, Andrea se sentó a su lado con el bebé en brazos y comenzó a platicar y jugar con él, poniéndolo en la espalda de Samuel mientras este dormía, haciendo que el bebé golpeara su cabeza con su sonaja.

Samuel: ¡Auch! ¿Quién me está golpeando la cabeza?-pregunto aun con los ojos cerrados y Andrea sonrió.

Andrea: El bebé quiere que juegues con él ¿Verdad Eduardito?

Samuel: Mañana, ahorita lo que quiero es dormir.-dijo y Andrea le jalo el cabello ligeramente.

Andrea: Juega con nosotros.-susurro sobre el oído de Samuel y beso su mejilla.-Anda, Samuel no seas flojo.-dijo y Samuel se dio la vuelta mirándola.

Samuel: Esta bien, vengase con papá.-dijo tomando al bebé entre sus brazos y lo sentó en la cama mientras el bebé comenzaba a balbucear, si lo se mamá es muy mandona.

Andrea: No es cierto.-dijo sonriendo mientras los observaba y saco del buro una caja en donde estaban todos los juguetes que le habían comprado.-Juega un ratito con él, voy por algo de comer, tengo hambre.

Samuel: Esta bien. Y procura traer mucho porque tengo hambre.

Andrea: De acuerdo.

Bajo por un poco de comida mientras Samuel se quedaba con el bebé y suspiro mientras subía las escaleras y llevaba la bandeja de comida, amaba estar así con Samuel, sin problemas ni preocupaciones, él la hacía sentir segura y feliz, y eso le gustaba, le gustaba que antes de ser esposos también eran como amigos, podían convivir con confianza y sin molestias. Subió al cuarto, llevando en la mano una bandeja de comida, pero cuando entro Samuel estaba acostando al bebé en la cuna.

Andrea: ¿Ya se durmió? ¿Tan pronto?-pregunto sonriendo y Samuel asintió.

Samuel: Si, tardaste mucho por cierto, ¿Qué trajiste?

Andrea: Pasta, y algunas frutas que encontré refrigerador, no sé qué quieres.-dijo sentándose en la cama.

Samuel: Quiero pasta.-dijo sonriendo mientras comenzaba a quitarse la camisa.

Andrea: ¿Qué haces?-pregunto sonriendo mientras se sentaba en la cama.

Samuel: Llevo con esta ropa todo el día, quiero ponerme algo más cómodo.-dijo sonriendo y se puso una camiseta negra y un pants blanco, acercándose a ella y metiéndose a la cama comenzando a comer los dos.

Andrea: ¿Cómo te fue con tu papá? Decidiste regresar a la empacadora?

Samuel: No, tengo mucho trabajo individual, pero pues quede en que iba a hacerme cargo cuando me desocupara.

Andrea: Bueno, eso me parece bien.

Samuel: Me dijo que quería venir a vernos, quería hablar contigo y conocer a su nieto.-dijo y ella asintió dibujando una ligera sonrisa.

Andrea: Esta bien.

Cuando terminaron Samuel llevo todo a la cocina y subió de nuevo a la habitación en donde Andrea estaba saliendo del baño con una bata blanca y cerró la puerta sonriéndole.

Samuel: Te ves hermosa.-susurro acariciando su mejilla y después llevo una mano hasta la nuca mientras ella lo miraba y cerró los ojos cuando Samuel apreso sus labios con los suyos. Fue un beso lento, atacaba los labios de Andrea de forma delicada, ella lo abrazo y le dio acceso para que entrara a su boca pero él no lo hizo, sabía que si la besaba como deseaba podía perder el control y tenía miedo de estropear las cosas así que continuo saboreando sus labios y se fue separando lentamente de ella.

Andrea: Samuel...-susurro pegando su frente a la de él y este sonrió.

Samuel: Estoy muerto de cansancio, y mañana tengo muchas cosas pendientes que quiero resolver, así que es mejor que vayamos a la cama.-dijo tomando la mano para ir a la cama pero ella lo freno.

Andrea: Tu nunca antes habías dejado esto, por el trabajo.-dijo sin comprender muy bien el comportamiento de Samuel, aunque muy en el fondo si sabía porque se estaba portando de esa manera.-En estas semanas que pasaron ya no te acercas a mí en la manera en la que lo hacías antes, ni siquiera me besas como lo hacías antes.

Samuel: Son ideas tuyas Andrea, ven vamos a la cama.-dijo tomando su mano pero ella la aparto de nuevo.

Andrea: Sé que esto es por lo que me paso, pero Samuel, nunca voy a saber si supere esto si no lo intentamos. Además te necesito, como hombre, no como compañero.-dijo acercándose a él y comenzó a repartir besos desde su mandíbula a su cuello, sintiendo como Samuel comenzaba a excitarse.-Oh es que ya no me deseas.

Samuel: ¿Por Dios, como puedes decir eso? Te deseo cada maldito segundo que pasa, pero quiero que tus sesiones con la psicóloga avancen más, no quiero que lo hagas por obligación, porque te voy a esperar el tiempo que sea necesario, no soportaría que me rechazaras Andrea.-dijo tomando su cara entre sus manos y la beso mientras Andrea dibujaba una ligera sonrisa.-Hable con tu psicóloga y me dijo que aún no estabas lista.

Andrea: Ella no puede saber más que yo.-susurro sobre sus labios.-Samuel necesito tus besos, necesito sentirte mío y sentirme tuya.-dijo quitando su camisa comenzando a besar su pecho.-Necesito tus caricias, tu cuerpo sobre el mío, tu calor, quiero que me hagas el amor Samuel...

El no dijo nada, solo la miro con esa intensidad que hacia estremecer el cuerpo de Andrea y la rodeo de la cintura acercando sus labios a los de ella, para apresarlos, lenta pero profundamente arrebatando un suspiro de la boca de ella, mientras la tomaba entre sus brazos y la llevaba a la cama...

CAMINOS UNIDOSWhere stories live. Discover now